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UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO 
POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos 


Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos 



Se terminó de imprimir en 
el mes de setiembre de 1999 
en Imprenta Mano a mano s.r.l. 
Martínez Trueba 1133 
Telefax: 402 85 32 
D. L. 295.149/99 


Montevideo - Uruguay 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

INDICE 


1.- Dinámicas y Contenidos del Seminario — 4 


2. -Introducción.5 

3. -A Modo de Presentación:.6 

Pbro. Lie. Daniel Bazzano-6 

Rabino Lie. Daniel Kripper-7 

Pastor Carlos Delmonte-10 

Apertura al Seminario.11 

Rabino Lie. Daniel Kripper-12 

4. -Primer Panel de Diálogo Nacional.14 

Mons. Lie. Pablo Galimberti- 14 

Escritor Mauricio Rosenkof-15 

Senador Rafael Michelini -17 

Diputado Víctor Semproni - 20 

Dr. Javier Miranda-22 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

“Juego Libre con Periodistas” .24 


Hugo Machín, J. Miguel Petit, Jorge Rovinsky, 
Gerardo Bleier, Gabriel Mazzarovich, Gustavo 
Antúnez, Samuel Blixen 

5.-Segundo Panel: El Mundo Religioso 


ante el Diálogo por la Verdad-42 

Pbro. Lie. Daniel Bazzano- 42 

Pastor Carlos Delmonte.--45 

“Juego Libre con Periodistas” .49 

6.-Mesa Internacional: Reflexión y apoyo 

al diálogo por la verdad-55 

Dr. George Vickers-55 

Pastor Lie.Oscar Bolioli-63 

Dra. M.José Wembe-68 

Sra. Rosa Roisinblit-74 

Dra. Alcira Ríos-79 

Preguntas al panel .83 


3 



























UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

DINÁMICA Y CONTENIDOS DEL SEMINARIO 


Viernes 4 de diciembre de 1998: 

18:30 hs. Palabras del Rabino Lie. Daniel Kripper 

Primer Panel. Mesa de Diálogo Nacional: 

Mons. Lie. Pablo Galimberti 
Escritor Mauricio Rosenkoff 
Senador Rafael Michelini 
Diputado Víctor Semproni 
Dr. Javier Miranda. 

“Juego Libre con Periodistas” 

Hugo Machín 
J. Miguel Petit 
Jorge Rovinsky 
Gerardo Bleier 
Gabriel Mazzarovich 
Gustavo Antúnez 
Samuel Blixen 

Moderadora: Soc. M.L.Osimani (¡DES) 

20 hs. Pausa 

21:15 hs: Segundo Panel: El Mundo 
Religioso ante el Diálogo por la Verdad: 

Pbro. Lie. Daniel Bazzano 
Pastor Carlos Delmonte 


“Juego Libre con Periodistas” 

Hugo Machín 
J. Miguel Petit 
Jorge Rovinsky 
Gerardo Bleier 
Gabriel Mazzarovich 
Gustavo Antúnez 
Samuel Blixen 

Moderador: Prof G.Kerber (SEDHU) 

22hs: Cierre primera jornada 

Sábado 5 de diciembre de 1998: 

11 hs. Mesa Internacional. Reflexiones y 
Apoyo al Diálogo por la Verdad: 

Dr. George Vickers 
Pastor Lie. Oscar Bolioli 
Dra. María José Wembe 
Sra.Rosa Roisinblit 
Dra. Alcira Ríos 

Preguntas a la Mesa 

Moderador: Lie. A.Hein (CIPFE) 

13 hs.: Cierre jornada. 


4 



UNA 


CONTRIBUCION 


AL 


DIALOGO 


POR 


INTRODUCCIÓN 


Esta publicación contiene la transcripción 
textual, no corregida por sus autores, del 
Seminario Internacional, realizado el 4 y 5 
de diciembre de 1998, en Montevideo. 

El mismo tuvo como objetivo, la puesta en 
común de puntos de vista, propuestas o ex¬ 
periencias, de búsqueda de solución del pro¬ 
blema, del esclarecimiento de la verdad, so¬ 
bre la situación de los detenidos - desapare¬ 
cidos y su información a los familiares. 
Contribuyendo así a consolidar un canal de 
diálogo eficaz para la sensibilización de la 
opinión pública y en particular de todos los 
actores directamente involucrados en el pro¬ 
blema, de manera de agilitar la puesta en 
marcha de la investigación por el Poder Eje¬ 
cutivo del Estado Uruguayo. 

Aportar también, a la creación de un ámbito 
internacional informal de apoyo al diálogo, 
de reflexión humanitaria, sensibilización, se¬ 
guimiento y monitoreo del cumplimiento de 
lo dispuesto por el artículo 4to. de la Ley de 
Caducidad. 


LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


El Seminario se organizó el primer día con 
dos paneles, con breves exposiciones de 
las distintas personalidades nacionales del 
ámbito político, religioso, así como la posi¬ 
ción de “Madres y Familiares de Detenidos - 
Desaparecidos”. Posteriormente a las pre¬ 
sentaciones de cada panel, se abrió un es¬ 
pacio de “juego libre” de reflexiones, pregun¬ 
tas y respuestas de los comunicadores a los 
panelistas. 

El segundo día se contó con la participación 
y exposición de personalidades a nivel in¬ 
ternacional del ámbito religioso, político, de 
derechos humanos así como con represen¬ 
tantes de las Abuelas de Plaza de Mayo de 
Argentina. 

Por último disculparnos con alguno de los 
expositores tanto comunicadores y partici¬ 
pantes del Seminario, porque en algunos 
momentos no se logró identificar en la 
desgrabación la persona que formula la pre¬ 
gunta y/o intervenía en el mismo. 


5 



IJNA 


CONTRIBUCION 


AL 


DIALOGO 


POR 


A modo de Presentación 


1.- Pbro. Lie. Daniel Bazzano Yannicelli 

Vicario Pastoral de Arquidiócesis 
de Montevideo 


La publicación de lo conversado en el “Diᬠ
logo por los Derechos Humanos y la Verdad” 
es un testimonio más de los esfuerzos que 
está realizando la sociedad uruguaya para 
reconciliarse con su pasado, buscando una 
propuesta en el presente que satisfaga el 
clamor por la verdad. Y al ostentar con hu¬ 
milde orgullo estos esfuerzos, compensa¬ 
mos en algo la vergüenza que significa el 
hecho de que el problema de los detenidos 
desaparecidos permanezca pendiente. 

La sociedad emana de la misma naturaleza 
del hombre y se construye como un tejido 
que sostiene a las personas elaborando en¬ 
tre todas espacios para cada una. Los dere- 


LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 

chos humanos son la materia prima de ese 
tejido, el hilo sutil que nos vincula y que, al 
hacerse complejo, enriquece la existencia 
común. Pero si ese hilo se corta, si los dere¬ 
chos humanos son violados, entonces los 
seres humanos caemos en el vacío del “sál¬ 
vese quien pueda”, el “otro” deja de ser un 
vecino . un cercano, un prójimo- para trans¬ 
formarse en un rival, un competidor, una 
amenaza. 

Nuestro drama - como el de otras socieda¬ 
des americanas - Consiste en que aún no 
hemos logrado recomponer las zonas de 
ruptura de nuestro tejido social uruguayo. Es 
fácil romperlo, pero ¡cuán trabajoso resulta 
volver a llenar los vacíos!. 

Desde nuestra ubicación histórica, no po¬ 
demos abandonar la convicción de que lo 
lograremos. Sí: lograremos reencontrar la 
materia prima indispensable de respeto y 
solidaridad que necesitamos con urgencia. 

Y aunque la urgencia se prolongue por más 
tiempo, no será tarde para quienes vendrán 
luego de nuestra generación. Quizás les de- 



UNA CONTRIBUCION AL DIAI-OÍÍO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


jemos un problema pendiente. Pero no po¬ 
demos renunciar a preparar y arrimar el ma¬ 
terial para su solución. 


2.- Rabino Lie. Daniel Kripper 

El tema de los Derechos Humanos: la 
gran asignatura pendiente 

La historia de los derechos humanos en lo 
que va del siglo, ya pisando el próximo, es la 
de una gran desilusión que no cesa. En el 
año pasado se conmemoraron cincuenta 
años de la Declaración de los Derechos Hu¬ 
manos. La misma fue aprobada por las Na¬ 
ciones Unidas en diciembre de 1948 por 
unanimidad. Por primera vez la comunidad 
mundial organizada reconocía la existencia 
de derechos y libertades fundamentales por 
encima de las leyes de los estados sobera¬ 
nos. El fracaso en la implementación de ese 
documento es harto conocido; basta por 
ejemplo el último informe de Amnesty 
International, que da cuenta de la violación 
de derechos humanos en el mundo y que 
entre otros horrores registra la existencia de 
más de 15 millones de personas desplazadas 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


de sus lugares de origen en busca de asilo. 

En estas décadas esa gloriosa declaración 
se ha vuelto letra muerta en la realidad mun¬ 
dial contemporánea y en el seno de las Na¬ 
ciones Unidas misma otros tópicos de enver¬ 
gadura política han prevalecido por sobre la 
preocupación sobre los derechos humanos. 
Así, se han sucedido continuos actos de ge¬ 
nocidio, represión y otras series de violacio¬ 
nes de los derechos humanos sin que se 
produjera una respuesta efectiva de la co¬ 
munidad internacional. 

Tan terribles barbaridades se han cometido 
en los más diversos lugares, como las que 
hemos conocido de cerca en nuestros paí¬ 
ses Latinoamericanos bajo dictaduras milita¬ 
res, que parecería que la humanidad ha re¬ 
trocedido a un pasado remoto y salvaje. 
Existe una dramática disparidad entre los 
ideales proclamados de igualdad, justicia e 
imperio de la ley civil por un lado y el abuso 
sistemático de derechos elementales y ex¬ 
plotación a escala mundial por el otro. 

El retorno a la democracia en Uruguay ha 
servido felizmente para afianzar y revigorizar 
las instituciones de la república, creándose 
el clima propicio para el debate de las ideas 


y la convivencia de todos los ciudadanos ba¬ 
sada en el respeto y la tolerancia. Uruguay 
ha retomado decididamente el rumbo demo¬ 
crático que ha sido motivo de admiración y 
modelo en el mundo todo. 

En medio de tantas expectativas cabría lógi¬ 
camente esperar que el tema de los deteni¬ 
dos - desaparecidos dejase de ser un tema 
y que se encontrase una respuesta satisfac¬ 
toria dentro del espíritu de reconciliación y 
acuerdo. Sin embargo han pasado años y 
como dice Job en nuestras escrituras: “¿De 
dónde procederá la sabiduría?”. 

Para nuestra visión de mundo esta cuestión 
trasciende las consideraciones políticas del 
caso, ella atañe a las bases y principios éti¬ 
cos de la propia civilización, cuya esencia es 
el respeto por la dignidad humana. 

En el Talmud que es la fuente Rabínica más 
importante, encontramos un notable ejemplo 
de lo que constituye el valor y la santidad de 
la vida humana. 

El mismo se basa en una situación legal que 
se refiere a la advertencia que se daba a los 
testigos en caso de pena capital: según esta 
fuente el tribunal debe llamar la atención de 
los testigos. Y ¿cómo se puede alertar a los 


8 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


testigos en los casos en los que se juzga un 
crimen que puede estar penado con pena de 
muerte?. El mensaje más importante de los 
testigos era que si la persona era ejecutada 
siendo inocente, junto con él moría también 
sus descendientes y citaba el ejemplo de 
Caín y Abel: «la voz de las sangres de tu 
hermano clama a Mí desde el suelo» (Ge4, 
10)No se dice “la sangre de tu hermano”, 
sino en plural, “las sangres de tu hermano”, 
su sangre y la de sus descendientes des¬ 
pués de él. Y los jueces están obligados a 
seguir diciendo al testigo: 

“La razón por la que Adán fue creado sólo 
es para enseñarte que, cuando alguien da 
muerte a un ser humano, considera la Escri¬ 
tura que es como si hubiera dado muerte a 
todo el mundo; y cuando alguien mantiene 
viva a una sola persona, la Escritura le con¬ 
sidera como si hubiera mantenido vivo a 
todo el mundo”. Los jueces añaden otra ex¬ 
plicación de por qué Adán fue creado sólo: 

“A fin de que hubiera paz en la humanidad, 
de manera que nadie dijera a su compañero: 
Mi padre es mayor que tu padre y (además) 
para mostrarte la grandeza de Dios, porque 
si alguien acuña varias monedas con un 


solo sello, todas son parecidas, pero cuando 
el Rey de reyes, Dios, ¡Bendito sea!, acuñó 
a cada uno de los hombres con el sello del 
primer hombre, no hubo uno solo que fuera 
igual a su compañero. Por eso, cada perso¬ 
na debe decir: el mundo ha sido creado por 
mi causa. El mundo ha sido creado para que 
yo viva, para gloria mía, para que yo exista; 
lo mismo para mí que para ti y lo mismo 
para nosotros que para toda la humanidad”. 

Es por esta razón que desde el Judaismo y 
también en conjunto con otras confesiones 
hermanas, hemos hecho oír nuestra voz en 
apoyo del reclamo de los familiares de las 
víctimas. Lo hacemos animados por el noble 
propósito de esclarecimiento y dilucidación 
definitiva del tema capital de derechos hu¬ 
manos en nuestro país. Se trata ni más ni 
menos que una asignatura pendiente que 
debe ser superada y resuelta de la mejor 
forma posible. Aspiramos a que el “Nunca 
más” no sea un mero voto retórico, sino un 
deber de honor de cada habitante de este 
suelo bendito de la República Oriental del 
Uruguay. 


9 



IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 


3.- Pastor Carlos Delmonte 

Iglesia Valdense 

Las páginas que siguen nos hablan de 
nuestro pasado. Un pasado del que todos 
somos responsables. El diálogo que se pudo 
formalizar, entre personas de ambientes di¬ 
ferentes, tuvo como objetivo buscar la forma 
de entender ese pasado. 

Lo primero que tuvimos que admitir, es que 
los hechos ocurridos en ese pasado recien¬ 
te, han marcado profundamente a nuestra 
sociedad. Han abierto heridas que todavía 
supuran, no han sido curadas. Heridas que 
no han cicatrizado. En segundo lugar, tuvi¬ 
mos que admitir que aún no hemos encon¬ 
trado el remedio que las cure. Mejor dicho, 
no hemos sabido usar para cicatrizarlas el 
remedio de la verdad buscada con amor y el 
amor a la verdad y por eso estamos enreda¬ 
dos en un sin fin de prejuicios y temores de 


LOS DKKECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

los que no hemos podido o mejor dicho no 
hemos sabido liberarnos. En tercer lugar 
nuestro diálogo ha dejado en evidencia la 
necesidad de unirnos - aportando cada uno 
lo que es propio - para poder llegar al fin a dar 
respuesta definitiva y convincente al tema de 
las personas detenidas desaparecidas. Por 
último, comprobamos, en nuestro intercambio 
de ideas, que en ese pasado están las raíces 
del futuro. Eso quiere decir que nuestro futuro 
dependerá de la respuesta que podamos dar 
a una pregunta muy concreta: ¿Qué pasó y 
dónde están nuestros hermanos y hermanas 
que han desaparecido? Cuando nuestros 
hijos y nuestros nietos nos interroguen y ten¬ 
gamos que responderles, ninguno de noso¬ 
tros podrá decirles que esa historia no le 
concierne. De la respuesta que le demos, 
dependerá el respeto que las nuevas gene¬ 
raciones lleguen a tenernos. 

A medida que avanzaba nuestro diálogo dos 
sentimientos dominaban nuestra reflexión. Por 
un lado un respeto siempre más profundo por 
todos aquellos que han empeñado su vida en¬ 
tera en la búsqueda de una respuesta a esa 
pregunta. En primer lugar las madres y abue¬ 
las de las personas desaparecidas. Luego los 


10 



UNA 


CONTRI BIK'ION 


AL 


DIALOGO 


POR 


familiares, hijos, hermanos/as. Su presencia 
es siempre un llamado a nuestra conciencia. 
Por otro lado la certeza de que cada uno, en el 
lugar donde está, en la tarea que desarrolla, 
puede hacer un aporte. Estas páginas son un 
llamado a todos a luchar contra nuestra indife¬ 
rencia y a ponernos al sen/icio de esta causa. 
El diálogo que nos presenta estas páginas po¬ 
drá ser un estímulo para todos. Eso es lo que 
esperamos. Podemos estar de acuerdo, pode¬ 
mos disentir. Pero no podemos decir, esto no 
me concierne ni me preocupa. Porque de la 
respuesta que demos depende nuestro futuro 
y el futuro de nuestra sociedad. El tiempo co¬ 
rre y tarde o temprano llegará el día de expre¬ 
sar el arrepentimiento sincero de todos y en¬ 
tonces, con nuevas palabras, nuevas decisio¬ 
nes, nuevas acciones - como dice el profeta 
bíblico - “ con un corazón nuevo y un espíritu 
nuevo”, podremos escribir juntos una página 
de nuestra historia, de la historia de nuestro 
país, que hasta ahora no hemos podido escri¬ 
bir. 

Con alegría y sinceridad, presentamos estas 
páginas con la esperanza de que puedan 
ser semillas de nuevas reflexiones. 


DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


APERTURA DEL SEMINARIO 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


Rabino Lie. Daniel Kripper 

Es un verdadero honor poder abrir esta jomada de 
trabajo, este Seminario, este encuentro, al lado de 
tan distinguidas personalidades que integran el 
panel. Lamentablemente coincide esta actividad 
con nuestro día del perdón, con nuestro día de 
descanso y nuestro día de oficio religioso, que 
empieza en pocos minutos, y tengo que liderar 
nuestro servicio en mi sinagoga. Pero la verdad 
que voy a lamentar el no poder quedarme hasta el 
final, me hubiera gustado mucho disfrutar y po¬ 
der seguir hasta el final de las discusiones y del 
debate. 

Quisiera decirles el gusto que siento de participar 
en esta jomada por la temática que se trata, por¬ 
que es un tema que está cercano a nuestro cora¬ 
zón, a nuestras preocupaciones, a nuestros idea¬ 
les. Y tal vez sería oportuno comenzar con una 
pequeña reflexión sobre el sentido de los dere¬ 
chos humanos en general, el sentido filosófico. 


Hace tiempo, procurando preparar mi aporte a un 
simposio que se hizo en el Palacio Legislativo a 
instancias del Dr. Hugo Batalla, sobre el aporte 
de las religiones al tema de los derechos huma¬ 
nos; busqué el aporte de nuestra religión, la reli¬ 
gión judaica: ¿la Biblia hebrea qué dice sobre los 
derechos humanos? . Y me puse a buscar y a ex¬ 
plorar en diccionarios, en enciclopedias y ¡oh sor¬ 
presa! La palabra derecho humano no figura en la 
Biblia, en la Biblia hebrea, derechos humanos, es 
increíble. 

Nosotros sabemos que el tema en s, tiene sus raí¬ 
ces, en nuestra legislación, en la ley mosaica, en 
esa preocupación por el débil, por el desvalido, 
por el indefenso. Sabemos del ideal de justicia 
que es el leit motiv que recorre la Biblia a lo lar¬ 
go y a lo ancho. Y sin embargo la palabra dere¬ 
chos humanos, el concepto derechos humanos así 
como lo formulamos hoy en día, como lo enten¬ 
demos en occidente, no figura. Sí figura el tema 
del deber. Es decir, la Biblia hace hincapié en las 
obligaciones y deberes de las personas hacia los 
prójimos, hacia el prójimo. 

La Biblia no habla por ejemplo de los derechos 
del empleado, del obrero, sino habla y hace hin- 


12 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

capié sobre los deberes del patrón para tratar bien 
a su empleado, por ejemplo para pagarle el jornal 
en el día, para no aplazar, para no postergarle la 
paga, porque de esa forma si no lo hace estaría 
explotándolo. Y la Biblia está definitivamente 
contra la explotación del obrero. Y así podríamos 
multiplicar los ejemplos. A diferencia de nuestro 
léxico, de nuestra mentalidad, de nuestros con¬ 
ceptos, donde hacemos tanto hincapié en los de¬ 
rechos de las personas, la Biblia pone el énfasis y 
el peso justamente en la responsabilidad del fuer¬ 
te, del poderoso en relación al débil, en relación 
al que merece por derecho divino un respeto a su 
dignidad. 

De la misma forma no es un derecho del ciudada¬ 
no que el Estado lo trate bien, que respete sus 
derechos, que les respete su dignidad, el derecho 
a su patrimonio, a su vida. Es una responsabili¬ 
dad del rey, del gobierno, respetar la dignidad, el 
honor de las personas, su derecho a la vida. 

Esto nos trae a colación el tema que nos preocupa 
y que nos convoca este fin de semana, justamente 
la preocupación por los deberes y las responsabi¬ 
lidades de los que mandan, de los que gobiernan 
en relación a los súbditos, en relación a los ciuda- 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

danos. Y hay un derecho fundamental en la Bi¬ 
blia, no solamente una obligación con respecto a 
los vivos, sino también una obligación con res¬ 
pecto a los muertos. Una obligación sagrada, de 
primera magnitud que es justamente llevar a los 
muertos a su última sepultura, a su último des¬ 
canso. Es una obligación de la familia. Es una 
obligación de los más próximos, pero inclusive es 
una obligación y un deber, es de primer orden ente¬ 
rrar aunque sea a un desconocido, a un extraño. 

Y quiero culminar con un ejemplo que realmente 
es muy ilustrativo sobre la gravedad de este tema 
en el pensamiento judío antiguo, a tal punto es 
importante el llevar a los muertos a su última mo¬ 
rada que si por ejemplo dice la Biblia «hay un 
muerto en el camino, un muerto abandonado», es 
obligación de todo individuo, el que lo encuentre, 
sepultarlo. Y no solamente cualquier individuo, si 
por ventura el Sagrado Sacerdote, lo que sería el 
equivalente al Papa, por así decir, el Sumo Sacer¬ 
dote el día más sagrado del año, en el día del per¬ 
dón, cuando está yendo para el servicio religioso 
del día de perdón si encuentra un muerto en el 
camino en su recorrido al templo, él debe dejar el 
servicio religioso, debe dejar el día más sagrado, 
para ocuparse de enterrar a ese muerto. O sea es 


13 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


un muerto sobre el que pesa una obligación, in¬ 
sisto, hablando de deberes, una obligación sobre 
todo el mundo, una obligación universal de lle¬ 
varlo a su sepultura. 

Y quiero con estas reflexiones, o este pensamien¬ 
to, inaugurar estas sesiones, con mis votos, con 
mis anhelos de que sean discusiones fecundas, 
enriquecedoras, y que podamos arribar a conclu¬ 
siones que lleven a una acción conducente a lo 
que son nuestras metas, lo que son nuestros de¬ 
seos. Quiero saludarlos a todos y decirles un buen 
fin de semana, una jornada realmente fructífera y 
fecunda. 


