UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO
POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos
Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos
Se terminó de imprimir en
el mes de setiembre de 1999
en Imprenta Mano a mano s.r.l.
Martínez Trueba 1133
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Montevideo - Uruguay
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
INDICE
1.- Dinámicas y Contenidos del Seminario — 4
2. -Introducción.5
3. -A Modo de Presentación:.6
Pbro. Lie. Daniel Bazzano-6
Rabino Lie. Daniel Kripper-7
Pastor Carlos Delmonte-10
Apertura al Seminario.11
Rabino Lie. Daniel Kripper-12
4. -Primer Panel de Diálogo Nacional.14
Mons. Lie. Pablo Galimberti- 14
Escritor Mauricio Rosenkof-15
Senador Rafael Michelini -17
Diputado Víctor Semproni - 20
Dr. Javier Miranda-22
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
“Juego Libre con Periodistas” .24
Hugo Machín, J. Miguel Petit, Jorge Rovinsky,
Gerardo Bleier, Gabriel Mazzarovich, Gustavo
Antúnez, Samuel Blixen
5.-Segundo Panel: El Mundo Religioso
ante el Diálogo por la Verdad-42
Pbro. Lie. Daniel Bazzano- 42
Pastor Carlos Delmonte.--45
“Juego Libre con Periodistas” .49
6.-Mesa Internacional: Reflexión y apoyo
al diálogo por la verdad-55
Dr. George Vickers-55
Pastor Lie.Oscar Bolioli-63
Dra. M.José Wembe-68
Sra. Rosa Roisinblit-74
Dra. Alcira Ríos-79
Preguntas al panel .83
3
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
DINÁMICA Y CONTENIDOS DEL SEMINARIO
Viernes 4 de diciembre de 1998:
18:30 hs. Palabras del Rabino Lie. Daniel Kripper
Primer Panel. Mesa de Diálogo Nacional:
Mons. Lie. Pablo Galimberti
Escritor Mauricio Rosenkoff
Senador Rafael Michelini
Diputado Víctor Semproni
Dr. Javier Miranda.
“Juego Libre con Periodistas”
Hugo Machín
J. Miguel Petit
Jorge Rovinsky
Gerardo Bleier
Gabriel Mazzarovich
Gustavo Antúnez
Samuel Blixen
Moderadora: Soc. M.L.Osimani (¡DES)
20 hs. Pausa
21:15 hs: Segundo Panel: El Mundo
Religioso ante el Diálogo por la Verdad:
Pbro. Lie. Daniel Bazzano
Pastor Carlos Delmonte
“Juego Libre con Periodistas”
Hugo Machín
J. Miguel Petit
Jorge Rovinsky
Gerardo Bleier
Gabriel Mazzarovich
Gustavo Antúnez
Samuel Blixen
Moderador: Prof G.Kerber (SEDHU)
22hs: Cierre primera jornada
Sábado 5 de diciembre de 1998:
11 hs. Mesa Internacional. Reflexiones y
Apoyo al Diálogo por la Verdad:
Dr. George Vickers
Pastor Lie. Oscar Bolioli
Dra. María José Wembe
Sra.Rosa Roisinblit
Dra. Alcira Ríos
Preguntas a la Mesa
Moderador: Lie. A.Hein (CIPFE)
13 hs.: Cierre jornada.
4
UNA
CONTRIBUCION
AL
DIALOGO
POR
INTRODUCCIÓN
Esta publicación contiene la transcripción
textual, no corregida por sus autores, del
Seminario Internacional, realizado el 4 y 5
de diciembre de 1998, en Montevideo.
El mismo tuvo como objetivo, la puesta en
común de puntos de vista, propuestas o ex¬
periencias, de búsqueda de solución del pro¬
blema, del esclarecimiento de la verdad, so¬
bre la situación de los detenidos - desapare¬
cidos y su información a los familiares.
Contribuyendo así a consolidar un canal de
diálogo eficaz para la sensibilización de la
opinión pública y en particular de todos los
actores directamente involucrados en el pro¬
blema, de manera de agilitar la puesta en
marcha de la investigación por el Poder Eje¬
cutivo del Estado Uruguayo.
Aportar también, a la creación de un ámbito
internacional informal de apoyo al diálogo,
de reflexión humanitaria, sensibilización, se¬
guimiento y monitoreo del cumplimiento de
lo dispuesto por el artículo 4to. de la Ley de
Caducidad.
LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
El Seminario se organizó el primer día con
dos paneles, con breves exposiciones de
las distintas personalidades nacionales del
ámbito político, religioso, así como la posi¬
ción de “Madres y Familiares de Detenidos -
Desaparecidos”. Posteriormente a las pre¬
sentaciones de cada panel, se abrió un es¬
pacio de “juego libre” de reflexiones, pregun¬
tas y respuestas de los comunicadores a los
panelistas.
El segundo día se contó con la participación
y exposición de personalidades a nivel in¬
ternacional del ámbito religioso, político, de
derechos humanos así como con represen¬
tantes de las Abuelas de Plaza de Mayo de
Argentina.
Por último disculparnos con alguno de los
expositores tanto comunicadores y partici¬
pantes del Seminario, porque en algunos
momentos no se logró identificar en la
desgrabación la persona que formula la pre¬
gunta y/o intervenía en el mismo.
5
IJNA
CONTRIBUCION
AL
DIALOGO
POR
A modo de Presentación
1.- Pbro. Lie. Daniel Bazzano Yannicelli
Vicario Pastoral de Arquidiócesis
de Montevideo
La publicación de lo conversado en el “Diá¬
logo por los Derechos Humanos y la Verdad”
es un testimonio más de los esfuerzos que
está realizando la sociedad uruguaya para
reconciliarse con su pasado, buscando una
propuesta en el presente que satisfaga el
clamor por la verdad. Y al ostentar con hu¬
milde orgullo estos esfuerzos, compensa¬
mos en algo la vergüenza que significa el
hecho de que el problema de los detenidos
desaparecidos permanezca pendiente.
La sociedad emana de la misma naturaleza
del hombre y se construye como un tejido
que sostiene a las personas elaborando en¬
tre todas espacios para cada una. Los dere-
LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
chos humanos son la materia prima de ese
tejido, el hilo sutil que nos vincula y que, al
hacerse complejo, enriquece la existencia
común. Pero si ese hilo se corta, si los dere¬
chos humanos son violados, entonces los
seres humanos caemos en el vacío del “sál¬
vese quien pueda”, el “otro” deja de ser un
vecino . un cercano, un prójimo- para trans¬
formarse en un rival, un competidor, una
amenaza.
Nuestro drama - como el de otras socieda¬
des americanas - Consiste en que aún no
hemos logrado recomponer las zonas de
ruptura de nuestro tejido social uruguayo. Es
fácil romperlo, pero ¡cuán trabajoso resulta
volver a llenar los vacíos!.
Desde nuestra ubicación histórica, no po¬
demos abandonar la convicción de que lo
lograremos. Sí: lograremos reencontrar la
materia prima indispensable de respeto y
solidaridad que necesitamos con urgencia.
Y aunque la urgencia se prolongue por más
tiempo, no será tarde para quienes vendrán
luego de nuestra generación. Quizás les de-
UNA CONTRIBUCION AL DIAI-OÍÍO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
jemos un problema pendiente. Pero no po¬
demos renunciar a preparar y arrimar el ma¬
terial para su solución.
2.- Rabino Lie. Daniel Kripper
El tema de los Derechos Humanos: la
gran asignatura pendiente
La historia de los derechos humanos en lo
que va del siglo, ya pisando el próximo, es la
de una gran desilusión que no cesa. En el
año pasado se conmemoraron cincuenta
años de la Declaración de los Derechos Hu¬
manos. La misma fue aprobada por las Na¬
ciones Unidas en diciembre de 1948 por
unanimidad. Por primera vez la comunidad
mundial organizada reconocía la existencia
de derechos y libertades fundamentales por
encima de las leyes de los estados sobera¬
nos. El fracaso en la implementación de ese
documento es harto conocido; basta por
ejemplo el último informe de Amnesty
International, que da cuenta de la violación
de derechos humanos en el mundo y que
entre otros horrores registra la existencia de
más de 15 millones de personas desplazadas
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
de sus lugares de origen en busca de asilo.
En estas décadas esa gloriosa declaración
se ha vuelto letra muerta en la realidad mun¬
dial contemporánea y en el seno de las Na¬
ciones Unidas misma otros tópicos de enver¬
gadura política han prevalecido por sobre la
preocupación sobre los derechos humanos.
Así, se han sucedido continuos actos de ge¬
nocidio, represión y otras series de violacio¬
nes de los derechos humanos sin que se
produjera una respuesta efectiva de la co¬
munidad internacional.