PRIMER PANEL 
DE DIALOGO NACIONAL 

Este panel integrado por personalidades que han 
realizado propuesta, formulado pronunciamien¬ 
tos, o gestiones para el diálogo encaminado a la 
solución del esclarecimiento de la verdad sobre 
la situación de las personas detenidas - desapa¬ 
recidos, así como la posición de “Madres y Fa¬ 
miliares de Detenidos - Desaparecidos 
Posteriormente se iniciará el “juego libre ” con 
los comunicadores presentes. 


l.-Mons. Lie. Pablo Galimberti 

Mi intervención en esta problemática, el año pa¬ 
sado surgió de una declaración de la Conferencia 
Episcopal de los Obispos donde tomamos el 
tema, pero básicamente porque el tema está pre¬ 
sente en los familiares; el tema no lo inventamos 
los que estamos fuera, sino que queremos estar 
cerca de ese dolor que viene de ustedes, la cica¬ 
triz la tienen ustedes. 

Hace dos o tres días un periodista me hacía una 
pregunta, ¿en estos 50 años de los Derechos Hu- 


14 



UNA 


CONTRIBUCION 


AL 


DIALOGO 


POR 


manos, hay cuentas pendientes? Claro que sí, hay 
muchas. Y con respecto al tema de los desapare¬ 
cidos, la primera cuenta está en el dolor de los 
familiares. 

Así que yo diría, empleando una comparación: yo 
preparé un barquito, agarré los remos, zarpé, 
pero... diría que me quedé en la orilla. De pronto 
conté con muchas voces de aliento, el interés de 
los comunicadores sociales en primer lugar, de 
los periodistas que algunos con el dolor en el 
alma potenciaron esta pequeña voz. Uniéndome 
también a otras voces como la de Rafael 
Michelini que también venía remando. Empujan¬ 
do pero al mismo tiempo queriendo estar discre¬ 
tamente atrás para que otros tomaran la bandera 
también. Concurrimos a la Confraternidad 
judeocristiana muchos de los que estamos aquí 
presentes, también una visita del Diputado Víctor 
Semproni y tuve la gran alegría de conocer direc¬ 
tamente los rostros de los familiares, Javier, otras 
madres, otras esposas, que están aquí y a la gente 
joven. Eso me llenó mucho el corazón y me daba 
una pauta concreta de que no se trataba de hacer 
cosas por ellos sino con ellos, con ustedes. 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


2.- Escritor Mauricio Rosencoff 

Hay un par de cosas que me gustaría señalar; es lo 
que tiene que ver con nosotros, particularmente los 
que estamos en esta Mesa y algunos que no están, 
pero que tienen un lugar en ella de hecho. Todos 
estamos motivados en distintas propuestas por lle¬ 
var a buen puerto la solución, o la respuesta al tema 
de los desaparecidos. Desaparecidos que para todos 
nosotros hemos sido compañeros, independiente¬ 
mente de su procedencia, independientemente de 
las filas donde militaban, independientemente de 
que fueran o no fueran militantes. Nosotros los sen¬ 
timos como parte de la lucha que estamos desarro¬ 
llando. Esa es la primer cuestión y que tiene que ver 
con el sentimiento que tenemos todos aquellos que 
de alguna manera lanzamos una iniciativa, de sentir¬ 
nos mancomunados cada uno con las proposiciones 
de los demás. Es como si de alguna manera estuvié¬ 
ramos pedaleando todos en equipo en una vuelta 
ciclista del Uruguay. No importa qué propuesta lle¬ 
gue primero, sino que la que llegue, sea la mejor. 


15 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


los desaparecidos nunca arrearon, ni van a arrear, 
las banderas; la Central de Trabajadores, las organi¬ 
zaciones políticas, las organizaciones sociales, de 
alguna manera este asunto, lo están aguijoneando 
constantemente. En resumidas cuentas, en estos cin¬ 
co minutos que de pronto me estoy excediendo, no¬ 
sotros tenemos que tener una voz de alguien que 
nos represente para lograr implementar un escenario 
que no está implementado, donde podamos ir a exi¬ 
gir cada uno de los puntos, los desaparecidos acá, 
los desaparecidos en Argentina, los niños desapare¬ 
cidos, absolutamente todo. 

Y yo sugería que esa persona podía ser Luis 
Pérez Aguirre, SJ, de nuestra parte, y sugería ade¬ 
más que se debería ir, si bien con todas las carpe¬ 
tas bajo el brazo, con una agenda blanca. Que se 
pongan de acuerdo los que eventualmente se 
sientan en una mesa, que ya sería un gran logro y 
un gran avance para nosotros por las repercusio¬ 
nes que tendría y se lidiara sobre esa mesa los 
mecanismos. Porque los que tienen la informa¬ 
ción, y todo el mundo sabe que la información la 
tienen las Fuerzas Armadas, y de lo que pasó con 
ellos y los que están donde están, podrían propor¬ 
cionar esa información a alguien que de alguna 
manera los representara y los expresara 


3.- Senador Rafael Michelini 

Voy a intentar ser breve en mi intervención para 
poder dialogar con los representantes de la pren¬ 
sa. Quiero primero aclarar que tanto esta primera 
intervención como las posteriores siempre van a 
ser hechas desde un punto de vista político. Esa 
es nuestra intención, siempre ha sido así. Y desde 
un punto de vista político siempre hemos tratado 
de saber en cada etapa, en cada circunstancia 
donde estamos parados. Donde estamos parados 
ahora, como donde estuvimos parados en el año 
97 y en el año 95. En este tema la claridad siem¬ 
pre nos permite lograr mejores resultados. En el 
95 teníamos una situación en que este tema era 
tabú, casi proscrito, en el cual sólo se trataba en 
un reducto vinculado a los que trabajaban por los 
derechos humanos, o de familiares de desapareci¬ 
dos. La sociedad no estaba sensible a esos temas. 
Haber clarificado esa situación, permitió poner 
como objetivo principal el tema en la opinión pú- 


17 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


blica. Golpear y golpear para que el tema estuvie¬ 
ra en la opinión pública. Un tema que era una 
asignatura pendiente; lo sigue siendo hoy, pero en 
aquel momento mucha gente ni siquiera sabía, o 
no recordaba lo que había pasado. A ello contri¬ 
buyeron declaraciones, intervenciones políticas y 
no políticas, manifestaciones diversas, marchas y 
demás. 

Yo creo que saber donde se está parado siempre 
es muy importante. Luego que la opinión pública 
tuvo sensibilidad y empezó a reclamar esa misma 
sensibilidad para los gobernantes, vinieron las 
posibles salidas, o las diferentes salidas. Tenemos 
aquí a varios integrantes de este panel, que con¬ 
tribuyeron con las ideas más ingeniosas y las 
más interesantes, Tanto desde el mundo políti¬ 
co, religioso, como desde otros mundos. Ese 
fue un buen momento de saber también que de 
este lado había que aportar soluciones, porque 
no era sólo sensibilizar a la opinión pública 
sino extender la mano y dar una posibilidad de 
que la reconciliación del pueblo uruguayo se 
pudiera dar, cuando la opinión pública estuvo 
sensibilizada y las salidas a esta problemática 
estuvieron arriba de la mesa el gobierno, per¬ 
manentemente las rechazó. 


Hace poco, en un Seminario que había hecho la 
Junta Departamental en la Intendencia Municipal 
de Montevideo, nosotros planteamos con insis¬ 
tencia que ahora no era momento de aportar sali¬ 
das; salidas se plantearon y van a haber, respues¬ 
tas van a haber, eso ya nadie tiene dudas. Pero el 
tema era en qué consistían esas respuestas. Por¬ 
que había que ser muy claro. No alcanzaba cual¬ 
quier respuesta. Eran respuestas que tenían una 
doble condición, la de dar una respuesta a las fa¬ 
milias, eso era obvio, necesario, imprescindible; 
pero también se exigía una respuesta a la socie¬ 
dad porque sin respuesta a la sociedad, la res¬ 
puesta no existía. Sin respuesta a las familias, 
aunque se le diera a la sociedad, la respuesta era 
incompleta. Levantamos nuestra voz para insistir 
en ese tema. Y yo creo que en este momento esta¬ 
mos en un momento muy particular, en ese cami¬ 
no, ese largo camino hacia la verdad en el cual ya 
nadie duda que tenemos razón, que se violaron en 
el Cono Sur los derechos humanos, que la dicta¬ 
dura uruguaya hizo lo que hizo y que las familias 
de los desaparecidos, y otras familias - que aun¬ 
que su familiar no haya sido desaparecido murió 
a través de torturas o de apremios - sintieron el 
máximo rigor de lo que fue la represión política 
en el Uruguay dentro y fuera de frontera. 


18 



UNA CONTRIBUCION AU DIALOGO POR 

Y en esta situación paradójica de Pinochet, quie¬ 
ro destacar dos hechos. Primero, los militares 
uruguayos siempre dijeron «sí, acá hubo un exce¬ 
so, se perdió algún punto de referencia, pero fue 
distinto a la Argentina y distinto a Chile». Hoy 
sabemos que eso no es así, porque atrás del tema 
Pinochet, independientemente de lo del Juez Gar¬ 
zón sabemos que hubo un plan de exterminio a 
opositores del Cono Sur, Plan Cóndor que cono¬ 
cemos todos, y que el propio Estados Unidos está 
aportando información que en cierta medida da, 
clarifica alguna de estas cosas. 

Entonces la primer cosa es: además de las salidas, 
además de las respuestas, además de darle una 
respuesta a la sociedad y/o a la familia, esa res¬ 
puesta tiene que poner las cosas en su lugar. No 
fuimos distintos. Hubo también planes de aniquila¬ 
miento en nuestro país dentro y fuera de fronteras. 

El segundo tema es la situación paradójica del 
gobierno que a la hora de defender la impunidad 
en Uruguay lo ha hecho con creces y ahora tam¬ 
bién, quizás por el fundamento de por las dudas, 
la defiende fuera de fronteras para militares o 
genocidas que no son de nuestro país. Eso tam¬ 
bién marca un cambio. Son tan parecidas las si¬ 
tuaciones, son tan similares, que defender la im- 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

punidad acá conlleva a que lamentablemente el 
Presidente de la República se sume a defender la 
impunidad de otros, aunque nadie le pida palabra 
ni respuesta. Yo creo que eso es grave. 

Quiero terminar con un agregado. Muy bien todo 
lo del Juez Garzón y todo lo que pueda hacer; el 
tribunal internacional, los derechos humanos 
como una cosa global, de defensa de la vida, 
como un valor universal. Eso está muy bien. Lo 
defendemos no sólo desde el mundo político, 
también desde otros mundos; de las congregacio¬ 
nes; del mundo religioso. Pero no nos quitemos 
responsabilidad. Tenemos responsabilidad noso¬ 
tros en hacer y ayudar a que esa verdad florezca. 
No es sólo una tarea del Juez Garzón, es tarea 
nuestra. 


19 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 


4.- Diputado Víctor Semproni 

Voy a centrar el tema en lo que se nos ha pedido, 
hablar de las propuestas. Quiero hacer primero 
dos precisiones sobre lo que tiene que ver con 
esto que se puede llamar propuestas. En primer 
lugar lo que nosotros hemos manejado es un pro¬ 
ducto del trabajo colectivo del grupo político al 
que pertenecemos, que es Asamblea Uruguay. Y 
en segundo lugar, nuestra actuación en lo referen¬ 
te al tema, ha sido enfocado fundamentalmente 
desde nuestro trabajo parlamentario, es tratar de 
desnudar o demostrar el incumplimiento del Po¬ 
der Ejecutivo con las obligaciones emergentes de 
la Ley de Caducidad. Quiero agregar también que 
lo que vamos a manejar no es una fórmula sino 
que son posibles ideas, posibles caminos que he¬ 
mos podido recoger en todo nuestro trabajo parla¬ 
mentario a nivel político. Posibles ideas, caminos 
para ser utilizados para respetar, en función de la 
situación política que estaba generada en el país, 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

donde no hay ninguno de los directamente prota¬ 
gonistas involucrados en esto, capaz de imponer¬ 
le al otro una salida. Donde el único camino que 
viabilizaba una solución al tema era aquel que 
surgiera del consenso entre todos los sectores di¬ 
rectamente involucrados. Esto es lo que hemos 
podido recoger en esa trayectoria y en ese recorri¬ 
do como simples ideas a ser manejadas. No esta¬ 
mos categorizando esto como una propuesta. 

Creo que es bueno recordar, antes de hacer algu¬ 
na referencia a ella, que la Ley de Caducidad y lo 
que la población votó en aquel plebiscito - cuyo 
resultado no compartimos - pero que respetamos 
porque es la opinión mayoritaria de la ciudadanía, 
era conceder la no - penalización a los responsa¬ 
bles, y es bueno recordar que es sólo la no penali¬ 
zación, que no quiere decir de ninguna manera la 
no ubicación, ni el no saber quiénes eran y cuáles 
eran los responsables. Conceder la no penaliza¬ 
ción a cambio del derecho de la sociedad a cono¬ 
cer el destino de las víctimas y por consiguiente 
el derecho de los familiares a saber qué había pa¬ 
sado con sus seres queridos. 

En primer lugar la imperiosa necesidad de que el 
Estado uruguayo asuma el cumplimiento pleno 


20 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


del compromiso emergente de esa ley de caduci¬ 
dad porque era el mandato no sólo del Parlamen¬ 
to, sino de toda la ciudadanía a través de las ur¬ 
nas. En segundo lugar, que las Fuerzas Armadas, 
responsables fundamentales de esos hechos, tam¬ 
bién asumieran la responsabilidad que en ello 
habían tenido. Y luego se hablaba, de encontrar 
un mecanismo, que suponía una investigación 
que iba más allá de la propia Ley de Caducidad, 
es decir que no tiene por qué ser anónimo ni por 
qué no ubicar y establecer responsabilidades. En 
esto se basaban nuestras ideas o nuestra fórmula 
podríamos decir. 

Con este mecanismo se abría un período en el 
cual en forma anónima se podían aportar todos 
los datos que hubiera y que se poseyeran por ac¬ 
tores de esas propias Fuerzas Armadas, tanto en 
estado de actividad como en retiro; que no nece¬ 
sitaban identificarse en la proporción o el vuelco 
de esos datos, sino simplemente alcanzaba con 
que dieran elementos probatorios de la veracidad 
de los datos aportados; luego con la recopilación 
de todos esos datos, una investigación en profun¬ 
didad realizada por los propios servicios de inteli¬ 
gencia de las Fuerzas Armadas para superar 
aquello de que eran contrarias a que nadie de fue¬ 


ra, se entrometiera dentro, en la búsqueda de la 
verdad. Es decir, asumían por un lado la respon¬ 
sabilidad y por otro lado la obligación de decir la 
verdad de lo que había ocurrido. Después de esto, 
aceptar la participación de la Iglesia, que se ofre¬ 
ció a actuar como mediadora, ofrecimiento hecho 
público en su momento. La Iglesia recibiría toda 
la información de los hechos ocurridos, de lo que 
surgiera de la investigación, y de los restos huma¬ 
nos que hubieran podido aparecer, y así bajo las 
características que la Iglesia tiene, sobre la base de 
su trayectoria en la historia de la humanidad, hacer 
entrega a la sociedad de los elementos que surgieran 
de la investigación, y a los familiares los restos de 
las víctimas de esos lamentables sucesos. 

Esta idea fue elaborada en noviembre del año pa¬ 
sado. Hoy un año después, en el mundo soplan 
otros vientos y están ocurriendo otras cosas como 
las que ya se han citado. Lo de Inglaterra, lo de 
España con Pinochet, lo de Argentina con 
Massera y otros; y yo diría también lo de Uru¬ 
guay. Porque los que hoy en nuestro país gozan 
de plena impunidad no tengo ninguna duda que 
arriesgan o temen perderla, ni bien trasponen las 
fronteras de nuestro país. 


21 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


5.- Dr. Javier Miranda 

Representante “Madres y Familiares de 
Uruguayos Detenidos - Desapararecidos” 

Se supone que debería presentar la propuesta de 
Familiares. No hay una propuesta de los familia¬ 
res. Nunca hubo una propuesta de los familiares. 
Tampoco creo, - y en eso estoy casi seguro que • 
coincidimos con las integrantes de este grupo - 
que seamos nosotros los que tenemos que hacer 
la propuesta. Familiares ha recibido y escuchado 
distintas propuestas, que han salido públicamen¬ 
te. En general hemos tenido una actitud de decir, 
bienvenida la propuesta en tanto que es propues¬ 
ta; en tanto que está manifestando por detrás la 
necesidad de resolver el tema de los detenidos- 
desaparecidos, la situación de la verdad. En ese 
sentido todas las propuestas han sido bien recibi¬ 
das por los familiares. Algunas nos gustaron más, 
otras nos gustaron menos. 

En algún momento, lo que hicimos, fue plantear 


determinadas bases, determinado piso mínimo de¬ 
cíamos, desde el cual se debía partir. Hay una carta 
que publicamos el 2 de julio del año pasado cuan¬ 
do se cumplía la mitad del plazo que tenía el Poder 
Ejecutivo para contestarnos la petición; allí marcᬠ
bamos algunos aspectos que me permito recordar, 
porque creo que aún siguen vigentes en el proceso 
que actualmente se vive. En primer lugar cualquier 
proceso de búsqueda de la verdad requiere una asun¬ 
ción de responsabilidad por parte del Estado, en tanto 
que es responsable por las violaciones a los derechos 
humanos ocurridas durante la dictadura militar. 

En segundo lugar, toda solución debe contemplar 
todos los casos de los detenidos-desaparecidos, in¬ 
dependientemente del lugar donde la desaparición 
hubiera ocurrido. Esto estaba referido evidentemen¬ 
te a la realidad de los uruguayos detenidos-desapa¬ 
recidos en Argentina, que son la mayoría, también 
los desaparecidos en Chile y desaparecidos en Pa¬ 
raguay, que no se circunscribiera únicamente a los 
casos de los uruguayos desaparecidos dentro del 
país. Y que contemplara también la situación de 
los niños desaparecidos, que no necesariamente 
están muertos, y donde la reivindicación de su iden¬ 
tidad nos parecía un factor fundamental. 

Y en esa misma carta, también mencionábamos 


22 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


que no alcanzaba con entregar una serie de restos o 
cosa por el estilo, aquí no se estaba tratando de 
buscar el cuerpo, exhumar cadáveres. Por supues¬ 
to que si esos restos existen, y es posible restituir¬ 
los, bienvenido sea, pero con eso no se agotaba la 
tarea. Independientemente de la posibilidad o no 
de encontrar los restos de aquellos desaparecidos 
que habían muerto, sí se debe buscar la verdad so¬ 
bre el desaparecido. Y finalmente planteábamos que 
esto exigía una tarea de discusión amplia buscan¬ 
do los mayores niveles de consenso posible y por 
encima de cualquier estructura partidaria. 

Yo creo que todos estos puntos que nosotros mar¬ 
cábamos el 2 de julio del 97 hoy están absoluta¬ 
mente vigentes y los seguimos reivindicando. El 
proceso vive el país en la búsqueda de la verdad ha 
tenido altibajos. El tema permanentemente está 
surgiendo sobre la mesa. Todos los que estamos 
aquí y algunos más, que seguramente deberían es¬ 
tar aquí, hemos estado trabajando, buscando alter¬ 
nativas. Y vuelvo a insistir, independientemente del 
mecanismo que expuso Mauricio, o Rafael, o 
Víctor, o Pablo. Lo que importa es esa voluntad de 
buscar un acuerdo. Eso fue lo que nos llevó a mu¬ 
chos de nosotros a reunirnos innumerable cantidad 
de veces en este período. Yo creo que estamos casi 


aburridos de vernos las caras. Y todavía no logra¬ 
mos dar el primer paso que era central: señor re¬ 
presentante del Poder Ejecutivo, señor representante 
del Estado, siéntese en una mesa a dialogar con 
nosotros para buscar juntos, intentar encontrar un 
camino de salida, pero por lo menos siéntese a dis¬ 
cutirlo. Su respuesta siempre ha sido, imposible, 
el tema está cerrado, el tema está laudado... Lo 
que ya sabemos. Ni cerrado, ni laudado, ni nada 
por el estilo, seguimos insistiendo. Y a esa mesa ven¬ 
drán los cinco o seis que estamos aquí sentados el día 
que podamos sentamos en esa mesa, más ocho o diez 
que seguramente han aportado a este diálogo y que 
todavía están preocupados por esta situación. 

Yo no sé cómo, lo que estoy convencido a esta al¬ 
tura es que algo hay que hacer, el Poder Ejecutivo 
aquí algo va a tener que hacer, esto hay que solu¬ 
cionarlo. 


23 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


“JUEGO LIBRE” 
CON PERIODISTAS 


Periodista Gerardo Bleier.- Escribí hace un tiem¬ 
po en una columna en Postdata, recordando a Orte¬ 
ga y Gasset, que el carácter de la realidad es la re¬ 
sistencia. Una de las cosas que a mí me parece fun¬ 
damental y esencial- lo planteo como tema de re¬ 
flexión y con ello trato de contribuir a motivar al 
panel - es no mentirse cuando se reflexiona sobre 
el escenario en el que se trabaja que verdaderamente 
se puedan encontrar y viabilizar caminos de solu¬ 
ción para el problema de los detenidos-desapareci¬ 
dos y también para el problema de la reconcilia¬ 
ción espiritual de la sociedad uruguaya, y que a mí 
me parece tan importante como lo anterior. Yo dis¬ 
crepo profundamente y me parece que hay que plan¬ 
tearlo para que la reflexión sea abierta, con algu¬ 
nas de las fórmulas que creo tienen intereses polí¬ 
tico - partidarios. Creo esencialmente, profunda¬ 


mente, que la solución del problema, o la genera¬ 
ción de las condiciones para que el problema se 
solucione depende de la amplitud con la que se lo¬ 
gre reunir la mayor cantidad de sensibilidades de 
la opinión pública, de la ciudadanía uruguaya. 

En Posdata, que como todos saben hicimos varios 
esfuerzos en esta dirección, cada uno de los pasos 
que dimos lo dimos buscando este perfil; lograr lle¬ 
gar a que la opinión pública lo recoja, como un 
planteo propio, por sensibilidad humana, pero por 
formación cultural, porque no hay reconciliación, 
no hay sanidad espiritual en una sociedad sobre la 
base de la mentira, y lo que es peor sobre la base de 
encubrimiento; y lo que aún es peor, como hoy po¬ 
demos ver en otras circunstancias, por ejemplo: la 
corrupción, sobre la base de la corrupción. Pero 
hubo en el sistema de partidos algunas voluntades 
que verdaderamente, genuinamente demostraron 
querer tratar de encontrar una solución. Ese factor 
esencial hay que recogerlo y proyectarlo. Desde mi 
humilde punto de vista no va a haber solución en el 
transcurso de lo que queda de este gobierno, por 
razones obvias y de las que ni siquiera voy a hablar, 
primero por la tozudez intelectual de Sanguinetti, 
como él dice es milico, no es que los entienda sino 
que es milico, yo que respeto a los buenos milicos 


24 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


no entiendo bien qué quiere decir. Pero él se siente 
milico en la protección de la impunidad. 

Por lo tanto no va a haber solución a este proble¬ 
ma, a pesar de que hubo con todos los esfuerzos 
que se generaron la continuidad de la moviliza¬ 
ción de la opinión pública, etc., casi una fractura, 
no va a haber solución. Por lo tanto lo que hay 
que pensar es generar las condiciones para una 
solución posible, que pueda llevarse a cabo inme¬ 
diatamente cuando acceda un nuevo gobierno. 
Eso para mí es central. Lograr que todos los es¬ 
fuerzos contribuyan a que la opinión pública siga 
mayoritariamente respaldando sensible, espiritual 
y culturalmente esta demanda. Por lo tanto hago 
hincapié en la calidad de la movilización. Por 
ejemplo, lo voy a decir a pesar de que sé que pue¬ 
de resultar molesto. No estoy de acuerdo por 
ejemplo con alguna de las actividades que están 
realizando «Hijos» en este momento. La organi¬ 
zación «Hijos», creo que fractura. N o sólo no 
estoy de acuerdo porque creo que es trasladarle 
una presión psicológica a los hijos de estos seño¬ 
res, que pueden pudrirse en el infierno, de modo 
que no me interesa nada de lo que se haga por 
ellos sino por sus hijos. Es trasladarle la misma 
presión psicológica, una situación de conflicto 
que vivimos nosotros, y sabemos lo que es esa 


presión psicológica que vive los hijos de desapa¬ 
recidos, porque acá no tengo más remedio que 
hablar en tanto como tal, además de como perio¬ 
dista. Y segundo por eso que decía yo de esen¬ 
cial, creo que cada una de las actividades que hay 
que seguir realizando para mantener a la opinión 
pública alerta, expectante, exigente en ese sentido, 
tienen que ser todas pensadas para conducir a gene¬ 
rar el más amplio nivel de exigencia de la mayor 
cantidad de gente posible y así es la única forma en 
que si hay posibilidad de encontrar una solución se 
va a encontrar una solución. Todo esto es en tanto 
que reflexión, obviamente también una contribución 
al panel para abrir la discusión. Como integrante de 
ese panel podría formular una pregunta pero resulta¬ 
ría me parece simplificador. 


Periodista Gustavo Antúnez: La pregunta es 
para todo el panel; pues tanto para los actores 
políticos, sociales y porqué no religiosos, la res¬ 
puesta puede ser diferente. Ayer en el brindis de 
fin de año de la Comunidad Israelita, el presiden¬ 
te de esta Comunidad, una vez más tomó el tema 
de la imprescriptibilidad de los delitos de lesa 
humanidad y la necesidad de encontrar una forma 


25 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


de responsabilizar y de castigar a aquellos que 
cometieron delitos. A nadie escapa que el Presi¬ 
dente de la Comunidad Israelita es un amigo del 
Presidente Sanguinetti, y que además visita con 
frecuencia el Edificio Libertad y su despacho en 
forma bastante asidua. O sea que no debe haber 
salido porque sí con esta afirmación del día de 
ayer. Y esto me recuerda que el Presidente 
Sanguinetti en algún momento también dio señales. 
El Senador Michelini, aquí presente, cuando tuvo 
que hacer el planteo aquel del Batallón 13 y el tema 
de la operación «Zanahoria» y demás, contó que 
tuvo de alguna manera algún tipo de señal del entor¬ 
no del Presidente Sanguinetti. Y este tema no es 
nuevo, el del doble discurso, o el discurso disocia¬ 
do, para afuera una cosa y para adentro otra. Pero 
también adentro tenemos otras dobles señales. 
¿Cómo se hace desde el movimiento pro verdad, o 
hacia la verdad, para combatir un discurso 
esquizofrénico de alguna manera? ¿Cómo se hace?. 

Diputado Víctor Semproni: Yo voy a intentar 
una respuesta, primero a la afirmación anterior. 
Creo que ninguna de las ideas, fórmulas, pro¬ 
puestas, que en los diferentes momentos fueron 
apareciendo, fue la ideal. Porque si hubiera apa¬ 
recido la ideal, se hubiera transitado y el tema 


hubiera estado resuelto. Pero creo que tuvieron 
una gran virtud, más allá de todas las críticas que 
se puedan hacer. 

Permitieron, en primer lugar por el manejo del 
debate, el apoyo, la discrepancia en torno a ellas. 
Tuvieron la virtud de generar a través de la publi¬ 
cación, difusión y el debate que hicieron los me¬ 
dios de prensa de las mismas, ir convenciendo a 
la población de que este tema no estaba resuelto. 
Y en segundo lugar, fueron avanzando hacia el 
logro de una conciencia cada vez más fuerte tam¬ 
bién a nivel ciudadano, de que había que buscar 
caminos para resolverlo. Por eso entonces bien¬ 
venidas las que están y las que puedan venir. Y 
como decía Javier, habrá un momento en que par¬ 
te de alguna, puntos de todas, puedan hacer 
transitar caminos que lleven a buen puerto, o que 
nos permitan alcanzar el objetivo. 

En lo que tiene que ver con la última pregunta, ¿ 
cómo se hace?. Yo creo que en definitiva estamos 
casi ante la misma reflexión, o la misma respues¬ 
ta que daba antes. Es decir, si nosotros no somos 
capaces de generar una conciencia ciudadana que 
enmarque la imperiosa necesidad de transitar ca¬ 
minos para resolver el tema, en el momento que 
eso se está generando, el doble discurso cae por- 


26 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

que deja de ser creíble. Entonces en lo que hay 
que avanzar es en el desarrollo del grado de con¬ 
ciencia del ciudadano que hace que el doble dis¬ 
curso, ese que ni siquiera es doble, que es triple 
podríamos decir, porque en el exterior es uno, en 
la interna públicamente es otro y en la interna 
corta o privada otro Llega un momento que ya es 
negativo practicarlo, por ser rechazado absoluta¬ 
mente.. Yo no encuentro otro camino para res¬ 
ponder a esto. 

Senador Rafael Michelini: El Presidente de la 
República da señales, a veces para un lado y a 
veces para otro. No sé si con esto contesto, yo 
creo que el Presidente de la República es inteli¬ 
gente, sabe que se le va a juzgar su gobierno por 
este tema; no se lo va a juzgar por la inflación, no 
se lo va a juzgar por la acción de Mosca, se lo va 
a juzgar por este tema. Si lo resuelve sale por la 
puerta grande, si no lo resuelve sale por la puerta 
pequeña de la Historia. Y hasta último minuto se 
va a batir en ese dilema. Y cada vez que ve una 
puerta sabe que puede estar una posibilidad, natu¬ 
ralmente las ataduras, las cadenas, esa impunidad 
lo atrae más. Yo no creo que haya otra posibilidad 
de extender esa situación. El Presidente 
Sanguinetti en el primer período hizo la paz del 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

Estado. En el segundo período debió, debería, 
todavía le quedan meses, hacer la paz de las al¬ 
mas. Si él no hace su tarea a sus ojos, y a los ojos 
de la Historia, sería incompleta, él lo sabe. Yo 
creo que también hay una cuestión de animarse. 

Y pudiéndolo, en mi opinión, hacer, teniendo 
condiciones, ni siquiera él va a pelear un momen¬ 
to electoral, ya es la segunda vez que es Presiden¬ 
te, se ve que las fuerzas de la impunidad todavía 
son más poderosas. 

Periodista Gabriel Mazzarovich: Yo quisiera 
ahondar un poco más en esto que estaba diciendo 
el Senador Michelini, porque a la luz de lo que 
está pasando y un poco para medirlo con la mis¬ 
ma vara, en el sentido de que hay una lógica de 
los hechos, que está diciendo que el problema no 
está resuelto. Los gobiernos desde la sanción de 
la Ley de Caducidad se van enfrentando periódi¬ 
camente, a problemas políticos que tienen costo 
político por la actitud que asumen con respecto al 
tema de los derechos humanos. Entonces están 
los pronunciamientos internacionales, están las 
manifestaciones populares, están las propuestas 
de distinto tono. Sin embargo, como decía el Se¬ 
nador Michelini, sistemáticamente se cierran las 
puertas. En el discurso se niega toda posibilidad 


27 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DKRIÍCIIOS HUMANOS Y UA VKRDAD 


de buscar una solución siquiera de negociar, 
como planteaba Javier. En esa negativa siempre 
hay una referencia a que podemos volver a los 
tiempos oscuros. Yo interpreto eso como una per¬ 
manente alimentación de un miedo, de un discur¬ 
so que trata de infundir miedo. Pero no compren¬ 
do la actitud de los políticos, y concretamente la 
actitud del Presidente Sanguinetti. Porque por 
otro lado el costo político es muy alto. 

Entonces lo que yo quiero preguntar es, si hay 
algo más atrás de las ataduras y las cadenas que 
dice el Senador Michelini, que para mí no son 
suficientes para explicar la conducta que está lle¬ 
vando adelante en materia de derechos humanos. 
Y si partimos de la base de que una solución al 
problema de los derechos humanos, en los térmi¬ 
nos en que está planteado hoy, no implica un ries¬ 
go de ruptura institucional, creo que nadie lo sos¬ 
tiene. Entonces cuáles son las razones por las que 
el Presidente Sanguinetti no se aviene siquiera a 
negociar. ¿Y es él? Ese es otro dato; él un civil 
quien sistemáticamente cierra las puertas y 
sistemáticamente sabotea cualquier posibilidad 
de diálogo, más allá de una respuesta concreta a 
lo pedido por los familiares. 


Senador Rafael Michelini: Naturalmente que 
sería bueno que la prensa se lo preguntara a él. 
Nosotros cumplimos nuestro rol, Uds. cumplan el 
suyo. Segundo, las situaciones más inexplicables 
-porque en este caso de la situación de Pinochet 
todos los amigos deSanguinetti, del círculo de 
Montevideo, se expresaron a favor - independien¬ 
te del tema jurídico, yo no me voy a meter en eso, 
Alain Tourain, Felipe González, y demás se ex¬ 
presaron a favor de lo que está haciendo Inglate¬ 
rra y lo que está haciendo España. Y él sin que 
nadie lo preguntara, a nivel internacional nadie 
estaba pensando lo que iba a decir el Presidente 
del Uruguay, el Presidente Sanguinetti sale a ex¬ 
presar una opinión contraria. Todos conocemos al 
Presidente Sanguinetti, sabemos que su relación 
al tema internacional lo cuida como su niña de 15 
años. Entonces la situación es más inexplicable. 
Quizá siente que si la comunidad internacional se 
entromete, incursiona en la situación chilena, vía 
el tema derechos humanos nada más ni nada me¬ 
nos que con Pinochet. A partir de ahí la comuni¬ 
dad internacional, teniendo las instancias del 
caso, jurídicas naturalmente, se puede meter con 
cualquiera. Quizás lo ve él y por las dudas, sale a 
tratar de marcar con mucha fuerza cuál es su pos¬ 
tura. 


28 



UNA 


CONTRIBUCION 


AL 


DIALOGO 


POR 


Pero así como en el año 95 y 96 el objetivo para 
muchos era poner el tema en la opinión pública, y 
empezar con el tema de las posibles respuestas, 
mi preocupación hoy no es el tema de lo que 
piensa el Presidente, naturalmente marcar y dejar 
muy en claro que no nos representa, ni representa 
al país, ni a los uruguayos. Lo que a nosotros sí 
nos preocupa, y ese fue mi intento inicial, es que 
así como no sirve cualquier supuesta salida, tiene 
que haber una respuesta a las familias y una res¬ 
puesta a la sociedad. También tiene que haber un 
reconocimiento a ese internacionalismo que to¬ 
maron las fuerzas represivas, y esa similitud de 
situaciones que los militares de todos los países 
de esta zona del sur tuvieron. Es más, tenemos un 
caso muy claro de una situación derivada de esa 
interrelación entre los militares de esta parte del 
continente, que es la situación de Berríos, crimen 
político notorio que no lo alcanza la Ley de Ca¬ 
ducidad y que sin embargo poco se ha hecho por 
parte del Estado. No estoy hablando de la justicia, 
estoy hablando de clarificar, investigar y 
responsabilizar a quienes cometieron ese crimen. 

Diputado Víctor Semproni: Para mí el kid de la 

cuestión está en ¿qué pasa después que se logren 
las reivindicaciones que nosotros reclamamos? Si 


LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 

se llegue lo más tarde posible a lo que se está 
planteando, exigiendo, habrá mayores posibilida¬ 
des de que la impunidad de quienes son respon¬ 
sables, en definitiva, logre que la Ley los exima 
de la penalización. Porque después que se logre 
el reclamo que hoy está puesto sobre la mesa, el 
temor a lo que puede venir después, es lo que 
hace que se trate de dilatar al máximo la llegada 
de la solución. 

Periodista: Da la sensación como que el tema 
después de una fase de cierto movimiento y cierta 
dinámica ahora está en estado de estancamiento. 

Y Uds. han señalado la posición que en esto esta¬ 
ría cumpliendo la inacción, o la dificultad de po¬ 
der sentar ante una mesa, formal o informal, al 
Poder Ejecutivo. ¿Uds. creen que nada puede es¬ 
perarse de aquí a que termine esta Administra¬ 
ción? ¿Creen que todavía puede lograrse algo?. 
Eventualmente ¿qué escenarios pueden haber 
después ante un cambio de Administración?, 
¿cuáles pueden ser las claves de esos futuros es¬ 
cenarios?. 

Escritor Mauricio Rosencoff: Si Hillary hubie¬ 
se pensado que el Everest no era accesible no se 
hubiera dedicado al alpinismo. Yo en forma 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


apriorística en mi razonamiento no descarto la 
posibilidad de que en el presente ejercicio se pro¬ 
duzca. Porque simultáneamente pienso que cuan¬ 
do la correlación de fuerzas, cuando la coyuntura 
le exija a Sanguinetti encontrar una alternativa, él 
va a inclinarse por esa alternativa. En esa hipóte¬ 
sis trabajo. Todas las manifestaciones, todas las 
movilizaciones, todo el peso impresionante de la 
prensa juegan en esto un papel muy importante. 
Cuando a alguien al que se le responsabiliza va a 
un quiosco y se encuentra que en la primera plana 
de los diarios de alguna manera él está presente, 
o cuando prende el televisor y se ve allí, ese hom¬ 
bre procura, busca, a una solución, reconoce su 
responsabilidad.. A mí lo que más me preocupa 
de este asunto es el temor de ver la paja en el ojo 
ajeno y no la viga en el propio; no nos hacemos 
responsables; cito esto con el permiso de 
Galimberti. A veces nosotros no actuamos con 
responsabilidad cuando surge una fisura de parte 
del gobierno. Pienso que hoy por hoy el delito 
más grave es el silencio. El delito de lesa huma¬ 
nidad más importante de hoy es el silencio. Hay 
un trascendido de Sanguinetti que dice que si sur¬ 
ge una propuesta viable de pronto la habilitaría. 
Eso se ha filtrado de muchas maneras, ¿será ver¬ 
dad, no será verdad? 


Pero de cualquier manera si nosotros estamos 
presionando, eso lo tenemos que tener presente. 
Pero cuántas veces han surgido voces dentro del 
propio gobierno que nosotros las hemos rechaza¬ 
do, las hemos rebotado. Cuando Tróccoli, que no 
es del gobierno pero que de alguna manera tiene 
que ver con esto escribe un libro donde dice en 
determinado pasaje «hay restos de los desapareci¬ 
dos que no se van a encontrar», lo primero que se 
nos ocurre decir es «torturador, asesino». Él está 
hablando. Si él sabe que hay restos de desapareci¬ 
dos que no se van a encontrar, ¿ qué restos son 
esos?, No habla en el aire. Pero al mismo tiempo 
está diciendo que hay restos de desaparecidos que 
sí se pueden encontrar. Y nosotros lo que hace¬ 
mos es bajarle la cortina. Cuando el gobierno 
dice que el tema está cerrado y a los dos días Ba¬ 
talla que es Vicepresidente, dice que el asunto no 
está cerrado, le caemos a Batalla. Cuando Samuel 
Lichtenstein plantea una propuesta cuando el 
asunto está cerrado, nosotros también le caemos; 
¿qué la fisura era insuficiente? ¿Qué era peque¬ 
ña?, Quizá, pero había una fisura. Nosotros tene¬ 
mos que trabajar sobre esa fisura. 

Pienso que el asunto no está cerrado, que lo que 
se puede hacer ahora, es actuar. Esto no es para 


30 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

mañana y como decía un mamado del barrio que 
siempre lo echaban del boliche y le trancaban la 
puerta para que no volviera a entrar, se metía por 
la ventana y decía, «cuando al tigre le cierran la 
puerta entra por la ventana». 

Periodista Gabriel Mazzarovich: Una breve 
reflexión y dos preguntas. A mí me parece que 
una de las primeras cosas que Sanguinetti no ha 
asumido y que de repente en otros países de 
América del Sur ya está más claro, por lo menos 
lo hablan con más naturalidad, es que la estrate¬ 
gia de la impunidad fracasó, y ellos jugaron muy 
fuerte a la estrategia de la impunidad. Jugaron tan 
fuerte que hasta violaron las leyes electorales, 
metieron adelante de la sociedad los fantasmas 
del golpe de Estado cuando todavía estaba muy 
fresco y en forma absolutamente irresponsable. 
Creo que no vale la pena ni recordar - delante de 
todos los que estamos aquí - la campaña misera¬ 
ble que hicieron cuando el voto verde y el voto 
amarillo con Sanguinetti a la cabeza. Entonces 
creo que eso, por lo que jugó tanto y pagó el cos¬ 
to que pagó y todo lo demás, todavía mantiene el 
discurso de que esa estrategia está viva y pensaba 
que con esa estrategia además de la paz del Estado 
liquidaba todo lo otro y no pudo. Y eso es una pri- 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

mera cosa que le va a costar mucho. Porque otro de 
los rasgos particulares de nuestro Presidente es que 
nunca pierde, por lo menos públicamente. 

A mí me parece que además de hablar de estas 
cosas y de las posibilidades que hay, yo comparto 
que uno de los aspectos centrales tienen que ser 
la exigencia a la responsabilidad política del go¬ 
bierno en buscar una solución - porque la socie¬ 
dad civil puede hacer mucho pero el gobierno 
tiene que dar un paso hacia eso - de lo contrario 
todo lo demás será darse contra un muro. Com¬ 
parto en contribuir a ahondar todas las fisuras que 
puedan haber, pero también creo que sería un 
error sobrevalorar las fisuras. Porque también en 
este contexto la estrategia general puede ser la 
que se termine imponiendo, las fisuras a veces 
son funcionales a esa estrategia. 

Entonces lo que sí pienso en realidad es pregun¬ 
tarles también sobre nuestro papel. Porque tam¬ 
bién la prensa colabora o no con la búsqueda de 
la verdad y con la apertura de espacios. Aquí se 
ha manifestado la iniciativa que han tomado los 
compañeros de “Hijos” de hacer el escrache a 
Gavazzo, que seguramente no sea el único y que 
seguramente debe ser una cosa debatida. No esta¬ 
mos juzgando las intenciones, porque están claras 


31 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

gente, y esto no lo digo particularmente por lo de 
Hijos que en todo caso lo discutiremos con los 
compañeros. Es fundamental que las iniciativas 
que tomemos sean iniciativas responsables y no 
sacarnos la calentura. Porque para pegar gritos y 
cacarear todos somos mandados hacer. Y para 
tirar piedras a la vereda de enfrente no hay nin¬ 
gún problema. 

Pero hay que ser conscientes de saber que si la 
medida que tomamos, primero, acerca gente, 
cohesiona las filas. Porque eso es lo que me va a 
permitir a mí realmente reclamar al gobierno. Y 
lo otro, si no les hago el juego a los otros. Fíjate 
lo que pasó con el tema Julien ahora, hace tres 
días, cuatro días, el lío se armó el lunes o el mar¬ 
tes, el tema es, se presenta una denuncia en París 
que mete todo el tema de la operación «Cóndor», 
entre otros se menciona al Goyo Alvarez, es dis¬ 
cutible si es una macana o no es una macana. Lo 
que sale en la página de El País me interesa, por¬ 
que si lo dice La República, perdóname, yo leo 
La República todos los días, me encanta, o si lo 
dice Brecha estamos jugando en la misma can¬ 
cha, nos movemos en el mismo sector. A mí me 
interesa llegar a otros sectores, que eso lo tome 
Canal 12, El País, los grandes medios que llegan 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

a las masas. ¿Qué publica El País? El Goyo 
Alvarez denunciado, la noticia es esa, es el Goyo, 
la operación «Cóndor» y la desaparición de los 
Julien y la aparición de Anatole y Victoria en 
Valparaíso eso es totalmente secundario en ese 
momento. Pero no contentos con eso; a raíz de 
las declaraciones que hace un hermano de Roger 
Julien, el desaparecido, Luis Alberto, acá en 
Montevideo, con todo el derecho del mundo, a mi 
gusó, más allá de que las comparta o no las com¬ 
parta, pero el tipo sale a decir lo que él piensa, 

«yo no hice denuncias, yo no tengo interés en ha¬ 
cer denuncias». Qué publica el diario La Mañana, 
que es el diario del Partido Colorado, porque va¬ 
mos a dejarnos de embromar, jamás publicó una 
línea sobre los desaparecidos, jamás. Entonces en 
ese momento aprovecha esta situación y en pri¬ 
mera plana de La Mañana el día martes, «Fami¬ 
liares de Julien desmienten a la abogada en Pa¬ 
rís». Ese es el manejo que hace la prensa. 

Entonces cuando uno sale para afuera y toma me¬ 
didas, tiene que ver si junta por un lado, y tiene 
que ver si no puede ser aprovechado, para ali¬ 
mentar a la reacción, dicho esto en los dos senti¬ 
dos, en el sentido reaccionario y en el sentido re¬ 
acción. Hay que ser cuidadosos. Lo ideal en este 


34 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


tema es intentar coordinar al máximo. Los que 
estamos acá lo hemos intentado en todos los co¬ 
lores, y hoy Luis Pérez Aguirre, capaz que es 
nuestro arquitecto intentando coordinar. Pero en 
ese sentido hay que tener mucho cuidado. Y lo 
otro, la prensa es fundamental, acá si no salís en 
la cajita de embobecer gente, que se llama televi¬ 
sión, no existís. A veces te llaman y habla sólo 
Gross Espiell, pero no importa, igual hay que ir, 
igual hay que estar. 