Tan terribles barbaridades se han cometido
en los más diversos lugares, como las que
hemos conocido de cerca en nuestros paí¬
ses Latinoamericanos bajo dictaduras milita¬
res, que parecería que la humanidad ha re¬
trocedido a un pasado remoto y salvaje.
Existe una dramática disparidad entre los
ideales proclamados de igualdad, justicia e
imperio de la ley civil por un lado y el abuso
sistemático de derechos elementales y ex¬
plotación a escala mundial por el otro.
El retorno a la democracia en Uruguay ha
servido felizmente para afianzar y revigorizar
las instituciones de la república, creándose
el clima propicio para el debate de las ideas
y la convivencia de todos los ciudadanos ba¬
sada en el respeto y la tolerancia. Uruguay
ha retomado decididamente el rumbo demo¬
crático que ha sido motivo de admiración y
modelo en el mundo todo.
En medio de tantas expectativas cabría lógi¬
camente esperar que el tema de los deteni¬
dos - desaparecidos dejase de ser un tema
y que se encontrase una respuesta satisfac¬
toria dentro del espíritu de reconciliación y
acuerdo. Sin embargo han pasado años y
como dice Job en nuestras escrituras: “¿De
dónde procederá la sabiduría?”.
Para nuestra visión de mundo esta cuestión
trasciende las consideraciones políticas del
caso, ella atañe a las bases y principios éti¬
cos de la propia civilización, cuya esencia es
el respeto por la dignidad humana.
En el Talmud que es la fuente Rabínica más
importante, encontramos un notable ejemplo
de lo que constituye el valor y la santidad de
la vida humana.
El mismo se basa en una situación legal que
se refiere a la advertencia que se daba a los
testigos en caso de pena capital: según esta
fuente el tribunal debe llamar la atención de
los testigos. Y ¿cómo se puede alertar a los
8
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
testigos en los casos en los que se juzga un
crimen que puede estar penado con pena de
muerte?. El mensaje más importante de los
testigos era que si la persona era ejecutada
siendo inocente, junto con él moría también
sus descendientes y citaba el ejemplo de
Caín y Abel: «la voz de las sangres de tu
hermano clama a Mí desde el suelo» (Ge4,
10)No se dice “la sangre de tu hermano”,
sino en plural, “las sangres de tu hermano”,
su sangre y la de sus descendientes des¬
pués de él. Y los jueces están obligados a
seguir diciendo al testigo:
“La razón por la que Adán fue creado sólo
es para enseñarte que, cuando alguien da
muerte a un ser humano, considera la Escri¬
tura que es como si hubiera dado muerte a
todo el mundo; y cuando alguien mantiene
viva a una sola persona, la Escritura le con¬
sidera como si hubiera mantenido vivo a
todo el mundo”. Los jueces añaden otra ex¬
plicación de por qué Adán fue creado sólo:
“A fin de que hubiera paz en la humanidad,
de manera que nadie dijera a su compañero:
Mi padre es mayor que tu padre y (además)
para mostrarte la grandeza de Dios, porque
si alguien acuña varias monedas con un
solo sello, todas son parecidas, pero cuando
el Rey de reyes, Dios, ¡Bendito sea!, acuñó
a cada uno de los hombres con el sello del
primer hombre, no hubo uno solo que fuera
igual a su compañero. Por eso, cada perso¬
na debe decir: el mundo ha sido creado por
mi causa. El mundo ha sido creado para que
yo viva, para gloria mía, para que yo exista;
lo mismo para mí que para ti y lo mismo
para nosotros que para toda la humanidad”.
Es por esta razón que desde el Judaismo y
también en conjunto con otras confesiones
hermanas, hemos hecho oír nuestra voz en
apoyo del reclamo de los familiares de las
víctimas. Lo hacemos animados por el noble
propósito de esclarecimiento y dilucidación
definitiva del tema capital de derechos hu¬
manos en nuestro país. Se trata ni más ni
menos que una asignatura pendiente que
debe ser superada y resuelta de la mejor
forma posible. Aspiramos a que el “Nunca
más” no sea un mero voto retórico, sino un
deber de honor de cada habitante de este
suelo bendito de la República Oriental del
Uruguay.