Periodista Jorge Rovinsky: Desde que tengo 
memoria en este tema he acompañado, como casi 
todos nosotros, esta lucha. Yo cuando digo diálo¬ 
go por los derechos humanos y la verdad, ¿qué es 
lo que me llama? ¿ la verdad como un acto de 
justicia?, ¿ la justicia relativa?. Yo recuerdo en 
una entrevista que le hice a Sara Méndez, y que 
me conmovió, hablaba de la justicia y que tarde o 
temprano llega, una frase hecha dramática, a la 
cual Sara Méndez me contestó: «Jorge, cuando la 
justicia demora en llegar no es justicia». Y no es, 
por lo tanto creo que en el fondo, yo soy bastante 
escéptico a soluciones en el corto plazo, porque 
el tiempo me ha dado la razón; pero sí, soy cons¬ 
ciente de que es muy importante que el tema esté 
siempre en debate por una razón del artillero. 


para que no se repita nunca más, que es en defini¬ 
tiva lo que estamos buscando todos. Porque más 
allá de las razones religiosas, las jurídicas, y las 
políticas que yo las respeto muchísimo, y las en¬ 
tiendo, porque antes que nada soy un hombre 
político, en esto, en la complejidad de esto, trato 
de ver qué es lo máximo que se puede lograr. Soy 
muy escéptico con respecto a logros absolutos en 
el corto plazo, es decir de verdad y de justicia. 

Sin embargo debo reconocer que la lucha 
continua, permanente, ha permitido que el tema 
no desapareciera. 

Creo que en esencia, y acá tenemos que vernos a 
nosotros mismos en su totalidad. Hace un tiempo 
atrás, el año pasado, conversando con una perio¬ 
dista norteamericana, yo le decía, necesito hacer 
esto porque si no puedo plantear el tema central 
de esto me es muy difícil hacer una pregunta en 
las cuales conozco las respuestas, y las preguntas 
que yo puedo hacer forman parte de esto. En esa 
oportunidad la periodista norteamericana, hablan¬ 
do de este tema, investigando, me hizo una pre¬ 
gunta y yo dije: « Los uruguayos le dieron una 
solución política a este tema, nos guste o no nos 
guste, se la dieron. No sólo se la dieron sino que 
la acataron todos». Yo le decía eso porque desde 


35 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


Comunicador : Te hago Víctor una pregunta 
bien concretita. ¿No crees que de pronto lo mejor 
es descansar el gran esfuerzo sobre las organiza¬ 
ciones religiosas para que ellos encuentren los 
caminos que resuelvan parte de este problema? 

Diputado Victor Semproni: En concreto te digo 
categóricamente que no, porque creo que es una 
obligación de la sociedad toda donde la Iglesia 
como conductora y rectora de determinadas nor¬ 
mas casi morales, hace muy bien que se sume a la 
voz del pueblo interpretando ese sentimiento ciu¬ 
dadano popular, pero el que tiene la responsabili¬ 
dad de resolverlo es la sociedad en su conjunto, 
no son las instituciones religiosas. 

En lo que tiene que ver a la respuesta anterior, yo 
quiero decir tres cosas porque no quiero eludir 
responderlas. En referencia a la instalación de la 
OCOA en el Comando General del Ejército, to¬ 
dos sabemos que ese es un hecho que busca equi¬ 
librios a una decisión presidencial, que se equivo¬ 
ca el Presidente Sanguinetti en la valoración polí¬ 
tica que hace de tomar la resolución, los resulta¬ 
dos y las repercusiones que tiene. Me estoy refi¬ 
riendo a la recomposición de carrera de 41 milita¬ 
res. Automáticamente como nadie está en condi¬ 


ciones de imponerle a nadie soluciones, ni dentro 
ni fuera de las instituciones y de la sociedad, apa¬ 
recen los equilibrios. Y la OCOA instalada hoy, 
en el Comando General del Ejército; es una res¬ 
puesta a la recomposición. 

En segundo lugar, que la relación entre las dicta¬ 
duras, o los vinculados a todo esto de la dictadura 
y este tema que estamos tratando, están íntima¬ 
mente ligados a la corrupción, donde lamentable¬ 
mente hemos sido sumamente débiles en no en¬ 
contrar caminos para descubrir eso. Y hemos vis¬ 
to cómo hasta connotados personajes de esas dic¬ 
taduras, como el caso Gavazzo, fueron procesa¬ 
dos por delitos comunes y vinculados a los pro¬ 
blemas económicos. Y seguramente si escarbára¬ 
mos encontraríamos montones. Y creo que sin 
ninguna duda también el mantener la impunidad 
apunta a que se sigan también manteniendo en 
silencio cosas que pudieran aparecer y que vincu¬ 
larían incluso a quienes hoy no están directamen¬ 
te vinculados a esos sucesos, sectores empresaria¬ 
les, entre otros. 

Y por último lo de los escraches. Yo no tengo 
ninguna duda en que toda medida de lucha apor¬ 
ta, y comparto que si hay quienes entienden que 
ese es el camino, - en la medida que lo hagan con 


37 



IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS I) K RKCHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


respeto y dentro de los límites convencionales 
que toda manifestación popular debe tener-. Yo 
podría estar de acuerdo. No si se adoptaran acti¬ 
tudes. Pero en la medida que ése escrache es el 
señalamiento de una conducta ética y moralmente 
condenable frente a los iguales, o a los vecinos, 
me parece perfecto que no es nada más y nada 
menos que lo que hicimos siempre en el plano 
sindical con los carneros. 

Periodista Hugo Machin: ¿Cuáles son los obstᬠ
culos que argumentan quienes desde las Fuerzas 
Armadas podrían dar datos, o estarían en condi¬ 
ciones con un mínimo de respaldo de darlos?. No 
cuestiones individuales, sino ¿cuáles son los ar¬ 
gumentos que ellos dan para que estén obstaculi¬ 
zando esa postura?. Supongo que cualquiera de 
Uds., o quizás varios de Uds. que han estado en 
conversaciones directas deben tener respuesta 
para eso. 

¿En qué medida el no haber conocido la verdad 
de lo ocurrido con los desaparecidos desde tantos 
años ya ha distorsionado esa propia verdad?. 

Periodista Samuel Blixen: Es un poco comple¬ 
mentaria, yo iba a referirme a lo que había dicho 
Javier « lo que no está en la televisión no existe», 


igual seguimos escribiendo, y si es por la televi¬ 
sión uruguaya no se va a edificar la memoria. 

Pero yo quiero como el compañero ir como el 
compañero, a algo bien a lo cortito. Yo no la ten¬ 
go clara, sobre todo después de lo de Berríos. ¿ 

El principal escollo a una solución a los proble¬ 
mas de los derechos humanos es militar o es ci¬ 
vil? 

Diputado Víctor Semproni: Respondiendo a 
Hugo Machín, la traba de los militares, una de las 
respuestas que yo recibí es no hay información. 
Otra, es un tema institucional, funciona como en 
el “escondite”, le preguntas a uno y la piedra la 
tiene el otro. 

Periodista: Primero, más vale que sigan escri¬ 
biendo; yo quiero llegar también a los grandes 
medios. Con respecto a los escollos, la intuición 
que yo tengo - probablemente Mauricio pueda 
ratificar esto- es que en este momento el escollo 
más grande lo tenemos a nivel civil, francamen¬ 
te yo creo que sí. No estoy diciendo que los mili¬ 
tares son buenísimos, que todos están dispuestos 
a hablar, que se van a parar en el Estadio Cente¬ 
nario a conversar, ni cosa por el estilo. Yo no ha¬ 
blé con ningún militar. Pero creo que el más gran- 


38 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


de escollo en este momento es civil. Y no entendí 
la pregunta, si el tiempo ha distorsionado la ver¬ 
dad sobre los desaparecidos. Probablemente difi¬ 
culta obtener la verdad. Una de las urgencias que 
hay es que quienes participaron en la represión en 
aquellos años, la mayoría están vivos; que 
Sanguinetti diga lo que quiera pero la mayoría 
están vivos. Creemos que hay archivos. Sin duda 
el tiempo no corre a nuestro favor, pero creo que 
todavía es posible llegar a ella. 

Escritor Mauricio Rosencoff: La primera cues¬ 
tión es que hay manifestaciones de sectores de las 
Fuerzas Armadas que desearían que esto tuviera 
un punto final. No creo que sean en este momen¬ 
to determinantes de nada, pero dos por tres a al¬ 
guien se le escapa. Lo que dijo el Contraalmiran¬ 
te Molí es muy gordo, porque era además un 
hombre que era jefe de un Servicio de Inteligen¬ 
cia, también el Coronel Agosto saca públicamen¬ 
te una carta apoyando la iniciativa de Galimberti. 
Tanto uno como otros pertenecieron a los S2, que 
eran los servicios de interrogatorio. Es muy difí¬ 
cil encontrar a un oficial que durante el proceso 
haya participado en los interrogatorios, porque era 
una norma estricta en los cuarteles. Desde el enfer¬ 
mero, hasta el último clase, hasta el último soldado, 


y/o guardia por prevención institucional, debía asis¬ 
tir a la sesión de tortura e interrogatorio. 

Es decir que la protección que tienen ellos es una 
protección global. ¿ En qué momento va a ser 
posible alcanzar una solución? Nosotros tenemos 
un talón de Aquiles que tiene que ver con noso¬ 
tros, y es que no hay una coordinación entre to¬ 
dos aquellos que aspiramos a una solución del 
tema de los desaparecidos. A mí me parecen muy 
bien todas las manifestaciones; me parece muy 
bien que el asunto no decaiga, pero ¿ quién con¬ 
trola eso?, qué coordinación, qué conducción 
dice «ahora interviene el PIT-CNT, ahora salen 
los muchachos, ahora intervienen... etc.». No te¬ 
nemos una coordinación. Es muy difícil estable¬ 
cer un diálogo, intentar un diálogo de esta natura¬ 
leza porque lo primero que preguntan es, bueno, 
y qué van a decir tales, o qué van a decir cuáles. 

El gran temor de los sectores que tienen la infor¬ 
mación, que se sabe con nombre y apellido, que 
han salido públicamente, Existen dos sectores 
enquistados en las Fuerzas Armadas que tienen 
un elemento de presión muy grande y que tienen 
la información. Ellos quieren que no los toquen. ¿ 
Nosotros nos hemos puesto de acuerdo en que los 


39 



UNA 


CONTRIBUCION 


AI- 


DIALOGO 


POR 


toquen o no los toquen? No, no nos hemos puesto 
de acuerdo. Hay militares nuestros que han mani¬ 
festado públicamente que hay que ir más allá. 
Entonces ¿ cómo manejamos eso en un diálogo? 
Quiere decir que nosotros no nos hemos puesto 
de acuerdo entre nosotros cómo llevar adelante 
ese diálogo. 

Desde el punto de vista de ellos, yo tengo la im¬ 
presión, y algún atisbo de información de que si 
hubieran ciertas garantías de que la información 
trasciende sin que se vean involucrados aquellos 
que la proporcionan, se podría marchar. Si hubie¬ 
ra en marcha algo así, yo actúo sobre la hipótesis 
de que de pronto el Poder Ejecutivo ante un meca¬ 
nismo de diálogo viable, levantaría la veda, que sin 
levantar la veda ningún oficial se pronuncia. Porque 
Agosto tiene una sanción de 6 meses, o de no sé 
cuánto tiempo, por haber apoyado una gestión. Es 
decir, hay algo que podemos hacer nosotros: cómo 
se gesta una conducción de aquellos que demanda¬ 
mos la solución del tema desaparecidos. 

Senador Rafael Michelini: La verdad se va a 
saber, yo no tengo dudas. Se ha avanzado muchí¬ 
simo en este país. En el año 95 en una conversa¬ 
ción, - tuve varias- con el Comandante en Jefe 
Curuchet, yo le dije por qué no dan pasos ahora 


LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 

que nadie se los está reclamando - Si ellos hubie¬ 
ran sabido hasta qué punto la comunidad urugua¬ 
ya y la comunidad internacional avanzarían, yo 
no sé lo que hubieran hecho. Lo que pasa es que 
nos transmitieron, mire, Senador, no la está pi¬ 
diendo nadie. Tal es así que la verdad se va a sa¬ 
ber. Ya se sabe. El problema es que hay que 
oficializarla. No es que estamos reclamando algo 
que desconozcamos, además de la historia que se 
pueda construir para la familia. Si la verdad se va 
a distorsionar, creo que no es ése el camino. La 
verdad hay que clarificarla. 

Pinochet hasta hace muy poco, era el gran cons¬ 
tructor de la modernidad chilena, el Presidente, el 
mandatario y el Senador vitalicio, o el Senador. 

Ya nadie habla de eso, ahora hablan del ex -dicta¬ 
dor. Algunos, quizá la derecha, el grupo de apoyo 
a Pinochet. Pero más bien todos lo pusieron en su 
lugar, fue el dictador. La propia defensa de 
Pinochet, el esfuerzo en que se detuvo la abogada 
fue en demostrar que esos horrores no podían ser 
juzgados porque tenía inmunidad. Pero no dijo, 
esos horrores no se hicieron. 

Para la última pregunta. Yo creo que si el Presi¬ 
dente manda, la verdad empieza a caminar. 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


Periodista: ¿ Por qué no manda? 

Senador Rafael Michelini: Esa es una respuesta 
que tendrá que dar él, nosotros se la vamos a exi¬ 
gir permanentemente. Pero si el Presidente man¬ 
da, la verdad empieza a caminar. Los militares 
son una estructura vertical, necesitan certezas, el 
Presidente no les da certezas, o la certeza que les 
ha dado hasta ahora, es la certeza de la impuni¬ 
dad. 

Diputado Víctor Semproni: En primer lugar que 
el tiempo, en la medida que transcurre, sin ningu¬ 
na duda va dificultando cada vez más el logro de 
elementos que pueden ayudar a conformar la ver¬ 
dad. Va habiendo una confusión en las nuevas 
generaciones respecto a lo que fue la verdad real¬ 
mente, en función de lo que va transcurriendo y 
de la transmisión que se va haciendo. Yo no ten¬ 
go ninguna duda que el tiempo va en contra, pero 
esa es una realidad, por eso creo que deberíamos 
buscarla lo antes posible. 

Pero me quiero referir a lo otro que es lo que me 
importa contestar, y que es un poco el círculo del 
cual no hemos podido salir. Yo no tengo ninguna 
duda que la impunidad se acordó en el Pacto del 


Club Naval. Ahí fue cuando se acordó la salida 
democrática apresurada, donde se sella un acuer¬ 
do que permite la restitución, la vuelta a la demo¬ 
cracia pero con determinados límites y condicio¬ 
nes; que Sanguinetti es el que lidera a las fuerzas 
políticas de este país hacia esa salida. Y ahí se 
acuerda, ese elemento no se puede perder de vista. 

Por otro lado tenemos que dentro de las Fuerzas 
Armadas desde el primer momento se desarrolló 
una política para ensuciar a todos, no hay nadie 
que no tenga las manos sucias, porque el Alférez 
que llegaba a la Unidad se lo ponía a «tachear» 
para que nadie pudiera señalar al otro porque él 
no había hecho nada. Esa es una realidad, una 
política que siguieron las Fuerzas Armadas desde 
el inicio, los que la vivimos la sabemos muy bien. 
Y luego viene el tema de la orden, es decir el res¬ 
peto a la orden. Y entonces hoy está la prohibi¬ 
ción de hablar. Y cuando alguien se ha ido de la 
prohibición hemos cometido el error, lo decía 
Mauricio al principio, que en lugar de incentivar 
que siga hablando salimos a condenarlo por lo 
que hizo y automáticamente hacerlo callar, y ese 
fue el resultado. 


41 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


SEGUNDO PANEL: 

El Mundo Religioso ante el 
Diálogo por la Verdad 


En los últimos tiempos hemos tenido declaracio¬ 
nes de la Conferencia Episcopal Uruguaya, de la 
Arquidióscesis de Montevideo y también mani¬ 
festaciones de iglesias cristianas, en particular 
las nucleadas en la Federación de Iglesias Evan¬ 
gélicas del Uruguay. 

Por eso, en este segundo panel vamos a tener la 
palabra del Lie. Presbítero Daniel Bazzano que 
es Vicario del Arzobispado de Montevideo quien 
va a exponer y comentar algunos de los pronun¬ 
ciamientos que la Iglesia Católica del Uruguay 
ha hecho con respecto al tema de los desapareci¬ 
dos. Y en segundo lugar vamos a tener la exposi¬ 
ción del Pastor Carlos Delmonte, de la Iglesia 
Evangélica Valdense del Río de la Plata, que en 


representación de la Federación de Iglesias 
Evangélicas del Uruguay está aquí compartiendo 
con nosotros este panel. 

De acuerdo a la dinámica que se utilizó hasta 
ahora, primero los panelistas expondrán breve¬ 
mente su posición y luego comenzamos el “juego 
libre ” de preguntas y respuestas por parte de los 
comunicadores. 

1.- Pbro. Lic.Padre Daniel Bazzano 

Quiero con este aporte, tomar como punto de par¬ 
tida de este aporte justamente una de las expre¬ 
siones, que más nos involucraron a las comunida¬ 
des religiosas en el panel anterior, el haber contri¬ 
buido a que el nivel del tema de los desapareci¬ 
dos se ubicara en un ámbito ético. Claro, después 
casi que nos mandan con la responsabilidad de, 
ya sé que no es así pero me dio esa impresión, 
menuda tarea llevar adelante todo este tema... 

Quiero decir que somos conscientes que tenemos 
un aporte para hacer, que aparte de sentirlo válido 
como desde el punto de vista de nuestra concien¬ 
cia religiosa comprobamos que resultó un aporte 
válido, y recogiendo expresiones, tanto en el ám¬ 
bito de la Iglesia Católica como un pronuncia- 


42 



UNA CONTRIBUCION AU DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


miento en conjunto de mayo de este año, justa¬ 
mente se insiste en este punto de vista ético, en 
este abordaje ético del tema de los desaparecidos. 

Yo tenía preparado para señalar o trabajar sobre 
dos conceptos propiamente éticos religiosos, que 
es el aporte desde donde nosotros podemos hacer. 
Dos conceptos que vienen a ser claves, uno es el 
pecado y el otro la reconciliación. En distintos 
pronunciamientos, tanto de diversos niveles, el 
concepto de reconciliación fue el que más quisi¬ 
mos trabajar y aportar. De alguna manera la so¬ 
ciedad uruguaya está sufriendo en su conciencia 
más íntima una fractura, pero no una mera divi¬ 
sión política, o una mera polarización de posicio¬ 
nes políticas, una división en su propia concien¬ 
cia interna. 

El problema de la impunidad afecta no solamente 
al ámbito político. El problema, o la experiencia 
de impunidad va como invadiendo por etapas 
otros ámbitos de la vida ciudadana y la vida so¬ 
cial. De alguna manera la experiencia de la impu¬ 
nidad, establecida por ley, es para nosotros como 
sociedad uruguaya un foco permanente de divi¬ 
sión interna. Repito, no de mera polarización po¬ 
lítica que ya sería preocupante por supuesto. Se 


nos divide la conciencia internamente, aparecen 
los dobles o triples discursos como se señalaba 
anteriormente. Y esa situación, que la experimen¬ 
tamos, está denunciando, está revelando que hay 
una situación de pecado que exige reconciliación, 
que exige un proceso por el cual la sociedad uru¬ 
guaya se reconcilie consigo misma al asumir su 
propio pecado. En este sentido el tema, no me 
gustaría hablar como el tema de, pero no encuen¬ 
tro otra expresión más adecuada, el tema de los 
desaparecidos se transforma como en el signo 
concreto, la piedra de toque, en tomo al cual 
nuestra sociedad uruguaya podrá reconciliarse 
dándole una respuesta, o no se reconciliará en la 
medida que no le dé respuesta. Es como el signo 
visible, nos estamos acercando, o nos hemos blo¬ 
queado en el proceso de reconciliación. 

Pero en la situación de pecado que venimos 
arrastrando, ¿el pecado donde está?. Está justa¬ 
mente en la violación de los derechos humanos 
expresada en la situación de los detenidos-des- 
aparecidos. Ese es el núcleo del pecado que nues¬ 
tra sociedad uruguaya necesita reconciliar. Y 
frente al pecado uno puede hacer varias cosas, 
tener varias actitudes. Una es negarlo: bueno, no 
fue tan grave, en realidad comparando con Ar- 


43 



IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

gentina, con Chile la situación acá en el Uruguay 
no da para tanto, en realidad fue algunas personas 
que perdieron puntos de referencia. Esa es una 
manera de negar la situación de pecado. Otra es 
querer justificarlo, y justificar en sentido bíblico 
es hacer justo, es decir «esto está bien», eso quie¬ 
re decir justificar. Se justifica lo que sucedió, se 
justifica nuestro pecado, se hace bueno en la me¬ 
dida en que el fin justifica los medios, como se 
refieren algunos discursos, la finalidad de salvar 
la democracia. Se justifica así el medio por el fin 
u objetivo a lograr. Evidentemente que negar el 
pecado, o justificar el pecado, es un camino sin 
salida. La propuesta bíblica del proceso de justifi¬ 
cación lleva, en primer lugar, a conocer la verdad, 
pero más que a conocer la verdad no es una mera 
información, yo creo que hay una atención allí 
que no-basta con tener información, hay que re¬ 
conocer la verdad. 

Hay que enfrentarse con la verdad, con nuestra 
verdad, con mi verdad y reconocerla como mala 
sin caer en tentaciones de querer justificarlas. Y 
decir: Esto está mal y estuvo mal. Lo que sucedió 
entre nosotros sucedió de tal manera, estuvo mal 
y está mal siempre. Esos son como los primeros 
pasos de enfrentamiento con la verdad. Aquí es- 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

toy sintetizando muy rápidamente una cantidad 
de elementos bíblicos que tenía pensado. Y por lo 
tanto, como se reconoce la verdad, no sólo se co¬ 
noce, se acepta como mala. Está lo que en teolo¬ 
gía católica llamamos el propósito de enmienda, 
que dicho de otra manera, nunca más, un com¬ 
promiso de nunca más. Como sociedad uruguaya 
enfrentados a la verdad, reconociendo la verdad, 
diciendo que estuvo mal, decir nunca más. Y el 
último paso final es la reparación, en la medida 
que sea posible, no siempre las consecuencias del 
pecado se pueden reparar. Pero la reparación es 
un signo de que se ha recorrido todo este proceso, 
este proceso que es reconocer la verdad, recono¬ 
cerla como mala, comprometerse al nunca más. 
Entonces reparo lo que me es posible. 

En este sentido, en este planteo de proceso de 
reconciliación, porque es el objetivo final, yo 
creo que es lo que todos queremos. En esto actúa 
también, para que el proceso sea completo, una 
parte que es muy difícil pero que de alguna mane¬ 
ra tiene que estar y yo sé que está, y es el perdón. 
Y que el perdón no es negar la justicia. Y aquí 
estoy usando la palabra en el otro sentido, no en 
el sentido bíblico, la justicia en sentido bíblico, 
justificación. Justicia es hacer algo que es bueno, 


44 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


cumplir los deberes decía hoy el Rabino Kripper 
para con mi hermano. Cuando uno piensa en 
nuestra civilización más griega que bíblica, pen¬ 
samos en la justicia como balanza. No es así la 
justicia de Dios en ese sentido. Pero tampoco im¬ 
plica negar ese tipo de justicia, significa apelar a 
una justicia mayor. Una justicia que perfecciona, 
o sea realiza plenamente la justicia humana que 
es imperfecta. 

En una reflexión que personalmente hacía hace 
algunos días. Un periodista me preguntaba sobre 
Pinochet, yo pensaba, pienso que es un reflejo de 
lo imperfecto de la justicia humana, en el sentido 
de inacabado. Qué justicia puede haber para las 
víctimas de nuestros regímenes dictatoriales. Po¬ 
drá haber justicia simbólica, pero es inacabada, es 
incompleta. Y la justicia mayor, en definitiva la 
justicia que nos hace justos, y a la cual nos referi¬ 
mos en última instancia al hablar del perdón, esa 
es la justicia de Dios. Yo creo que no es fácil - 
personalmente no me resulta fácil- mantener este 
tipo de planteo y de discurso en una sociedad que 
está tan vulnerada por el problema de la impuni¬ 
dad y por la insatisfacción de algo que no se lo¬ 
gra; y las preguntas en el panel anterior reflejaban 
esa sensación de caminos bloqueados. Pero yo 


creo que es un aporte que podríamos hacer, que 
debemos hacer sobre todo las comunidades reli¬ 
giosas. Me parece que se lo debemos también a la 
sociedad uruguaya de la cual formamos parte; 
nosotros no somos marcianos. En el seno de 
nuestras comunidades tuvimos y tenemos que 
hacer continuamente procesos de reconciliación, 
también por estas situaciones. 

2.- Pastor Carlos Delmonte 

Yo quiero agradecerles la oportunidad que me 
dan de participar en este panel. La persona que 
estaba encargada de ocupar este lugar no pudo 
hacerlo y me pidió a mí que viniera, por lo tanto 
estoy jugando de suplente en representación de la 
Federación de Iglesias Evangélicas del Uruguay. 
Me voy a tomar dos minutos para explicar un po¬ 
quito quién soy en ese contexto. 

La Federación de Iglesias Evangélicas del Uru¬ 
guay, está integrada por la Iglesia Metodista, la 
Iglesia Evangélica del Río de la Plata, la Iglesia 
Menonita, la Iglesia Evangélica Armenia, la Igle¬ 
sia Reformada Húngara, la Iglesia Luterana Uni¬ 
da, la Iglesia Pentecostal Naciente y la Iglesia 


45 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


Valdense. Yo soy Pastor de la Iglesia Valdense. 
Por tanto, como Pastor de la Iglesia Valdense, yo 
me identifico con una historia, que a mí me sirve 
para plantear el tema que nos ocupa esta noche, 
dentro de las comunidades donde estoy trabajando. 
La historia de la Iglesia Valdense es una historia de 
persecuciones, una historia de siglos de clandestini¬ 
dad,. Es una historia de perseverancia, buscando 
tres elementos. En primer lugar buscando la identi¬ 
ficación con los débiles, con los que no ganan nun¬ 
ca. Buscando la pobreza como estilo de vida, pobre¬ 
za en el sentido de vida austera, de vida simple. Y 
buscando lo que me parece más importante, luchan¬ 
do en cierta medida, por la libertad para predicar la 
palabra de Dios contenida en la Biblia. Libertad 
para predicar significa predicación libre. Esos tres 
elementos de la historia me parece que se pueden 
subrayar porque tienen que ver, y voy a tratar de 
decirles cómo, con el tema que nos ocupa. 

Nosotros tenemos que admitir que frente a la si¬ 
tuación que viven los familiares de personas des¬ 
aparecidas, nos encontramos en una situación 
difícil y embarazosa, como miembros de una 
Iglesia que tiene a Jesús Cristo como Señor. Sen¬ 
timos que no podemos callar, pero realmente, y 
por eso para mí personalmente fue tan interesante 


escuchar el panel de esta noche, es decir no sabe¬ 
mos bien qué es lo que debemos decir honesta¬ 
mente. Porque frente a la elocuencia de los he¬ 
chos nuestra palabra siempre parece frívola, su- 
perflua. Y tal vez alguno piensa, bueno, pero si 
no tienen nada que decir por qué no se callan. Sí, 
pero ¿qué diríamos callando? Diríamos que apro¬ 
bamos todo lo que está, y eso no es verdad. Mien¬ 
tras no demos una solución a este problema tene¬ 
mos que admitir que no vivimos en una casa lim¬ 
pia. Porque es cierto, no tenemos una casa limpia, 
y eso significa que no tenemos una conciencia 
limpia, en paz. Por eso, representando a las Igle¬ 
sias de la Federación de Iglesias Evangélicas del 
Uruguay, hablamos esperando que esta palabra 
por lo menos pueda ser una palabra verdadera, o 
intentando de que sea una palabra verdadera. 

Jesús dijo: no hay amor más grande que el amor 
de aquél que da su vida por los demás. 

Un amigo me escribió una vez en una carta: no¬ 
sotros perdemos el tiempo en la Iglesia tratando 
de crear creyentes, tenemos que crear amantes y 
tenemos que sacarle a la palabra toda la carga 
negativa que tiene. Porque cuando uno habla de 
un amante muchas veces se refiere a situaciones 
que rechaza, cuando no es así. Amantes debería- 


46 



IJNA CONTRIBUCION A JL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


mos ser todos, es decir, que el amor fuera real¬ 
mente lo que le da sentido a nuestra vida. Pero si 
es verdad que el amor le debe dar sentido a nues¬ 
tra vida, es verdad también que el delito más 
grande es quitarle la vida a alguien. Haciendo 
desaparecer a una persona, no se hace la voluntad 
de Dios. Y eso me parece que tenemos que ense¬ 
ñarlo nosotros los que tenemos la responsabilidad 
de dirigir nuestras comunidades cristianas, no 
importa donde estén. Yo en este momento estoy 
trabajando en una comunidad pequeña, relativa¬ 
mente pequeña desde el punto de vista numérico, 
en el interior del país. 

Haciendo desaparecer una persona se manifiesta 
el espíritu de Caín, que es el espíritu del maligno, 
que mató a su hermano Abel. Y hoy la imagen 
del hombre agoniza en nosotros porque el espíritu 
de Caín reina de tal manera que no vemos al otro 
como hermano, sino que casi siempre lo vemos 
como enemigo. Y el hombre muere a nuestro al¬ 
rededor porque muere dentro de nosotros mis¬ 
mos. Por eso aceptar la mentira como un medio 
para alcanzar en un país una convivencia pacífi¬ 
ca, o callar, combatir a los que buscan la verdad 
es una obra diabólica. Y nosotros sabemos que el 
diablo es el padre de la mentira. 


La tragedia que viven los familiares de las perso¬ 
nas desaparecidas corre el riesgo siempre de ser 
una tragedia olvidada. Una tragedia olvidada en 
el sentido de que es la tragedia de los que no 
cuentan, y políticamente hablando no tienen peso, 
como no lo tenemos tampoco nosotros los protes¬ 
tantes. Por eso nuestra opinión tal vez no cuenta 
demasiado. Pero lo más triste es que la vida así 
sufre un proceso de devaluación. Un ser humano 
desaparece, y nuestra sociedad se queda tranqui¬ 
la. La sociedad que nosotros formamos lo permi¬ 
te y en cierta medida lo acepta. Y eso no sería 
posible, pienso, si no se hubiera instalado la men¬ 
tira entre nosotros. La mentira habita en nuestra 
casa, es decir en nuestra estructura mental. Y en¬ 
tonces nosotros nos ocupamos de las injusticias 
que nos tocan de cerca, pero no de las injusticias 
que le tocan a otros. 

Y así nace esa especie de paz egoísta en la que 
estamos viviendo, donde algunos se reservan lo 
que podríamos llamar la licencia para matar. Y 
cuando un grupo de personas quiebra la paz di¬ 
ciendo, «quiero saber donde está mi hermano 
desaparecido», todos decimos «bueno, vamos a 
ver qué se puede hacer, vamos a ver». Pero no lo 
tomamos como un problema vital, como un pro- 


47 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


blema que es nuestro. Nos molesta muchas veces 
que se quiebre el encanto de esa paz que en apa¬ 
riencias da a la sociedad un rostro armónico y 
amigable. Llega el momento en que tenemos que 
admitir que no podemos vivir así y me parece que 
tenemos que decirlo claramente; porque fuimos 
educados para vivir en la verdad, buscando la 
verdad. Fuimos educados para servir, no para do¬ 
minar. ¿Cómo se puede transformar entonces esta 
situación? Obviamente no se va a transformar 
con las armas, porque con las armas la cadena del 
mal se agranda y no se acaba nunca. Esta situa¬ 
ción se va a transformar, como ya lo hemos dicho 
y repetido en esta noche, a través del diálogo, a 
través del encuentro, a través de la búsqueda de 
la justicia en esta tierra. Esas son las herramientas 
que nosotros tenemos y esas herramientas debe¬ 
mos ponerlas a trabajar para limpiar nuestra casa. 

Sabemos que tenemos necesidad de memoria y 
poco a poco, lentamente, pacientemente, la ver¬ 
dad se abre camino. Y ahí me parece que está el 
ejemplo más digno que nos dan los familiares de 
los desaparecidos a todos nosotros. La perseve¬ 
rancia en la búsqueda de la verdad. La perseve¬ 
rancia en ese camino plagado de obstáculos, pero 
que llegará al fin que ellos persiguen. Cada uno 


va sabiendo, quién es quién en todo esto. Y lo 
más importante lo van sabiendo nuestros hijos y 
nuestros nietos, es decir las nuevas generaciones. 
Porque no es que no se plantea este problema ni 
se dan cuenta de que este problema existe, ¡claro 
que se lo plantean!. La situación de los familiares 
está marcando el sentido que tendrá la vida en nues¬ 
tro país en el futuro. Si mi libertad conlleva la escla¬ 
vitud del otro, entonces yo no soy libre. Todo lo que 
se emprenda para saber la verdad de lo que sucedió 
en este país es una acción al servicio de nuestra li¬ 
bertad. El servicio más alto que puede rendirse al 
otro es ponerse al servicio de su libertad, porque la 
libertad es perfecta cuando nadie es excluido. 

No hay otro camino. El camino del diálogo, el 
camino de la búsqueda de la verdad. Y un día no 
lejano nosotros vamos a ver que esa verdad apa¬ 
recerá definitivamente. Desde aquí podemos 
creer que esto no es una ilusión. No es una ilu¬ 
sión pensar que mañana se van a sentar alrededor 
de una misma mesa los miembros de los familia¬ 
res de desaparecidos con representantes de aque¬ 
llos que los hicieron desaparecer. No es una ilu¬ 
sión. Me parece que más bien es una ilusión creer 
que nosotros vamos a seguir admitiendo que es 
mejor vivir en la mentira. Por eso el día en que se 
sabrá la verdad se acerca ya está llegando. 


48 



UNA 


CONTRIBUCION 


AL 


DIALOGO 


POR 


conocer nuestra parte de culpa. Y me parece que 
eso es lo que falta. Porque siempre insistimos en 
una especie de maniqueísmo en el sentido de que 
la culpa la tienen los otros. Toda la culpa es de 
los otros. A mí me parece que lo que falta todavía 
es asumir dentro de nosotros todos, la parte de 
responsabilidad que cada uno tiene frente a este 
problema concreto. Y en segundo lugar, pienso 
que no somos tan fuertes como creemos, es ahí 
que está la trababa, porque quisiéramos ser más, 
quisiéramos ganar más, quisiéramos poder llegar 
a más. Y como no podemos nos olvidamos de 
hacer lo poquito que cada uno hace y que me pa¬ 
rece que radica en que el Juez haga justicia, el 
periodista informe, el Pastor predique y el carpin¬ 
tero haga la silla. Es decir, no intentar hacer lo 
que no podemos, o lo que escapa a nuestro nivel. 
Y en ese sentido me parece que eso conlleva tal 
vez a una lección si se quiere de humildad, o de 
reconocimiento de lo limitado. Pero me parece 
que lleva también el reconocimiento de la fuerza 
que yo tengo. 

Creo que tengo algo de fuerza en la formación de 
opinión de otros. Creo que tengo medios, cada 
domingo yo me subo al pulpito, tengo que pensar 
qué digo. Cada jueves yo me encuentro con un 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

grupo de jóvenes, tengo que pensar hacia donde 
voy a orientar la reflexión de ellos. Y también 
puedo predicar en el cementerio. Y también pue¬ 
do presidir una ceremonia de un casamiento. 

¿Qué estoy haciendo ahí? Hay colegas que dicen 
«yo el catecismo no lo hago más porque los pa¬ 
dres no los mandan, entonces los chicos no vie¬ 
nen» Y hay otros que dicen «a mí no me importa 
cómo vienen, a mí me importa qué es lo que hago 
yo en la hora que estoy con ellos ahí». Y me pare¬ 
ce que en cierta medida eso también es algo que 
yo creo que todos tenemos que aprender, porque 
me parece que de ahí va a surgir esa unidad de la 
que hablaba Rosencoff. No la creación de un 
frente común, porque quizás empleando ese tér¬ 
mino uno puede tener connotaciones que tal vez 
no son del todo aceptadas. Pero sí en el sentido 
de que con Daniel- él es católico, yo soy 
valdense- bueno, hablamos de toda una historia 
que nos separó, pero hoy estamos juntos y pre¬ 
ocupados por la misma cosa. Entonces me parece 
que eso también es lo que va a sumar. Si somos 
pocos, divididos somos menos. 


50 


Comunicador: Tenía una pregunta pero no me 
puedo sustraer al comentario de que están juntos 
ahora después de varios siglos. La pregunta es al 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

Padre Bazzano. ¿ Desde qué posición la Iglesia 
Católica está analizando este tema que Uds. están 
aquí debatiendo? Porque cuando culminó la re¬ 
unión de la Conferencia Episcopal, el año pasado 
en Florida, un representante absolutamente porta¬ 
voz de lo que allí se había resuelto ante una pre¬ 
gunta periodística, respondió que ambas partes 
tenían que asumir sus responsabilidades. No es¬ 
toy citando textualmente; más allá de que la en¬ 
trevista se la hice yo, pero el concepto es ese, am¬ 
bas partes. Y me importa particularmente cuál es 
el sustrato que hay allí en esa ubicación de ambas 
partes, porque tiene que ver con lo que hoy hablᬠ
bamos antes de la verdad, de lo que ocurrió en el 
país y de una lógica bélica que en esta última eta¬ 
pa cuando la Iglesia aparece con otra fuerza se 
instaura como una especie de enfrentamiento en¬ 
tre ex combatientes. 

Pbro. Lie. Daniel Bazzano: Sé que hubo algo 
así, esa expresión de “ambas partes”. Yo creo que 
eso hay que entenderlo en lo que acaba de decir 
Carlos, de las responsabilidades de cada uno. No 
creo que el planteo en su intención por lo menos 
haya querido abonar ese esquema de combatien¬ 
tes y guerra civil, personalmente yo no creo que 
haya habido una guerra civil en el Uruguay, no sé 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

si vamos a discutir eso ahora porque nos vamos 
del tema, ese es otro punto. Aquí el tema es que 
se violaron gravemente los derechos humanos en 
un período muy concreto de nuestro país. De esa 
violación de los derechos humanos la sociedad 
uruguaya es responsable. Cada uno a su medida, 
en su ámbito, como Carlos decía, de la responsa¬ 
bilidad propia. Generalmente una respuesta se 
refiere a una pregunta, hablo de la respuesta que 
está citando aquella conferencia de prensa. 

Seguramente habría que ver cómo fue la pregun¬ 
ta, pero la cuestión está en que puede ser que 
haya algún inocente en el Uruguay de hoy sobre 
el cual no hay culpa personal. Pero todos somos 
responsables, todos estamos desafiados a dar una 
respuesta, que eso es ser responsable. Todos esta¬ 
mos desafiados a asumir como nuestro el proble¬ 
ma y estoy refiriéndome a lo que decía Carlos: 
como nuestro el problema, como nuestro el hecho 
de que en este país se violaron los derechos hu¬ 
manos de una manera grave y como el hecho de 
que yo participo de esa culpa, de esa responsabi¬ 
lidad, aunque individualmente - yo, Daniel 
Bazzano - no haya eventualmente hecho desapa¬ 
recer a nadie, que no lo hice por otra parte. La 
sociedad es solidaria, ese es un concepto muy 


51 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

cosa que se pueda imponer. Pero pienso que los 
familiares de los desaparecidos al hacerme enten¬ 
der que yo soy partícipe del drama de ellos me 
están enseñando lo que significa arrepentirme de 
lo que aquí pasó. Y eso, insisto, me parece que es 
un signo de salud de nuestra sociedad. 

Pbro. Lie. Daniel Bazzano: Estoy absolutamen¬ 
te de acuerdo, ahora quería agregar una cosa que 
me quedó pendiente, te referías a Balza y a otros 
gestos. Aquí lo que sucedió fue que se violaron 
los derechos humanos, y me di cuenta que dije «se 
violaron», no, se violaron por parte del Estado uru¬ 
guayo, aunque fuera Estado dictatorial, ilegítimo, 
pero se hizo en nombre del Estado. Más allá de que 
toda la sociedad uruguaya en “solidum” de alguna 
manera tiene que arrepentirse. Estoy de acuerdo, no 
es que todos seamos responsables de la misma ma¬ 
nera, pero tiene que haber una valoración, una con¬ 
fesión del Estado uruguayo, por decirlo pronto y 
mal. Yo creo que se dio en algún país europeo, un 
poco tarde, con relación al holocausto; Un Estado 
europeo que pidió perdón por el holocausto. Pode¬ 
mos decir «es tarde»; sí, es tarde para muchas 
personas; es tarde y eso es lo que nos queda pen¬ 
diente. . Más tarde, los Obispos del norte de Italia 
- católicos quiero decir - le pidieron perdón a los 


LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 

valdenses por las persecuciones del siglo XII, 
XIII, etc. Más tarde, a los de aquella época este 
gesto no les sirve, nos sirve a nosotros ahora, por 
eso estamos juntos. 

Participante: Me voy a ir con una duda tremenda 
de acá. Pienso que este es el camino desde hace 
muchos años, desde que me pareció que ahí había 
una solución que eliminó el escepticismo. 

Se violaron los derechos humanos en el Estado 
dictatorial, ¿ es el Estado el que tiene que arre¬ 
pentirse? No sólo no se arrepintió sino que impu¬ 
so una ley de impunidad y la refrendó con la ma¬ 
yoría de la población uruguaya, ahí está el tema, 
es más grave todavía, es mucho más grave. Y 
hubo silencios tremendos en todos los lugares, y 
perdonen, no es un ataque personal, silencios en 
todos los lugares frente a este horror que a mí me 
va a avergonzar por toda mi vida, pese a que es¬ 
tuve en contra, pero formo parte de los que pen¬ 
só, acto de arrepentimiento público, ante ustedes. 
Pienso, y lo digo habitualmente, no puede haber 
solución política a temas de justicia, lo digo hace 
años, lo digo públicamente. Yo pensé que sí, me 
arrepiento, no soy yo el que tiene que hacer justi¬ 
cia, son otros. Pero ahí hay un pequeño detalle 
que es mucho más serio y donde quedamos todos 


54 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


involucrados y los gestos obligan a actitudes ma¬ 
yores. 

Pastor Carlos Delmonte: Yo solamente digo 
que suscribo todo eso y pienso la misma cosa. 

Participante: (Miembro de Abuelas) Balza no se 
arrepintió de nada, pidió que si algún soldado, 
algún sub alterno dentro de su área sabe algo 
acerca de los desaparecidos que venga a confe¬ 
sarse con él, que él lo va a tomar con toda discre¬ 
ción. ¿Quién es el General Balza para que la gen¬ 
te vaya a confesarse con él? ¿Por qué esos solda¬ 
dos, o esa gente del Ejército no va a la justicia a 
hacer la denuncia de lo que sabe?. Nosotros en la 
Argentina tenemos un Schilingo que se presenta 
en un programa de televisión y confiesa que tiró 
gente viva al mar y sale tan fresco del programa 
de televisión, sin que haya un policía, o alguien 
cualquiera que lo arreste, que lo tome por asesino 
y tenga que ir a España creyendo que ahí lo van a 
escuchar mejor. Y entonces ahí recién lo detie¬ 
nen. No hay ninguno de ellos que se haya arre¬ 
pentido, no Schilingo, ni Balza, ni Ibañez, como 
otros tantos, ninguno, y muchos de ellos han di¬ 
cho que si tuvieran que volver a hacerlo lo ha¬ 
rían. Eso quería aclarar. 


MESA INTERNACIONAL 

Reflexión y apoyo al 
diálogo por la verdad 

l.-Dr. George R, Vickers 

Director Ejecutivo Oficina en Washington para 
Asuntos Latinoamericanos 

Hace cincuenta años las Naciones Unidas adoptó 
la Declaración Universal de Derechos Humanos, 
en la cual se declaró que, «la libertad, la justicia y 
la paz en el mundo tienen por base el reconoci¬ 
miento de la dignidad intrínseca y de los derechos 
iguales e inalienables de todos los miembros de la 
familia humana». Cincuenta años después nosotros, 
en la comunidad internacional de derechos huma¬ 
nos, continuamos entablando una lucha constante 
para darle vida a esas palabras; para asegurar que 
los derechos humanos fundamentales sean protegi- 


55 



IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


dos ante la ley y respetados en la práctica. 

En América Latina, los terribles acontecimientos 
de los últimos cincuenta años corroboran el prin¬ 
cipio de la Declaración de la necesidad de esta¬ 
blecer un marco institucional efectivo para la pro¬ 
tección y garantía de los derechos humanos como 
condición esencial sin la cual la libertad, la justicia 
y la paz son imposibles de lograr. En gran parte del 
hemisferio, la impunidad y el legado de autoritaris¬ 
mo continúan siendo obstáculos poderosos para la 
institucionalización efectiva de los derechos civiles 
y políticos más elementales, mientras que los dere¬ 
chos sociales y económicos todavía no son recono¬ 
cidos como temas «legítimos» de debate. 

Debido a los obstáculos formidables que todavía 
enfrentamos, nosotros como miembros de la co¬ 
munidad de derechos humanos tendemos enfocar 
nuestros esfuerzos en las labores restantes y no en 
los logros hasta el momento obtenidos. Este enfo¬ 
que, es natural y apropiado dadas las responsabi¬ 
lidades que, como promotores y defensores de 
derechos humanos, hemos asumido. Sin embargo, 
también corre el riesgo de encauzar nuestra atención 
hacia nuestras debilidades y fracasos ignorando el 
grado extraordinario al que los principios básicos de 
nuestro movimiento son, hoy en día, venerados en 


la ley internacional y aplicados (aunque 
inconsistentemente) en la práctica. Quisiera tomar 
unos minutos para reflexionar acerca de algunos de 
estos avances. Pienso que nos ayudaría a determinar 
las numerosas diferencias de nuestra agenda para el 
futuro con respecto a la de hace diez o veinte años. 