9
IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
3.- Pastor Carlos Delmonte
Iglesia Valdense
Las páginas que siguen nos hablan de
nuestro pasado. Un pasado del que todos
somos responsables. El diálogo que se pudo
formalizar, entre personas de ambientes di¬
ferentes, tuvo como objetivo buscar la forma
de entender ese pasado.
Lo primero que tuvimos que admitir, es que
los hechos ocurridos en ese pasado recien¬
te, han marcado profundamente a nuestra
sociedad. Han abierto heridas que todavía
supuran, no han sido curadas. Heridas que
no han cicatrizado. En segundo lugar, tuvi¬
mos que admitir que aún no hemos encon¬
trado el remedio que las cure. Mejor dicho,
no hemos sabido usar para cicatrizarlas el
remedio de la verdad buscada con amor y el
amor a la verdad y por eso estamos enreda¬
dos en un sin fin de prejuicios y temores de
LOS DKKECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
los que no hemos podido o mejor dicho no
hemos sabido liberarnos. En tercer lugar
nuestro diálogo ha dejado en evidencia la
necesidad de unirnos - aportando cada uno
lo que es propio - para poder llegar al fin a dar
respuesta definitiva y convincente al tema de
las personas detenidas desaparecidas. Por
último, comprobamos, en nuestro intercambio
de ideas, que en ese pasado están las raíces
del futuro. Eso quiere decir que nuestro futuro
dependerá de la respuesta que podamos dar
a una pregunta muy concreta: ¿Qué pasó y
dónde están nuestros hermanos y hermanas
que han desaparecido? Cuando nuestros
hijos y nuestros nietos nos interroguen y ten¬
gamos que responderles, ninguno de noso¬
tros podrá decirles que esa historia no le
concierne. De la respuesta que le demos,
dependerá el respeto que las nuevas gene¬
raciones lleguen a tenernos.
A medida que avanzaba nuestro diálogo dos
sentimientos dominaban nuestra reflexión. Por
un lado un respeto siempre más profundo por
todos aquellos que han empeñado su vida en¬
tera en la búsqueda de una respuesta a esa
pregunta. En primer lugar las madres y abue¬
las de las personas desaparecidas. Luego los
10
UNA
CONTRI BIK'ION
AL
DIALOGO
POR
familiares, hijos, hermanos/as. Su presencia
es siempre un llamado a nuestra conciencia.
Por otro lado la certeza de que cada uno, en el
lugar donde está, en la tarea que desarrolla,
puede hacer un aporte. Estas páginas son un
llamado a todos a luchar contra nuestra indife¬
rencia y a ponernos al sen/icio de esta causa.
El diálogo que nos presenta estas páginas po¬
drá ser un estímulo para todos. Eso es lo que
esperamos. Podemos estar de acuerdo, pode¬
mos disentir. Pero no podemos decir, esto no
me concierne ni me preocupa. Porque de la
respuesta que demos depende nuestro futuro
y el futuro de nuestra sociedad. El tiempo co¬
rre y tarde o temprano llegará el día de expre¬
sar el arrepentimiento sincero de todos y en¬
tonces, con nuevas palabras, nuevas decisio¬
nes, nuevas acciones - como dice el profeta
bíblico - “ con un corazón nuevo y un espíritu
nuevo”, podremos escribir juntos una página
de nuestra historia, de la historia de nuestro
país, que hasta ahora no hemos podido escri¬
bir.
Con alegría y sinceridad, presentamos estas
páginas con la esperanza de que puedan
ser semillas de nuevas reflexiones.
DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
APERTURA DEL SEMINARIO
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
Rabino Lie. Daniel Kripper
Es un verdadero honor poder abrir esta jomada de
trabajo, este Seminario, este encuentro, al lado de
tan distinguidas personalidades que integran el
panel. Lamentablemente coincide esta actividad
con nuestro día del perdón, con nuestro día de
descanso y nuestro día de oficio religioso, que
empieza en pocos minutos, y tengo que liderar
nuestro servicio en mi sinagoga. Pero la verdad
que voy a lamentar el no poder quedarme hasta el
final, me hubiera gustado mucho disfrutar y po¬
der seguir hasta el final de las discusiones y del
debate.
Quisiera decirles el gusto que siento de participar
en esta jomada por la temática que se trata, por¬
que es un tema que está cercano a nuestro cora¬
zón, a nuestras preocupaciones, a nuestros idea¬
les. Y tal vez sería oportuno comenzar con una
pequeña reflexión sobre el sentido de los dere¬
chos humanos en general, el sentido filosófico.
Hace tiempo, procurando preparar mi aporte a un
simposio que se hizo en el Palacio Legislativo a
instancias del Dr. Hugo Batalla, sobre el aporte
de las religiones al tema de los derechos huma¬
nos; busqué el aporte de nuestra religión, la reli¬
gión judaica: ¿la Biblia hebrea qué dice sobre los
derechos humanos? . Y me puse a buscar y a ex¬
plorar en diccionarios, en enciclopedias y ¡oh sor¬
presa! La palabra derecho humano no figura en la
Biblia, en la Biblia hebrea, derechos humanos, es
increíble.
Nosotros sabemos que el tema en s, tiene sus raí¬
ces, en nuestra legislación, en la ley mosaica, en
esa preocupación por el débil, por el desvalido,
por el indefenso. Sabemos del ideal de justicia
que es el leit motiv que recorre la Biblia a lo lar¬
go y a lo ancho. Y sin embargo la palabra dere¬
chos humanos, el concepto derechos humanos así
como lo formulamos hoy en día, como lo enten¬
demos en occidente, no figura. Sí figura el tema
del deber. Es decir, la Biblia hace hincapié en las
obligaciones y deberes de las personas hacia los
prójimos, hacia el prójimo.
La Biblia no habla por ejemplo de los derechos
del empleado, del obrero, sino habla y hace hin-
12
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
capié sobre los deberes del patrón para tratar bien
a su empleado, por ejemplo para pagarle el jornal
en el día, para no aplazar, para no postergarle la
paga, porque de esa forma si no lo hace estaría
explotándolo. Y la Biblia está definitivamente
contra la explotación del obrero. Y así podríamos
multiplicar los ejemplos. A diferencia de nuestro
léxico, de nuestra mentalidad, de nuestros con¬
ceptos, donde hacemos tanto hincapié en los de¬
rechos de las personas, la Biblia pone el énfasis y
el peso justamente en la responsabilidad del fuer¬
te, del poderoso en relación al débil, en relación
al que merece por derecho divino un respeto a su
dignidad.
De la misma forma no es un derecho del ciudada¬
no que el Estado lo trate bien, que respete sus
derechos, que les respete su dignidad, el derecho
a su patrimonio, a su vida. Es una responsabili¬
dad del rey, del gobierno, respetar la dignidad, el
honor de las personas, su derecho a la vida.
Esto nos trae a colación el tema que nos preocupa
y que nos convoca este fin de semana, justamente
la preocupación por los deberes y las responsabi¬
lidades de los que mandan, de los que gobiernan
en relación a los súbditos, en relación a los ciuda-
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
danos. Y hay un derecho fundamental en la Bi¬
blia, no solamente una obligación con respecto a
los vivos, sino también una obligación con res¬
pecto a los muertos. Una obligación sagrada, de
primera magnitud que es justamente llevar a los
muertos a su última sepultura, a su último des¬
canso. Es una obligación de la familia. Es una
obligación de los más próximos, pero inclusive es
una obligación y un deber, es de primer orden ente¬
rrar aunque sea a un desconocido, a un extraño.
Y quiero culminar con un ejemplo que realmente
es muy ilustrativo sobre la gravedad de este tema
en el pensamiento judío antiguo, a tal punto es
importante el llevar a los muertos a su última mo¬
rada que si por ejemplo dice la Biblia «hay un
muerto en el camino, un muerto abandonado», es
obligación de todo individuo, el que lo encuentre,
sepultarlo. Y no solamente cualquier individuo, si
por ventura el Sagrado Sacerdote, lo que sería el
equivalente al Papa, por así decir, el Sumo Sacer¬
dote el día más sagrado del año, en el día del per¬
dón, cuando está yendo para el servicio religioso
del día de perdón si encuentra un muerto en el
camino en su recorrido al templo, él debe dejar el
servicio religioso, debe dejar el día más sagrado,
para ocuparse de enterrar a ese muerto. O sea es
13
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
un muerto sobre el que pesa una obligación, in¬
sisto, hablando de deberes, una obligación sobre
todo el mundo, una obligación universal de lle¬
varlo a su sepultura.