* Hace veinte años los países del Cono Sur eran gober¬ 
nados por dictaduras militares y la violación sistemática 
de derechos humanos era la norma. Lo mismo se podía 
decir de Centroamérica, a excepción de Costa Rica y 
Belice. En los Andes, las dictaduras de Perú y Boli- 
via iniciaban su transición a regímenes civiles, 
mientras Colombia, Ecuador y Venezuela mante¬ 
nían, hasta cierto punto, gobiernos democráticos. 
Hoy en día, todos los países del hemisferio, con la 
excepción de uno, sostienen gobiernos electorales, 
aunque la mayoría poseen instituciones democráti¬ 
cas frágiles e ineficaces. Si bien es cierto que toda¬ 
vía se presentan violaciones a los derechos huma¬ 
nos, y que estas han aumentado en algunos países 
como Colombia y México, en la mayoría de los paí¬ 
ses se presentan como hechos esporádicos y no 
como consecuencia de una política estatal. 

* Con respecto a las normas de derechos huma¬ 
nos internacionales pertinentes a derechos civiles 


56 



UNA CONTRIBUCION AI. DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


y políticos, todos los países de Centro y Sur Améri¬ 
ca han firmado el Pacto Internacional de Derechos 
Civiles y Políticos y la Convención Americana so¬ 
bre Derechos Humanos. Desdichadamente, Cana¬ 
dá, los Estados Unidos y varios países del Caribe 
todavía no han firmado este último. (Tanto México 
como Uruguay han firmado el Convenio Interameri- 
cano para Prevenir la Tortura) Aunque la mayoría 
de estos gobiernos violan frecuentemente múltiples 
provisiones de estos instrumentos, él haberlos fir¬ 
mado manifiesta su consentimiento a las normas 
bajo las cuales su conducta puede ser juzgada. 

* Aunque sería una exageración afirmar que la 
Comisión de las Naciones Unidas para los Dere¬ 
chos Humanos, el Alto Comisionado de las Na¬ 
ciones Unidas para los Derechos Humanos, la 
Corte Interamericana de Derechos Humanos, y la 
Comisión Interamericana de Derechos Humanos 
han forzado a los gobiernos del hemisferio a dar 
fin a la violación sistemática de los derechos hu¬ 
manos, estas instituciones multilaterales y regio¬ 
nales han jugado un papel importante en encami¬ 
nar la atención y crítica internacional a denunciar 
dichas violaciones. 

* Cuando WOLA fue establecida en 1974, los 


Estados Unidos carecía de una política oficial 
para promover los derechos humanos en América 
Latina. Hoy en día, existe una serie de leyes que 
obligan a mi gobierno definir su relación con los 
gobiernos del hemisferio de acuerdo con el res¬ 
peto que estos le conceden a los derechos de sus 
ciudadanos. Asimismo existe también un reco¬ 
nocible apoyo en integrar los derechos humanos 
como componente oficial de la política estado¬ 
unidense hacia Latinoamérica. Si bien es cierto 
que en ocasiones ha sido ignorada y embaucada, 
esta nueva política le exige a mi gobierno expli¬ 
car su indiferencia ante la violación de derechos 
humanos y no en argumentar que no tiene respon¬ 
sabilidad alguna en observar la conducta de otros 
gobiernos. 

* El actual debate alrededor de la posible extradi¬ 
ción del General Chileno Augusto Pinochet a Es¬ 
paña demuestra el reconocimiento del principio 
jurisdiccional universal de crímenes contra la hu¬ 
manidad como norma de la ley humanitaria inter¬ 
nacional. 

Ninguno de estos avances hubiera sido posible 
sin los esfuerzos constantes de los defensores de 
derechos humanos para identificar, investigar y 


57 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DE R KC H OS HUMANOS Y LA VERDAD 


denunciar las frecuentes violaciones, aun bajo 
inminente riesgo personal. Asimismo, debemos 
reconocer los esfuerzos de las organizaciones in¬ 
ternacionales de derechos humanos de encami¬ 
nar la atención internacional hacia estos abusos y 
respaldar nuevas políticas y mecanismos para 
aminorarlos. 

Como sugieren los avances anteriormente men¬ 
cionados, durante la más reciente época dictato¬ 
rial en América Latina, la lucha para promover 
los derechos humanos estaba intrincadamente 
ligada a la lucha por la democratización puesto 
que era el Estado autoritario el que organizaba y 
llevaba acabo el abuso sistematizado. Fue la so¬ 
ciedad civil la que aguantó lo más recio de esta 
represión y la que finalmente dirigió la victoriosa 
batalla para restaurar la democracia. 

En el nuevo período en que nos encontramos -un 
período caracterizado por democracias parciales 
limitadas principalmente al campo electoral- la 
lucha por proteger y defender los derechos huma¬ 
nos requiere de un esfuerzo aun más profundo y 
constante para consolidar las instituciones demo¬ 
cráticas indispensables para la protección de di¬ 
chos derechos. Asimismo, debemos reconocer 


que la democracia y los derechos humanos no son 
filosóficamente idénticos. Hasta el punto en don¬ 
de la democracia está basada en el principio ma- 
yoritario, el pleno respeto a los derechos huma¬ 
nos implica ciertos límites a esa mayoría. Debe¬ 
mos asegurar que las instituciones democráticas 
garanticen que los derechos humanos individua¬ 
les de cada ciudadano predominen sobre los dere¬ 
chos democráticos de la mayoría. Esta no siempre 
será una tarea popular. 

Los retos de este nuevo período requieren que 
reexaminemos tanto nuestro enfoque como tam¬ 
bién la cultura de nuestra lucha. Durante la época 
dictatorial nuestro papel era el denunciar abusos. 
Si bien es cierto que este permanece siendo un 
elemento esencial de nuestro trabajo en países 
{como México,Colombia, Bolivia y Perú} que 
continúan sufriendo de prácticas represivas patro¬ 
cinadas por el Estado, en la nueva era debemos 
proponer soluciones y alternativas. Este cambio 
cultural requerirá trabajar con instituciones esta¬ 
tales y desarrollar niveles de experiencias técni¬ 
cas irrelevantes en épocas anteriores. 

Por ejemplo, el crimen organizado, la corrupción 
oficial y la delincuencia han abrumado la capaci- 


58 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


dad de precarios mecanismos de justicia para su¬ 
ministrar y garantizar la seguridad pública. La 
debilidad de la policía civil y los sistemas judi¬ 
ciales es, en cierta manera, producto del autorita¬ 
rismo del pasado. Sin embargo, irónicamente, la 
misma fragilidad de estos mecanismos intensifica 
el llamado a restablecer regímenes autoritarios y 
militares para restaurar el orden. 

La sociedad civil en general, y las organizaciones 
de derechos humanos en particular, han tardado 
en responder al reto de construir (o reconstruir) 
instituciones civiles de justicia que respeten y 
protejan los derechos individuales y civiles pero 
que al mismo tiempo también sean capaces de 
combatir el crimen. Han sido audaces en denun¬ 
ciar los abusos cometidos por la policía y los jue¬ 
ces, pero lentas en proponer y apoyar reformas 
que logren ambos fines. 

Es fácil comprender la indecisión de la sociedad 
civil de trabajar estrechamente con instituciones 
que en el pasado constituían componentes claves 
del aparato represivo. Pero es igualmente impor¬ 
tante comprender que sin la participación de la so¬ 
ciedad civil en promover y controlar la reforma de 
estas instituciones, los esfuerzos de esta estarán des¬ 


tinados a fracasar. Si estos esfuerzos fracasan la 
oportunidad de consolidar la democracia y restaurar 
el respeto a los derechos humanos sé debilitará. 

Otra característica de este nuevo periodo en que 
nos encontramos, es la inminente amenaza de la 
pobreza y desigualdad en América Latina al sus¬ 
tento de instituciones democráticas en la región. 
La pobreza y desigualdad no sólo son temas de 
discusión en el contexto de «derechos sociales y 
económicos». También debilitan la consolidación 
de derechos individuales y civiles dentro de un 
marco de orden democrático. La experiencia de¬ 
mocrática para millones de Latinoamericanos du¬ 
rante los últimos quince años ha sido una de dete¬ 
rioro de las condiciones de vida. La violencia so¬ 
cial y la delincuencia son indudablemente pro¬ 
ducto del deterioro económico de la región. 
¿Hasta cuando valorarán la democracia bajo es¬ 
tas condiciones? El ejemplo de Fujimori en Perú, 
la apelación del General Oviedo en Paraguay y 
Chávez en Venezuela sugieren un rechazo na¬ 
ciente por la vía democrática. 

Uno de los elementos más positivos del periodo 
actual, y que ha contribuido a hacer posible algu¬ 
nos de los avances que mencioné anteriormente, 


59 



UNA CONTRIBUCION AI. DIALOGO POR 

es la culminación de la Guerra Fría. El respaldo 
estadounidense a las dictaduras en el hemisferio 
era indiscutiblemente calificado como un meca¬ 
nismo necesario para combatir el comunismo. 
Ciertamente, la falta de una ideología 
anticomunista capaz de distorsionar la percepción 
estadounidense dificulta el respaldo de la opinión 
pública estadounidense hacia cualquier régimen 
represivo en el extranjero. 

Sin duda, la reciente aminoración del respaldo 
estadounidense a prácticas y gobiernos represivos 
es un avance significativo en la lucha internacio¬ 
nal para los derechos humanos. Sin embargo, 
está no implica automáticamente una asistencia 
norteamericana en la consolidación de institucio¬ 
nes democráticas y la protección de derechos hu¬ 
manos. El hecho de haber cesado de apoyar direc¬ 
tamente o indirectamente políticas perjudiciales a 
los derechos humanos no sugiere una nueva dis¬ 
posición por parte del gobierno de Estados Uni¬ 
dos de utilizar su poder e influencia para prevenir 
los abusos perpetrados por otros. Indudablemen¬ 
te, existe evidencia que algunas de las caracterís¬ 
ticas más peligrosas de la Guerra Fría están sien¬ 
do reconstruidas bajo un nuevo marco ideológi¬ 
co; El de la Guerra Contra las Drogas. El papel 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

principal que desempeñan las fuerzas armadas 
estadounidenses en la política exterior para com¬ 
batir a los narcotraficantes ha ido incrementando 
la función de las fuerzas militares Latinoamerica¬ 
nas dentro del ámbito nacional. Esto no solo está 
fomentando y acelerando la corrupción de las 
mismas, sino también ha restablecido una rela¬ 
ción represiva entre los organismos militares y la 
población civil latinoamericana. En Colombia y 
México por ejemplo, existen notables nexos entre 
la guerra antinarcóticos y las actividades 
contrainsurgentes de las fuerzas militares. 

No puedo concluir sin reconocer que uno de los 
legados más perjudiciales del periodo autoritario 
y que continúa como uno de los obstáculos más 
poderosos contra la consolidación de la democra¬ 
cia y el respeto a los derechos humanos es la im¬ 
punidad. Con pocas excepciones, los responsa¬ 
bles de patrocinar y/o ejecutar las violaciones sis¬ 
temáticas no han sido sometidos a la justicia. A 
lo largo del hemisferio los responsables permane¬ 
cen en posiciones de poder. Esta continua impu¬ 
nidad revela a la sociedad que la situación en 
América Latina no ha cambiado 
significativamente. Si bien es cierto que la restau¬ 
ración de regímenes civiles ha promovido esfuer- 


60 



IJNA (ONTRIIUICION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


zos para recobrar la memoria histórica de los ver¬ 
daderos acontecimientos de las pasadas tres déca¬ 
das, también es cierto que este conocimiento de 
la verdad ha sido incapaz de proporcionar justicia 
para las víctimas. 

Durante la transición de la dictadura a la demo¬ 
cracia se evidencian dos tendencias contradicto¬ 
rias en la sociedad. En primer lugar, mientras las 
familias de las víctimas y otros demandan el es¬ 
clarecimiento de los hechos perpetrados y el reco¬ 
nocimiento oficial de la verdad, muchos sectores 
de la sociedad también temen que la transición 
democrática sea irreversible ya que gran parte de las 
fuerzas autoritarias han logrado mantener posicio¬ 
nes de poder. Como consecuencia, la sociedad civil 
se encuentra dividida con respecto a la prioridad 
que se le debe otorgar al tema en la agenda para el 
nuevo gobierno. Sin embargo, es importante reco¬ 
nocer que esta división se debe más a diferencias 
sobre las tácticas y no sobre los principios. Existe 
un amplio consenso en la sociedad de aceptar que 
sin el reconocimiento oficial de la verdad, la recon¬ 
ciliación a largo plazo no será posible. 

También es cierto que la naturaleza misma de la 
transición democrática en América Latina ha 


creado tensiones entre la justicia y la paz. La 
transición de la dictadura a la democracia y de la 
guerra civil a la paz negociada ha sido posible 
solo mediante la garantía a los que renuncian al 
poder de no ser castigados severamente. Algunos 
sostienen que no se debe ni se necesitan hacer 
estos compromisos. Yo no estoy de acuerdo. En 
la mayoría de los casos no hay por qué creer que 
la continuación de la violencia hubiera producido 
un resultado más justo que la paz imperfecta que 
fue negociada. Ni creo que el mantenimiento de 
la dictadura ofrezca una mejor protección de los 
derechos humanos que una democracia parcial e 
incompleta. En cualquiera de los casos considero 
que aquellos que sufren las consecuencias son los 
que tienen y deben tomar estas decisiones y no 
nosotros en el exterior que creemos en la exis¬ 
tencia de un solo camino moral. 

Es importante reconocer que estas dificultades no 
paralizan necesariamente el mejoramiento de la 
situación de derechos humanos en el corto plazo. 
Mientras las realidades del poder dificultan la 
adquisición de justicia, podemos desempeñar una 
mejor labor para asegurar que los instrumentos de 
justicia prevengan una reincidencia del pasado. 
Podemos insistir que los sistemas disciplinarios 


61 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


internos de los organismos militares y de la segu¬ 
ridad pública sean independientes, efectivos y 
sujetos al control civil. Podemos asegurar que las 
agencias de justicia civil tengan la voluntad y ca¬ 
pacidad técnica de investigar los crímenes. Pode¬ 
mos insistir que los miembros del sistema repre¬ 
sivo del pasado no sean participantes de los orga¬ 
nismos de justicia del presente. Sin embargo, no 
podemos ilusionarnos en pensar que las autorida¬ 
des civiles poseen la voluntad o el poder de con¬ 
cedernos nuestras demandas. La sociedad civil 
no solo tendrá que desarrollar nuevas capacida¬ 
des para analizar e identificar las debilidades de 
las instituciones democráticas. También tendrá 
que ser capaz de proponer reformas específicas 
de estas, movilizar el respaldo de la opinión pú¬ 
blica alrededor de dichas reformas, y controlar y 
hacer públicos los avances del proceso de 
implementación. Esta es una larga y compleja 
agenda, y una que no puede realizarse mediante 
protestas episódicas o mediante una actitud de 
aislamiento cínico hacia las instituciones respon¬ 
sables de proteger y garantizar los derechos indi¬ 
viduales y civiles de los ciudadanos. 

Pero un enfoque en el presente y en el futuro no 
traerá justicia para las víctimas del pasado. Los 


recuerdos de la injusticia persisten en la memoria 
de las víctimas y permanecen como parte del le¬ 
gado histórico de la lucha contra la opresión. A 
pesar de haber sido necesario reconocer y aceptar 
ciertos compromisos durante la época de transi¬ 
ción, las organizaciones de derechos humanos 
tenemos la responsabilidad de continuar deman¬ 
dando e insistiendo que los responsables de crí¬ 
menes contra la humanidad sean sometidos a la 
justicia. 

La experiencia en América Latina y en otras re¬ 
giones ha revelado que las sociedades incapaces 
de responder a las demandas para confrontar y 
reconocer la verdad del pasado continúan pade¬ 
ciendo condiciones de inestabilidad social. Del 
mismo modo, los ejemplos de países como Corea 
del Sur y Chile o de pueblos damnificados como 
lo fueron los Judíos en Europa comprueban que 
la memoria histórica no está restringida a la gene¬ 
ración directamente afectada por la violencia; es 
un legado histórico que trasciende generaciones. 

El presente esfuerzo para extraditar el ex-dictador 
Augusto Pinochet a España demuestra el conti¬ 
nuo fortalecimiento de las normas y mecanismos 
internacionales para someter a la justicia a los 


62 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

responsables de crímenes contra la humanidad. 
Del mismo modo, también ofrece nuevas espe¬ 
ranzas de poder demandar que aquellos que en un 
pasado torturaron y asesinaron con impunidad, 
acepten la responsabilidad de los crímenes perpe¬ 
trados, inclusive a pesar de que algunos países se 
vieron obligados a sacrificar la justicia por la paz 
durante la transición de la dictadura a la democra¬ 
cia. Debemos aplaudir y respaldar estos aconteci¬ 
mientos. Si los países directamente afectados 
durante la época dictatorial carecen de fuerzas 
internas capaces de permitir una resolución satis¬ 
factoria a la búsqueda de la verdad, quizás la co¬ 
munidad internacional podría apoyar sus esfuer¬ 
zos. 

Quiero expresar de nuevo mi gratitud de haber 
tenido la oportunidad de compartir estas ideas 
sobre las tareas que nos esperan como miembros 
de la comunidad internacional de derechos huma¬ 
nos, y espero ansiosamente adquirir nuevos cono¬ 
cimientos de nuestro intercambio. 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


2.- Pastor Lie. Oscar Bolioli 

Consejo Nacional de Iglesias 
de Cristo de los Estados Unidos. 

Yo estoy aquí representando al Consejo Nacional 
de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos, que 
es una Institución que va a cumplir el año próxi¬ 
mo sus 50 años y que abarca 34 Confesiones re¬ 
ligiosas entre ortodoxas, anglicanas y protestan¬ 
tes. Hay quienes calculan que es una población 
de unos 50 millones de fieles, lo que da más o 
menos una idea de un cierto peso dentro de la 
opinión pública norteamericana. Como decía 
anteriormente estoy aquí representando al Conse¬ 
jo Nacional de Iglesias. Mi presencia aquí obe¬ 
dece a una decisión que se ha tomado hace un par 
de años de acompañar este proceso. Así que estoy 
aquí con el apoyo total de la Institución a la cual 
represento. 

El Apóstol Pablo en un momento expresó clara- 


63 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


mente en la formación, la composición de la co¬ 
munidad, aquella frase que muchas veces la he¬ 
mos utilizado en otras circunstancias: «Cuando 
un miembro sufre, toda la familia sufre y cuando 
un miembro es honrado, todos nos alegramos con 
él» Lo que implica es que nada de lo humano nos 
puede ser ajeno, y nada del acontecer humano 
podemos ignorar. Incluso eso adquiere dimensio¬ 
nes que van más allá de lo geográfico, y se trans¬ 
forma en una preocupación universal. Todo indi¬ 
viduo está echo a la imagen de Dios, afirmamos y 
tiene un valor y el derecho a la plenitud y al desa¬ 
rrollo de la vida en abundancia. Pero quizá Jesús 
fue más contundente en estas presuposiciones 
cuando trata de levantar tomando las palabras de 
Isaías, la demanda de que tenemos que reforzar, 
apoyar a los quebrantados, anunciar la libertad a 
los cautivos, a poner en libertad a los oprimidos y 
devolver a los ciegos la vista. Estamos llamados a 
trastocar eso que es injusto y a tomar partido por 
aquellos que son los vulnerados de la sociedad. 

Por eso no podemos ser insensibles a la situación 
que los familiares viven en Uruguay, porque hay 
una exigencia a partir de lo religioso la de que no 
podemos escapar. Como tampoco en el ayer pudi¬ 
mos escapar a la situación de los detenidos y a 


los familiares de los detenidos en el país. Es un 
proceso cruel e inhumano, como lo asevera la Co¬ 
misión Interamericana de Derechos Humanos, no 
sólo para la persona secuestrada sino también para 
sus familias, como también los efectos paralizantes 
para el resto de la sociedad. ¿Qué podemos nosotros 
decir? Quizás nuestra contribución en este momen¬ 
to sea que a partir de nuestra vivencia internacional 
podemos participar, compartir en este momento. 

La primera cosa me parece que la comunidad in¬ 
ternacional, no solamente la religiosa sino otras 
ONG’s, comparten una solidaridad visible. Esto 
parece banal quizá, pero no es tan así. Aquellos 
que están luchando en estas situaciones en algún 
momento se sientes solos, o que nadie les presta 
atención. Desde el preso que recibe una carta so¬ 
lidaria, hasta el familiar que siente que en otro 
lugar se está pensando, sintiendo y queriendo 
afirmar. Generar una dinámica en aquellos que 
luchan de sentirse «no somos ignorados en nues¬ 
tra lucha». Y eso es un aporte que la comunidad 
internacional puede estar haciendo a aquellos 
que tienen muchas veces que hacer una lucha 
muy desigual en el campo político y humano. 


64 


El segundo elemento es el traer el tema a foros 
internacionales y hacer sentir la opinión interna- 



HIÑA CONTRIBUCION AI. DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


cional a los actores de las circunstancias. Yo les 
puedo decir que en este caso nosotros, y otras 
comunidades internacionales religiosas, han en¬ 
viado cartas al señor presidente, algunas amables, 
otras muy fuertes. Pero estoy hablando de institu¬ 
ciones como el Consejo Mundial de Iglesias, la 
Federación Luterana Mundial y el Consejo Na¬ 
cional de Iglesias. Lamentablemente después de 
esperar un tiempo prudencial no hemos tenido 
ninguna respuesta, ni siquiera de cortesía de la 
preocupación de una comunidad de fe a nivel 
mundial sobre esta situación ética para nosotros, 
que no está siendo solucionada. Inclusive se hizo 
un esfuerzo más, el viernes 20 de noviembre pa¬ 
sado representantes de la Federación Luterana 
Mundial, representantes del Consejo Mundial de 
Iglesias, representantes del Consejo Nacional de 
Iglesias, lamentablemente porque era un viernes 
de noche, no pudimos contar con la presencia de 
la comunidad judía, porque era el Rabat, pedimos 
una entrevista con el Presidente de la Asamblea 
de las Naciones Unidas. Lo que queríamos era 
entregar las cartas que se habían escrito expresan¬ 
do el deseo de la comunidad internacional y po¬ 
der tener un diálogo con el señor Opertti a fin de 
mostrar la preocupación de la comunidad de fe. 
Lamentablemente la agenda estaba muy cargada, 


la única entrevista que se nos concedió fue con 
un funcionario de tercera categoría, no quiero ser 
peyorativo en esto, pero no era un funcionario deci¬ 
sorio de la delegación uruguaya ante las Naciones 
Unidas, creo que no correspondía, porque nosotros 
queríamos hablar con el Presidente de la Asamblea 
de las Naciones Unidas y no con el canciller. 

Pero no es la primera vez que nos encontramos 
frente a muros de silencio y a muros de ignorar la 
presencia de las Iglesias. Recuerdo una circuns¬ 
tancia bastante similar que ocurrió en El Salvador 
una de las situaciones más dura de los abusos de 
los derechos humanos. Habíamos hecho protestas 
similares, bastante silencio, incluso cuando este 
se rompió, el silencio fue para poner religiosos 
desde el lado salvadoreño y acusamos a nosotros 
de un intervencionismo, y en aquel momento era 
un tema muy común él acusarnos de ser pro co¬ 
munistas y todos los otros adjetivos. Nosotros 
hicimos un gesto muy sencillo a todo eso. Con¬ 
versamos con otros grupos de los Estados Uni¬ 
dos, con otras ONG’s, y resolvimos llamar a un 
boicot del café salvadoreño a los Estados Unidos. 
Cuando el primer barco con café salvadoreño no 
fue desembarcado en San Francisco y se tuvo que 
volver porque el Sindicato de estibadores de ese 


65 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

puerto se plegó a esta demanda, en 24 horas yo 
tuve la llamada del Embajador salvadoreño en mi 
oficina queriendo conversar. Esto facilitó una en¬ 
trevista a muy alto nivel de las Iglesias con 
personeros del gobierno salvadoreño que facilitó 
que ciertas circunstancias de las violaciones de 
los derechos humanos se modificaran. No estoy 
diciendo que vamos a boicotear la carne, la lana, 
ni nada por el estilo, pero sé que sí a nivel inter¬ 
nacional pueden haber mecanismos en los cuales 
hacer entender que el diálogo es importante y no 
hay que cortarlo. 

Un tercer elemento que también me parece im¬ 
portante es compartir otras experiencias en las 
cuales a nivel internacional estamos metidos y 
que pueden ayudar a multiplicar la imaginación 
de los grupos nacionales. Creo que las Abuelas 
de Plaza de Mayo van a llenarnos de experiencias 
en la larga batalla que vienen haciendo. 

Nosotros hemos estado en experiencias en El Sal¬ 
vador, hemos estado en experiencias muy profun¬ 
das en la situación guatemalteca y facilitando los 
cambios en esa situación. Y muy recientemente 
se nos ha pedido que intervengamos en alguna 
forma en la situación colombiana. Creo que hay 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

experiencias ahí acumuladas que pueden ser 
compartidas y que pueden enriquecer la experien¬ 
cia uruguaya. 

Creo que en cuarto lugar la comunidad interna¬ 
cional puede facilitar un espacio informal para el 
diálogo, para ir construyendo coincidencias, para 
ir creando una confiabilidad de las partes para 
poder llegar a acuerdos y a soluciones. Digo in¬ 
formal porque generalmente lo formal se hace 
muy difícil en estas circunstancias. La gente se 
quiere sentar en un ámbito que no les exija a ellos 
inmediata respuesta, pero sí ir limando aspere¬ 
zas, ir conociendo situaciones, ir humanizando 
una relación que es inhumana. Ayer fue expresa¬ 
do, por varios de los panelistas, esta posibilidad, 
y creo que quizás es uno de los caminos más 
potenciables en el caso uruguayo. Por lo escucha¬ 
do ayer y por algunas otras informaciones a lo 
largo de estos años, mi impresión, es que el caso 
uruguayo es menos complicado que otros casos 
que hemos tenido que ver. Digo menos complica¬ 
do por algunas circunstancias. Primero, estamos 
frente a 20-25 años de instancia del conflicto que 
generó esta circunstancia y por lo tanto ya no se 
pueden argumentar más cosas políticamente, se 
transforma en un hecho humanitario y en un he- 


66 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


cho ético. Es muy distinto cuando hemos tenido 
que estar en otras circunstancias que es en el me¬ 
dio de la guerra todavía, o en el medio de la con¬ 
frontación. 

El segundo elemento que me parece es que la ley 
de caducidad, y no me entiendan mal, la ley de 
caducidad lamentablemente o positivamente, no 
sé, pónganle el adjetivo que quieran, reduce la 
mira del tema a ser discutido. Es decir, aquí no se 
puede discutir por lo menos a través de la ley, 
todo el problema de la justicia y de llevar a los 
responsables ante ella, se reduce a un tema de 
encontrar la verdad donde lo punitivo queda fue¬ 
ra. Porque generalmente lo punitivo en este diálo¬ 
go es uno de los puntos más difíciles de encontrar 
la solución. 

Tercero, estamos en una circunstancia donde los 
familiares, y creo entenderlo bien, 
unilateralmente han hecho ya inmensas concesio¬ 
nes en una situación de conflicto. 

Y cuarto, me parece por lo visto ayer, hay pro¬ 
puestas e iniciativas de la sociedad civil que ya 
están planteadas, no hay que buscar una sociedad 
civil donde empiece a preocuparse sobre el tema. 
Es entonces que daría la impresión que aquí está 


en buscar los mecanismos y las condiciones para 
cambiar una voluntad política para empezar a 
sentarse en una mesa. Y ahí habrá entonces que 
discutir cuáles son las fórmulas mejores y habrá 
que buscar cuáles son las articulaciones para lle¬ 
gar a esto. 

Lo que sí a mí me parece que es absolutamente 
imprescindible es que en ningún lugar la comuni¬ 
dad internacional actúe por la suya. La comuni¬ 
dad internacional debe actuar en función y en vis¬ 
ta a una función que se demanda desde el interior 
de la situación. Con esto quiero decir dos cosas. 
Una, que no puede haber discontinuidad entre lo 
que la comunidad internacional quiera o pueda 
hacer y lo que la comunidad nacional, los actores, 
están haciendo. Esto me parece que es imprescin¬ 
dible. 

Segundo, es que la comunidad internacional ja¬ 
más puede reemplazar a los actores nacionales. 

La discusión debe ser hecha entre las partes y las 
fracciones que han estado en el conflicto. La co¬ 
munidad internacional sólo puede alentar, apoyar 
y facilitar. 


67 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


3.-Dra.María José Wembe: 

Representante del CELS de Argentina 

La verdad es un placer estar acá y poder, de algu¬ 
na forma, contribuir con este trabajo que Uds. 
realizan y que supongo que en algún punto es 
igual al que realizamos allá en Buenos Aires o en 
el resto de Argentina. Yo voy a retomar una de las 
cosas que decía George Vickers, él decía que en 
este momento el único peligro para la democracia 
era la impunidad. Yo supongo que Argentina ya 
ha terminado la transición a la democracia, creo 
que esto lo podemos sostener, llevamos 15 años de 
democracia, las instituciones de alguna forma se ido 
fortaleciendo... Después de 20 años de sucedido el 
golpe militar sigue siendo el único, o el principal 
tema en el debate público la situación de los dere¬ 
chos humanos durante la dictadura militar. 

En 1995, pasados ya varios años de finalizado el 
régimen militar, un ex marino realizó una confe¬ 


sión pública en la que confesó, o contó, que entre 
otras cosas había participado de los «vuelos de la 
muerte» y que había sido el autor de un crimen de 
30 personas. Los organismos de derechos huma¬ 
nos, y sobre todo las víctimas, sus familiares, ya 
conocían esta metodología y no resultó una nove¬ 
dad, aunque sí resultó novedoso el hecho de que 
esa palabra viniera de un propio represor o un ex 
torturador. Esto fue como que despertó nueva¬ 
mente el tema que hasta ese momento había que¬ 
dado silenciado. A partir de ahí se volvió a discu¬ 
tir, aunque no fueron todos los sectores de la so¬ 
ciedad los que salieron a hablar sobre este tema, sí 
fue un gran sector de la prensa, por supuesto el mo¬ 
vimiento de derechos humanos. Los familiares sin¬ 
tieron en ese momento la necesidad de volver sobre 
el problema, de volver a abrir la discusión y de vol¬ 
ver a buscar vericuetos legales por donde poder ac¬ 
ceder sino a la justicia, al menos a la verdad. 

En ese sentido, como una de las confesiones de 
este marino había sido que él había visto en la 
Escuela de Mecánica de la Armada a dos religio¬ 
sas francesas que habían desaparecido durante la 
dictadura militar; los familiares de estas religio¬ 
sas se presentaron a la justicia pidiendo por favor 
investigaran qué era lo que había ocurrido. La 


68 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


ción del cuerpo. Y a su vez habían habido algu¬ 
nos pedidos posteriores y habían sido rechazados 
por la justicia. 

Finalmente resolvimos presentarnos también ante 
la Cámara Federal, que de alguna forma aunque 
su respuesta en el caso de las religiosas francesas 
había sido un poco ambigua había dado algún 
signo positivo. La elección de los casos también 
fue bastante difícil, porque pasado tanto tiempo, 
y ante un reclamo que parecía un poco extraño en 
principio porque nos estábamos presentando en 
un proceso penal sin una pretensión punitiva. 
Porque la pretensión punitiva no era posible ya 
que estaban dictadas las leyes de obediencia debi¬ 
da y punto final. Entonces era medio difícil justi¬ 
ficar la legitimidad o la legitimación de los 
presentantes. Nosotros resolvimos el tema en prin¬ 
cipio realizando presentaciones de personas que ya 
lo hecho presentado anteriormente, o sea cuyas cau¬ 
sas ya habían estado abiertas, ya habían sido presen¬ 
tadas, y estos familiares, que eran los que en este 
momento estaban solicitando la acción de la justi¬ 
cia, ya están presentados en la Cámara. 

Una de esas causas que abrimos fue la causa por 
la desaparición de la hija del Presidente del 


CELS, Mónica Migrone y otra por la desapari¬ 
ción de otra miembro del CELS, Carmen Lapaco. 
En esas presentaciones nosotros invocábamos el 
derecho a la verdad fundado por un lado en el 
derecho internacional, en los derechos humanos, 
y por otro lado la legislación interna de Argenti¬ 
na. Ahora bien, este derecho no está ni reconoci¬ 
do explícitamente en las normas internacionales, 
ni tampoco lo está en la Constitución argentina ni 
en ninguna ley hasta ahora. La cuestión de invo¬ 
car el derecho internacional, y sobre todo de estar 
invocando principios emergentes del derecho in¬ 
ternacional, o interpretaciones doctrinarias o 
jurisprudenciales, tenía la importancia de estar 
obligando a los tribunales locales a hacerse cargo 
y reconocer que tal derecho existe aún cuando no 
esté reconocido en normas expresas. 

En Argentina la lucha por incorporar y hacer res¬ 
petar desde los tribunales locales el derecho inter¬ 
nacional de los derechos humanos, es un capítulo 
que todavía está pendiente. Si bien en la reforma 
de la Constitución de 1994 se incorporaron la 
mayoría de los pactos de derechos humanos, los 
tribunales los desconocen, los Jueces no tienen ni 
noción de que esos pactos existen y que los deben 
aplicar. Entonces en este caso estamos obligando 


70 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


a la justicia a decir que tales derechos existían, 
que era su obligación efectivizarlos y estábamos 
obligando de alguna forma al Estado a dar una 
respuesta en torno a eso y a sentar su posición 
respecto a sus obligaciones internacionales. 

En el caso de la legislación interna tuvimos que 
justificarla y nos costó un poco porque lo único 
que teníamos era el principio republicano de go¬ 
bierno, y nosotros dijimos que ese principio de 
democracia republicana era el que le daba a los 
individuos todos los derechos que surgieron de 
esa misma forma, o sea de la forma republicana. Y 
entre esos derechos se encontraba, el derecho a co¬ 
nocer la historia de su país, la historia del pueblo y 
la historia particular de cada uno de los familiares. 
Llamativamente la Cámara Federal en una primer 
resolución reconoció el derecho a la verdad, recono¬ 
ció el derecho al duelo, reconoció el derecho inter¬ 
nacional de los derechos humanos como una obliga¬ 
ción del Estado argentino en su aplicación y en la 
protección y defensa de los derechos humanos. 

Se pidieron algunas medidas, por ejemplo, se so¬ 
licitó un oficio al Presidente de la nación en su 
carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas 
Armadas para que remitiera todas las listas de 


desaparecidos y de detenidos durante la dictadura 
militar. La Cámara dio lugar a esas medidas y 
algunas otras que se solicitaron. Por supuesto las 
respuestas fueron negativas, que tales listas no 
existían; como nos habían negado la respuesta 
nosotros exigimos que si no existían, si las listas 
no estaban hechas, el Estado tenía la obligación 
de hacerlas. No sólo tienen obligación de aportar 
la información que ya esté compulsada, sino tam¬ 
bién de elaborar toda aquella que sea necesaria a 
fines de esclarecer la verdad, aún cuando cueste 
trabajo, cueste dinero, o cueste lo que cueste. 

En una de esas causas, en la de Emilio Migrone, 
ante este nuevo pedido la Cámara dijo que sí, que 
era pertinente y volvió a librar los oficios para 
que construyeran esa información. Pero en la otra 
resolvió que no era el órgano competente para 
hacer esto, que el proceso penal estaba agotado, 
que la única finalidad de un proceso penal es la 
aplicación de una pena y no el conocimiento de la 
verdad de cuáles fueron los hechos que llevarían 
en su caso a esa pena. Resolvió que la causa fuera 
enviada a la Secretaría de Derechos Humanos, 
Sub Secretaría de Derechos Humanos que depen¬ 
de del Ministerio del Interior, y que se archivaran 
las actuaciones. Ese fue el caso de Carmen 


71 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 


Lapaco, Carmen presentó un recurso extraordina¬ 
rio ante la Corte Suprema de Justicia. Creo que el 
recurso se presentó a principios del 96 y el fallo 
de la Corte salió a fines del 98. 

Pasado un tiempo el Procurador General de la 
Nación dictó su dictamen en el que reconocía el 
derecho de Carmen Lapaco y el derecho de todas 
las víctimas de la dictadura y de la sociedad en 
general a reclamar a la justicia para que averigüe 
los hechos ciertos que ocurrieron durante la dicta¬ 
dura, para que se investigue también cuál fue el 
proceder y el accionar sistemático, de la represión 
ilegal. Este dictamen, que era muy favorable, que 
a nosotros nos puso muy contentos, finalmente 
terminó en un fallo de la Corte, donde la Corte 
Suprema negó el derecho a la verdad, dijo que si la 
justicia penal seguía investigando se iba a violar la 
garantía de no juzgar dos veces por un mismo he¬ 
cho. Esto tuvo una repercusión muy grande en Ar¬ 
gentina, sobre todo nuevamente en el movimiento 
de derechos humanos, pero por suerte la gente que 
se va plegando a estos reclamos es cada vez más la 
gente que se va plegando a estos reclamos y que 
reconoce el derecho de los familiares. 

Carmen Lapaco realizó una presentación ante la 
Comisión Interamericana nuevamente, porque 


Argentina ya tenía la presentación hecha en la 
cual la Comisión había dictado tres recomenda¬ 
ciones. Una era que reconocía que las leyes de 
obediencia debida y punto final eran contrarias a 
la Convención Americana sobre derechos huma¬ 
nos. Por otro lado obligó a Argentina a investigar 
los hechos ocurridos. Por último a reparar a las 
víctimas. De estas obligaciones Argentina a prin¬ 
cipios de este año derogó las leyes; esa deroga¬ 
ción no tiene ninguna incidencia en la realidad 
porque los hechos, ya no se pueden volver a juz¬ 
gar, lo derogado se deroga hacia el futuro pero no 
tiene efectos hacia el pasado. Y en ese caso, salvo 
algunos vericuetos que se están intentando pro¬ 
bar, no creemos que haya muchas esperanzas. Las 
leyes reparatorias fueron dictadas por Argentina, 
pero finalmente Argentina de la investigación no 
ha hecho nada hasta hoy. 

Pasado un mes del fallo Lapaco de la Corte Su¬ 
prema, esta dicta otro fallo por la desaparición 
de Benito Urtiaga en la cual reconoce el derecho 
a la verdad, dice que en Lapaco no lo había nega¬ 
do, pero también dice que la vía para reclamarlo 
es el habeas data. El habeas data es una figura 
que los ciudadanos tienen para conocer informa¬ 
ción que esté en bancos privados, o en bancos 


72 



IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

públicos de datos. Y el objetivo de esa figura es 
poder conocer esos datos, para en el caso de que 
sean erróneos poder corregirlos, y en el caso de 
que no estén actualizados poder eliminarlos del 
banco. Esto obviamente no es la figura que noso¬ 
tros necesitamos para conocer la verdad. Por un 
lado esa figura se concede a la persona que recla¬ 
ma y no a los familiares, aunque la Corte ahora 
ha dicho que puede extenderse a los familiares, o 
sea que tendría que ser el desaparecido quien se 
presente y diga «yo quiero saber qué datos tienen 
sobre mí». Si esos datos no existen el habeas data 
no permite reconstruirlos, o al menos no es la fi¬ 
gura clave para eso. Entonces la Corte ha hecho, 
después de la repercusión del caso Lapaco, ha 
tratado de salvar en algún sentido la situación. Y 
yo creo que en el fondo la ha empeorado, porque 
si esta es la figura que el Estado argentino nos 
otorga para poder reclamar nuestros derechos, no 
es la que conviene. 

La Comisión Interamericana aún no se expidió en 
el caso de Carmen Lapaco. Algunas informacio¬ 
nes informales dicen que el caso posiblemente 
llegaría a la Corte. Si llegara a la Corte sería bas¬ 
tante bueno porque las resoluciones de la Comi¬ 
sión Interamericana, yo sostengo que son exigi- 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

bles en el ámbito interno, pero sin embargo no 
hay ninguna reglamentación legislativa que indi¬ 
que eso o que establezca el modo de cumplir esas 
recomendaciones. Los organismos de derechos 
humanos, más allá de algunas posibilidades que 
han quedado abiertas después de las leyes de obe¬ 
diencia debida y punto final, que son por ejemplo 
las apropiaciones de menores que quedaron ex¬ 
clusivamente afuera de las leyes. Intentamos se¬ 
guir buscando las formas de hacer justicia y de 
poder reconstruir los hechos, en los casos que se 
pueda condenar a los culpables. Pero sobre todo 
creemos que hay una deuda del Estado argentino 
en tanto no logra asumir un compromiso respecto 
de informar a la sociedad qué fue lo que ocurrió 
durante la dictadura militar. 

También estamos bastante preocupados por con¬ 
seguir una ley que cree una Comisión Bicameral 
que pueda investigar esos hechos. Una Comisión 
Bicameral formada por miembros de la Cámara 
de Diputados y de la Cámara de Senadores con 
amplias facultades. Este reclamo era el reclamo 
inicial de los organismos cuando se creó la 
CONADEP. El gobierno de Alfonsín decidió que 
no iba a ser una Comisión Bicameral sino que iba 
a ser un órgano autónomo que investigara esos 


73 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


hechos. Si bien realizó una investigación, no dio 
a conocer las listas de los responsables ni ningún 
dato en ese sentido. Nosotros lo que reclamamos 
en este momento es eso, que se hagan listados de 
quienes fueron los que participaron durante la 
dictadura, que se los cite a declarar, que aporten 
todas las pruebas que tengan, que puedan hacer 
allanamientos, etc. Facultades amplias como para 
realmente reconstruir la historia oficial que es lo 
que Argentina nos está debiendo. 

Creo que las alternativas que todavía se pueden 
buscar son bastantes. Por un lado éstas, como la 
Comisión, la justicia, pero la reparación integral 
me parece que es mucho más amplia que eso, que 
no es sólo el castigo, pero el castigo lo es, que no 
es sólo la verdad. Por supuesto que no es sólo la 
reparación económica. Creo que el Estado podría 
hacerse cargo de un montón de cosas más, como 
por ejemplo asistencia psicológica a las víctimas, 
asistencia sobre todo a los hijos de los desapare¬ 
cidos que en algún punto se los eximió en princi¬ 
pio del servicio militar obligatorio, o lograron 
algunos otros reconocimientos, pero creo que eso 
todavía no alcanza y si el Estado estuviera com¬ 
prometido con el tema en realidad podría hacer 
mucho más aún. 


4.-Sra. Rosa Roisinblit: 

Representante de Abuelas Plaza de Mayo, 

Argentina 

Soy vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. 
Agradezco a los organizadores de este Seminario 
por la invitación que nos hicieron llegar. Y quiero 
comentarles que ayer escuché con atención todos 
los comentarios que se hicieron acerca de los pro¬ 
blemas que tienen aquí en el Uruguay, para poder 
hablar, conseguir una reconciliación, un arreglo, 
sentarse a una mesa con las autoridades para bus¬ 
car soluciones. Cada país tiene sus propios pro¬ 
blemas con respecto a eso. No soy yo quien voy a 
aconsejar, ni a criticar, las cosas que se dijeron 
ayer aquí. Pero sí les puedo decir qué cosas he¬ 
mos hecho y qué cosas seguimos haciendo las 
Abuelas de Plaza de Mayo en la Argentina. 

Cuando recién se llevaron a nuestros hijos y a 
nuestros nietos, éramos nosotras un grupo de mu- 


74 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERIiCH OS HUMANOS Y LA VERDAD 


jeres mayores, de la tercera edad como se les 
nombra ahora, que tuvimos que salir a la calle 
cuando ya teníamos la suficiente edad como para 
estar sentadas en casa descansando, meciéndonos 
en algún sillón acariciando la cabeza de nuestros 
nietos. Fuimos nosotras las que tuvimos que salir 
a la calle para buscar a nuestras hijas, hijos y 
también, a nuestros nietos. Al principio creíamos 
ingenuamente que a los nietos nos los iban a de¬ 
volver. No podíamos creer que se iban a quedar 
con ellos. Pero ante la evidencia tuvimos que pro¬ 
ceder. Nunca bajamos los brazos. Cuando todavía 
pensábamos que nuestras hijas podían tener fami¬ 
lia, salimos a buscar en las maternidades, en los 
hospitales, a ver si por ahí habría pasado nuestra 
hija, o nuestra nuera, para tener su hijo. Por su¬ 
puesto que no las encontramos. Cuando calcula¬ 
mos que la fecha del parto estaba vencida, sali¬ 
mos a buscar en las casas cunas, en los orfanatos, 
en los hospicios. 

Finalmente nos fuimos encontrando en los Juzga¬ 
dos de menores donde ya nos reconocíamos cada 
una de nosotras. Y entonces por aquello de que la 
unión hace la fuerza, se reunieron 12 abuelas y 
por primera vez presentaron en conjunto un escri¬ 
to ante la justicia. Yo estoy sentada acá entre dos 


abogadas, así que de la parte jurídica no voy a 
hablar, seguramente lo va a decir Alcira que es 
nuestra abogada. 

Solamente les digo esto, porque nosotras calcula¬ 
mos, consideramos, que ese día en que se presen¬ 
taron esas 12 abuelas, fue el día de la fundación 
de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, el 
22 de octubre de 1977. Como dije hace un rato, 
jamás bajamos los brazos. No sabíamos cómo 
proceder, no había en ninguna parte del mundo 
un texto que nos dijera qué debemos hacer. Por¬ 
que el secuestro de niños por razones políticas 
era una cosa inédita, una cosa que no se vio nun¬ 
ca en ningún país del mundo. Tuvimos que recu¬ 
rrir a nuestra propia creatividad, a nuestras pro¬ 
pias ideas, para hacer algunas cosas. No obstante 
eso al poco tiempo distintos profesionales se fue¬ 
ron acercando a nosotras, y así fue como poco a 
poco fuimos formando nuestros equipos técnicos. 
Nuestros equipos técnicos son: un equipo de in¬ 
vestigación, un equipo de psicólogos, uno jurídi¬ 
co y otro de computación. En fin, después de 
tantos años, hemos logrado todo eso. Tenemos 
fax, e- mail, computadoras, cosas que por su¬ 
puesto hace 21 años no las teníamos. 


75 



IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

Pero les digo, que últimamente me están pregun¬ 
tando en distintos lugares cómo es que ahora, 
después de tantos años, existe esa efervescencia 
de «la cosa» de los derechos humanos en la Ar¬ 
gentina. Y yo respondo que nosotras, las Abuelas. 
Para nosotras no es un momento de efervescen¬ 
cia., porque nosotras hemos podido localizar nie¬ 
tos cuando tenían 6 años, cuando tenían 8,10, 

15, y ahora estamos encontrando nietos de 20, 21 
años y más también. Quiere decir que siempre 
hemos seguido trabajando. Siempre hemos lucha¬ 
do para obtener esos logros. No es que lo estemos 
haciendo ahora en este momento; No, lo hicimos 
siempre, durante todos estos años hemos luchado, 
hemos trabajado y es así como tenemos en este 
momento encontrados 61 nietos y posiblemente 
dentro de poco el 62, no podemos decir todavía 
mucho pero está en vías. Así que eso es lo que yo 
puedo decir acerca de las Abuelas de Plaza de 
Mayo. 

Cuando se hizo el juicio a las tres primeras Jun¬ 
tas, en el año 85, (y siempre me pregunto por qué 
no a la cuarta Junta). Cuando se hizo ese juicio a 
todos los represores, los ladrones, torturadores, 
asesinos y violadores, los juzgaron por todos 
esos delitos, pero no los juzgaron por el secuestro 
de niños. Porque ? porque les pareció que total 


LOS DERECHOS HUMAN OS Y LA VERDAD 

eran pocos los chicos que faltaban, que no era 
una metodología. Nosotras, las Abuelas de Plaza 
de Mayo, hemos demostrado que sí, que hubo a 
través de los 21 años de existencia una metodo¬ 
logía sistemática y que de esa manera ahora en 
este momento nosotras podemos recurrir a eso 
para reclamar que se juzguen nuevamente a aque¬ 
llos que fueron los que violaron los derechos hu¬ 
manos en el tema de la niñez. 

Ellos pueden alegar lo que quieran, nosotras tene¬ 
mos las pruebas. Nosotras podemos demostrar, en 
razón de los chicos que hemos encontrado, que sí 
hubo una metodología, que sí hubo un sistema 
para hacer desaparecer a nuestros nietos entre¬ 
gándolos a otras familias. Porque nosotras, las 
Abuelas, no éramos merecedoras de criar nues¬ 
tros nietos. Es así la cosa, muy triste. Ellos po¬ 
dían criar a nuestros nietos con su ideología, con 
su ideología fascista. Ellos sí podían, nosotras no. 

El hecho es que ahora, en este momento, nosotras 
estamos quizás en un período en que además de 
buscar verdad y justicia por nuestros hijos, y bus¬ 
car la verdadera identidad de nuestros nietos, ya 
nuestra actividad trasciende más allá de todo 
esto. Nosotras estamos en este momento trabajan- 


76 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

do por todos los problemas de la niñez, estamos 
integrando un Comité que se ha formado hace 
cuatro años, un Comité que se dedica al segui¬ 
miento del cumplimiento de la Convención por 
los Derechos del Niño. Es un Comité que está 
formado por varias instituciones que se ocupan 
de los problemas de la niñez en la Argentina, y 
nosotras formamos también parte de ese Comité. 
Así que nos ocupamos de que el niño pueda tener 
buena salud, buena educación, un techo digno. 
Que si bien se dice siempre que el niño no debe 
trabajar, lamentablemente lo hace por la falta de 
trabajo de los mayores. El niño tiene que trabajar 
porque en la casa no alcanza el dinero. Bueno, ya 
que tiene que salir a trabajar que tenga por lo menos 
una legislación que lo proteja, que le permita tra¬ 
bajar menos horas, que se le consideren vacaciones 
más amplias, que tenga la ocasión de poder estudiar. 
En fin, una serie de datos que incluyen, de acuerdo 
con mi criterio, que el niño pueda tener un espacio 
de recreación.. Un niño tiene que jugar. 

Nosotras ahora estamos buscando adolescentes, 
jóvenes ya, pero igual estamos en la lucha. Como 
defensoras de la Convención de los Derechos del 
Niño, que entre paréntesis nosotras hemos cola¬ 
borado en la elaboración del artículo 7 de la Con- 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

vención de los Derechos del Niño, que trata de la 
identidad, que el niño tiene derecho a tener su 
verdadera identidad, a conocer su origen, a cono¬ 
cer su historia. Y fuimos invitadas, en su ocasión, 
por la Cancillería argentina para colaborar en la 
elaboración de ese artículo, que por esa razón se 
llama el artículo argentino. Estamos trabajando, 
como digo, por los niños, aunque ya los nuestros 
no son tan niños. 

De cualquier manera es el momento en que los 
jóvenes que tienen 20-22 años, vienen a nuestra 
institución - sobre todo aquellos que son hijos 
adoptivos - cuando tienen alguna duda sobre su 
identidad. Aquellos cuyos padres adoptivos a lo 
mejor le ocultaron que lo son , que no les dan da¬ 
tos sobre su verdadera mamá. Yo en este momen¬ 
to no voy a juzgar a una persona que dio en adop¬ 
ción a su hijo, no soy quién para juzgarla, tendrá 
sus motivos, pero el joven tiene interés de cono¬ 
cer esas cosas y viene a la casa de las Abuelas 
para que nosotras le demos apoyo, le indiquemos 
cómo pueden hacer, qué procedimientos tienen 
que seguir para buscar y encontrar a su madre. 

Y hay algo muy interesante en eso, estos mucha¬ 
chos que vienen a preguntar, prefieren ser hijos 
de desaparecidos y no ser hijos abandonados. 
Porque aquel muchacho que fue dado en adop- 


77 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

ción es porque su familia lo entregó en adopción. 
Como dije no quiero juzgar, pero ellos prefieren 
ser hijos de desaparecidos, porque saben que sus 
padres nunca los abandonaron, porque saben que 
fueron arrancados violentamente de los brazos de 
su madre en el momento de nacer, y eso para 
ellos es más constructivo. Así que ese es otro 
dato muy importante. 

En la casa de las Abuelas tenemos un grupo de 
gente joven que no se ha formado como un orga¬ 
nismo pero que están ahí, están apoyando a las 
Abuelas. También están creando otras modalida¬ 
des de trabajo que realmente es de señalar. Son 
maravillosos. Entre esa gente joven hay alguno 
de nuestros nietos que fueron recuperados, que 
vienen a trabajar para ayudarnos a encontrar a los 
nietos que nos faltan. Hay otros chicos que nunca 
estuvieron desaparecidos pero que tienen sus pa- 
pás desaparecidos y que la mamá estuvo embara¬ 
zada cuando la secuestraron y están buscando a 
su hermano nacido en cautiverio. 

En ese grupo, nosotras tenemos puestas todas 
nuestras esperanzas. Somos gente mayor y sabe¬ 
mos que nadie es eterno. El día que nosotras fal¬ 
temos ese grupo con otros grupos que segura- 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

mente van a ser solidarios para eso, son los que 
van a levantar la bandera para seguir buscando a 
los nietos desaparecidos. Por qué? Porque todo 
ser humano tiene derecho a conocer su verdadera 
identidad. Todo ser humano, desde un niño, un 
adolescente, un joven, una persona adulta.. Es por 
eso que tenemos un banco nacional de datos 
genéticos - ese es motivo de otro capítulo - sabe¬ 
mos que va a existir hasta el año 2050, que es el 
cálculo que hacemos que será la edad máxima de 
nuestros nietos para poder buscar y conocer su 
verdadera identidad. 

En cuanto a la identidad, así como hemos tratado 
de conformar tantos equipos técnicos, también 
hemos salido al extranjero desde un principio 
para buscar un método, una fórmula que nos pue¬ 
da decir que el nieto que reclamamos es realmen¬ 
te nuestro nieto. Siempre decimos, nosotras no 
queremos un nieto, queremos nuestro nieto. Re¬ 
corrimos varios países, varios centros científicos 
de distintos países hasta que un día llegando a la 
Asociación para el Avance de la Ciencia en Esta¬ 
dos Unidos, nos prometieron que iban a profundi¬ 
zar los estudios. Porque para armar un mapa 
genético en ausencia de los padres cuando estos 
eran desaparecidos, no era fácil. 


78 



UNA 


CONTRIBUCION 


AL 


DIALOGO 


POR 


Ellos profundizaron el estudio, lograron llegar a 
una conclusión, en que con la sangre de los abue¬ 
los, de los tíos, de los primos, de todos los fami¬ 
liares más cercanos, se podía armar ese árbol 
genético, ese mapa genético. En el año 84 llegó 
una genetista muy importante de Estados Unidos, 
la Dra. Mary Clerk, y ella nos instruyó sobre esta 
situación, sobre la posibilidad de localizar a nues¬ 
tros nietos mediante estos exámenes 
inmunogenéticos; buscó ella misma un lugar 
donde se pudieran realizar esos exámenes y lo 
encontró. Y es a partir de allí que creamos El 
Banco Nacional de Datos Genéticos, donde noso¬ 
tras las familias ya tenemos nuestra sangre proce¬ 
sada (depositada) a la espera de que se presente 
un probable nieto. Cuando encontramos un « 
probable « nieto no lo comunicamos hasta no 
tener el resultado del examen inmunogenético y 
que este pase por la justicia Cuando tenemos la 
información , entonces si podemos decir que des¬ 
de el punto de vista científico y legal el niño in¬ 
dicado pertenece a esa familia. 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


5.-Dra. Alcira Ríos 
Representante Abuelas Plaza de Mayo, 

Argentina 


Yo soy la asesora legal de Abuelas de Plaza de 
Mayo, hace muchos años que estamos trabajando 
en la búsqueda de los nietos de las Abuelas para 
que recuperen su identidad y su historia, con la 
convicción de que el derecho a la identidad es el 
derecho a la verdad. Y que el derecho a la identi¬ 
dad es un derecho humano personalísimo, ina¬ 
lienable. Que no es sólo un derecho de las Abue¬ 
las de encontrar su nieto, sino del nieto a encon¬ 
trar su propia historia. Y por eso siempre hemos 
dicho que estamos contentos de poder trabajar, 
desde el aspecto jurídico, con la restitución de los 
menores víctimas de desaparición forzada. Por¬ 
que consideramos que con cada restitución le de¬ 
cimos no al olvido y no a la impunidad. 


79 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

Además en Argentina el hecho de la búsqueda de 
los menores víctimas de desaparición forzada, 
nos ha permitido ir elaborando estrategias con 
relación a descubrir la verdad y terminar con la 
impunidad. Cuando nosotros consideramos ago¬ 
tada la vía con relación a un caso concreto dentro 
de Argentina o no, cuando consideramos que no 
se está haciendo lo que se debe hacer en un caso, 
recurrimos al ámbito internacional; nos dirigimos 
a la Comisión Interamericana de Derechos Hu¬ 
manos, y hemos comprobado que es un arma bas¬ 
tante importante la utilización de la vía interna¬ 
cional. ¿ Por qué? Porque la Comisión 
Interamericana le requiere al Estado argentino 
qué está pasando con determinado caso. A su vez 
el Estado argentino le requiere al poder judicial; y 
este hace lo que debió hacer antes de que fuéra¬ 
mos a la Comisión Interamericana de Derechos 
Humanos. También nos permitió ir al grupo de 
derechos humanos de Naciones Unidas. 

El caso de Jimena Vicario es la primera y la única 
condena de derechos humanos al Estado argenti¬ 
no por la violación del Pacto de Derechos Civiles 
y Políticos. Porque Jimena era una menor víctima 
de desaparición forzada y cuando fue restituida a 
su abuela biológica, la justicia Argentina como 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

había una adopción plena de por medio y la 
apropiadora era madre con adopción plena ( con 
patria potestad) obligaba a Jimena a visitas con 
la apropiadora. Como la solución se tardaba de¬ 
masiado tiempo en la Argentina, fuimos al Grupo 
de Derechos Humanos y vino la condena para el 
Estado argentino y Jimena no tuvo que visitar 
más a esta persona, no quería hacerlo. Es decir, 
podría visitarla por decisión propia, pero no por 
obligación. 

A medida que nosotros avanzamos en relación a 
determinados temas jurídicos, la otra parte tam¬ 
bién avanza. Pero como el tema de los menores 
quedó fuera de la obediencia debida y de punto 
final, y por supuesto del indulto, nos ha permitido 
avanzar en la búsqueda de los menores pero tam¬ 
bién en la búsqueda de la verdad sobre qué pasó 
con los padres y qué pasó en general con determi¬ 
nados campos de concentración. La acumulación 
de causas sobre menores víctimas de desapari¬ 
ción forzada, desaparecidos con los padres cuan¬ 
do eran chicos, o nacidos en cautiverio, y recupe¬ 
rados después en manos de algún represor, son 
casos muy puntuales y Uds. algunos los deben de 
conocer, el de Mariana Zaffaroni Islas, el de Car¬ 
los D’Elía Casco, y después tres casos de meno- 


80 



IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


res , los menores Bianco, de un Mayor del Ejérci¬ 
to que todavía no hemos logrado analizar. Esos 
cinco casos nos permitieron demostrar 
fehacientemente y sin ninguna duda la metodología 
empleada, o sea que había una metodología para la 
apropiación de menores. Y además que estaba 
instrumentada desde los mandos superiores. 

Esas cinco causas nos permitieron pedir, la de¬ 
tención y el procesamiento de Vidella, el Jefe de la 
primera Junta Militar en Argentina. Y ahora el en¬ 
cuentro de un menor víctima de desaparición forza¬ 
da, nacido en la Escuela de Mecánica de la Armada, 
sumado a la gran cantidad de pruebas que tenemos 
en otras causas relacionadas con la Escuela de Me¬ 
cánica de la Armada, nos permitió el pedido de pro¬ 
cesamiento y detención de Emilio Massera, otra de 
las figuras claves de la represión en Argentina. 

Nosotros lo que vamos haciendo es intentarcubrir 
los espacios y los resquicios que nos han dejado. 
Por ejemplo en general tanto la defensa de 
Vidella como la de Massera alega cosa juzgada 
porque el juicio a las Juntas los juzgó, condenó y 
estuvieron presos. Y nosotros demostramos que 
el secuestro de menores, como ya lo dijo Rosa, 
no fue parte del juicio, no fue uno de los tipos 


penales que se trató en el juicio, en consecuencia 
no hay cosa juzgada. Es por eso que en este mo¬ 
mento hemos logrado que por lo menos Vidella y 
Massera respondan por lo que pasó. 

Aparte yo le decía hoy a María José cuando con¬ 
versábamos el tema, que a través de los años que 
vengo trabajando en este tema yo siento que por 
lo menos en Argentina desde el punto de vista del 
aparato represivo y de sus integrantes - el pacto 
de silencio- ese pacto de sangre que había se 
rompió. Ellos habían involucrado a todos. Todos 
tienen las manos manchadas de sangre, pero lo 
habían hecho precisamente para que hubiera un 
pacto de silencio que no se pudiera romper. Y a 
partir de la detención de Vidella, primero lo de 
Schilingo como lo dijo María José, pero a partir 
de la detención de Vidella nosotros sentimos que 
la oficialidad inferior comenzó a hablar. Y ade¬ 
más sentimos que la sociedad argentina sintió que 
la impunidad se terminaba. Porque empezamos a 
recibir numerosas denuncias, encontrar numero¬ 
sas puntas para encontrar chicos,; empezamos a 
profundizar causas que antes estaban un poco 
paradas, empezamos a recibir, denuncias. Era tal 
el empuje que le dio la detención de Vidella al 
tema que recibíamos denuncias simultáneas, en el 


81 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

Juzgado, y en Abuelas. Es decir que habían pasado 
20 años y había gente que no había hablado nunca, 
y a partir de ahí comenzó a contar lo que sabía. 

Nosotros, como dijo Rosa, en lo jurídico también 
era muy nuevo y teníamos que ir tratando de ir 
buscando las figuras jurídicas que nos pudieran 
ayudar a saltear los problemas que nos iban pre¬ 
sentando. Porque a medida que nosotros solucio¬ 
nábamos alguna cuestión, por ejemplo en princi¬ 
pio la oposición de los que aparecían como pa¬ 
dres al análisis del menor, al análisis compulsivo 
del menor, alegando lesión al derecho a la 
privacidad. Nosotros fuimos a través de los años 
demostrando que el análisis compulsivo de un 
menor víctima de desaparición forzada no era una 
violación del derecho a la privacidad. Y ahora 
finalmente hemos logrado que los casos que lle¬ 
garon a la Corte Suprema de Justicia ordene el 
análisis compulsivo. Precisamente porque tomó 
los argumentos que nosotros veníamos diciendo 
que no había violación al derecho a la privacidad, 
porque el menor era la víctima, no el imputado. 
Con una serie de consideraciones jurídicas más. 

Después empezaron a poner la prescripción. No¬ 
sotros alegamos que el derecho a la identidad es 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 

imprescriptible en la medida que hasta que no 
recupere el menor su identidad no comienza a 
correr la prescripción. Ya tenemos sentencias de 
Cámara favorables a esto. Es decir que además, 
como decía Machado «caminante no hay camino, 
se hace camino al andar». Entonces nosotros he¬ 
mos visto que avanzando en las causas sobre los 
menores víctimas de desaparición forzada a la 
vez fuimos poniendo en descubierto el aparato 
represivo, la metodología y pudimos acceder a la 
verdad en la situación de muchos compañeros 
detenidos- desaparecidos. En el caso de María 
Carolina, la menor que era el único caso al revés, 
ahí ella buscaba su identidad porque fue sacada 
de un procedimiento donde mataron a todos. Con 
María Carolina abrimos la causa buscando la 
identidad de María Carolina, que se nos cerraba 
porque los informes oficiales estaban falseados, 
etc., etc. Porque todas las víctimas de ese proce¬ 
dimiento fueron enterrados como NN en el ce¬ 
menterio de Santa Fe, donde se hizo esa masacre. 
Entonces nosotros a través de buscar la identidad 
de María Carolina logramos la exhumación de 
esos 6 restos de NN que son cuatro femeninos y 
dos masculinos, presumiblemente en esos restos 
estén los padres de Carolina, o no. Pero de cual¬ 
quier manera hemos logrado que la justicia orde- 


82 



UNA 


CONTRIBUCION 


AL 


DI ALOCO 


POR 


ne la exhumación, realice la investigación y de¬ 
termine si entre esos cadáveres está el padre de 
Carolina. De lo contrario determine quiénes son. 

Porque, como lo digo siempre que tengo oportu¬ 
nidad y lo voy a repetir ahora, para la sociedad 
argentina el tema de los desaparecidos es una 
asignatura pendiente. Y hasta que no sepamos 
todos qué pasó con todos y cada uno de ellos, esa 
asignatura pendiente de la sociedad toda, va a 
subsistir. 


LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD 


PREGUNTAS Y RESPUESTAS 
AL PANEL 


Participante: Para George, ¿qué perspectivas 
hay de que el gobierno norteamericano, el actual 
gobierno norteamericano, definitivamente abra 
los archivos en el caso Pinochet y cómo se rela¬ 
ciona eso con un pronunciamiento de esta semana 
del gobierno norteamericano en el sentido del 
traslado de Pinochet a Chile?. ¿Cómo ve eso?, 
¿qué puede sucede? 

George Vickers:: Existe en mi país un problema 
para el gobierno, porque Pinochet fue 
involucrado probablemente como el oficial últi¬ 
mamente responsable de la muerte de unos norte¬ 
americanos, no sólo chilenos y los de otros paí¬ 
ses, y no sólo en Chile sino en Washington. El 
asesinato de Orlando Letelier, fue el asesinato 
más impresionante en nuestra historia reciente. 


83 



UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR 

Hay una demanda por parte nuestra y de otras 
organizaciones no gubernamentales, para que 
nuestro gobierno entre en la lista de los países 
que han presentado solicitudes para la extradición 
de Pinochet. Como consecuencia de nuestras le¬ 
yes hay gente dentro del Departamento de Justi¬ 
cia nuestro que necesitan decidir si la respuesta 
es sí o no, a esta demanda. Estamos seguros que 
la respuesta es finalmente negativa. Pero han 
creado un debate fuerte dentro de la Administra¬ 
ción, particularmente entre las agencias de inteli¬ 
gencia; los militares por un lado, y el Departa¬ 
mento de Estado y el Consejo Nacional de Segu¬ 
ridad por otro, sobre de qué manera es posible 
apoyar, o responder a estas demandas. 

Las respuestas son dos. Una es para declarar que 
nuestro gobierno tiene confianza en la capacidad 
del sistema judicial en Chile, investigar y someter 
a Pinochet a la justicia en su propio país. Pero por 
otro lado, para clasificar algunos documentos que 
nuestro gobierno tiene sobre los hechos del go¬ 
bierno chileno durante la época dictatorial, nues¬ 
tra experiencia en otros países como El Salvador 
y Guatemala y también Honduras, en cada caso 
fueron respuestas para la clasificación de docu¬ 
mentos de nuestro gobierno para apoyar las in- 


LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD 

vestigaciones de comisiones de la verdad en estos 
diferentes países. La calidad y el volumen de esta 
clasificación de documentos es muy variada en 
los diferentes casos. En el caso guatemalteco por 
ejemplo los documentos clasificados sobre la dé¬ 
cada del 80, la época más violenta en Guatemala, 
fueron pocos y no fue muy útil para la investiga¬ 
ción. Pero sorprendentemente los documentos 
clasificados sobre los años 60 y 70 fueron muy 
útiles para la investigación sobre la verdad. 

Yo personalmente tengo dudas que los documen¬ 
tos que últimamente están clasificados en el caso 
chileno contengan nueva información. Porque el 
involucramiento de nuestras agencias de inteli¬ 
gencias fue durante la época dictatorial, la época 
del golpe de Estado, hasta ahora no tenemos mu¬ 
cha información y no creo que estos documentos 
nos presenten muchos elementos más. Es impor¬ 
tante recordar que en el comentario de ayer de la 
Secretaría de Estado, no sólo comentó sobre su 
confianza en el sistema judicial chileno, pero 
también por primera vez, oficialmente en nuestro 
país, han reconocido los errores, las responsabili¬ 
dades de nuestro gobierno por algunos de los he¬ 
chos cometidos en esta época. 


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