Y quiero con estas reflexiones, o este pensamien¬
to, inaugurar estas sesiones, con mis votos, con
mis anhelos de que sean discusiones fecundas,
enriquecedoras, y que podamos arribar a conclu¬
siones que lleven a una acción conducente a lo
que son nuestras metas, lo que son nuestros de¬
seos. Quiero saludarlos a todos y decirles un buen
fin de semana, una jornada realmente fructífera y
fecunda.
PRIMER PANEL
DE DIALOGO NACIONAL
Este panel integrado por personalidades que han
realizado propuesta, formulado pronunciamien¬
tos, o gestiones para el diálogo encaminado a la
solución del esclarecimiento de la verdad sobre
la situación de las personas detenidas - desapa¬
recidos, así como la posición de “Madres y Fa¬
miliares de Detenidos - Desaparecidos
Posteriormente se iniciará el “juego libre ” con
los comunicadores presentes.
l.-Mons. Lie. Pablo Galimberti
Mi intervención en esta problemática, el año pa¬
sado surgió de una declaración de la Conferencia
Episcopal de los Obispos donde tomamos el
tema, pero básicamente porque el tema está pre¬
sente en los familiares; el tema no lo inventamos
los que estamos fuera, sino que queremos estar
cerca de ese dolor que viene de ustedes, la cica¬
triz la tienen ustedes.
Hace dos o tres días un periodista me hacía una
pregunta, ¿en estos 50 años de los Derechos Hu-
14
UNA
CONTRIBUCION
AL
DIALOGO
POR
manos, hay cuentas pendientes? Claro que sí, hay
muchas. Y con respecto al tema de los desapare¬
cidos, la primera cuenta está en el dolor de los
familiares.
Así que yo diría, empleando una comparación: yo
preparé un barquito, agarré los remos, zarpé,
pero... diría que me quedé en la orilla. De pronto
conté con muchas voces de aliento, el interés de
los comunicadores sociales en primer lugar, de
los periodistas que algunos con el dolor en el
alma potenciaron esta pequeña voz. Uniéndome
también a otras voces como la de Rafael
Michelini que también venía remando. Empujan¬
do pero al mismo tiempo queriendo estar discre¬
tamente atrás para que otros tomaran la bandera
también. Concurrimos a la Confraternidad
judeocristiana muchos de los que estamos aquí
presentes, también una visita del Diputado Víctor
Semproni y tuve la gran alegría de conocer direc¬
tamente los rostros de los familiares, Javier, otras
madres, otras esposas, que están aquí y a la gente
joven. Eso me llenó mucho el corazón y me daba
una pauta concreta de que no se trataba de hacer
cosas por ellos sino con ellos, con ustedes.
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
2.- Escritor Mauricio Rosencoff
Hay un par de cosas que me gustaría señalar; es lo
que tiene que ver con nosotros, particularmente los
que estamos en esta Mesa y algunos que no están,
pero que tienen un lugar en ella de hecho. Todos
estamos motivados en distintas propuestas por lle¬
var a buen puerto la solución, o la respuesta al tema
de los desaparecidos. Desaparecidos que para todos
nosotros hemos sido compañeros, independiente¬
mente de su procedencia, independientemente de
las filas donde militaban, independientemente de
que fueran o no fueran militantes. Nosotros los sen¬
timos como parte de la lucha que estamos desarro¬
llando. Esa es la primer cuestión y que tiene que ver
con el sentimiento que tenemos todos aquellos que
de alguna manera lanzamos una iniciativa, de sentir¬
nos mancomunados cada uno con las proposiciones
de los demás. Es como si de alguna manera estuvié¬
ramos pedaleando todos en equipo en una vuelta
ciclista del Uruguay. No importa qué propuesta lle¬
gue primero, sino que la que llegue, sea la mejor.
15
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
los desaparecidos nunca arrearon, ni van a arrear,
las banderas; la Central de Trabajadores, las organi¬
zaciones políticas, las organizaciones sociales, de
alguna manera este asunto, lo están aguijoneando
constantemente. En resumidas cuentas, en estos cin¬
co minutos que de pronto me estoy excediendo, no¬
sotros tenemos que tener una voz de alguien que
nos represente para lograr implementar un escenario
que no está implementado, donde podamos ir a exi¬
gir cada uno de los puntos, los desaparecidos acá,
los desaparecidos en Argentina, los niños desapare¬
cidos, absolutamente todo.
Y yo sugería que esa persona podía ser Luis
Pérez Aguirre, SJ, de nuestra parte, y sugería ade¬
más que se debería ir, si bien con todas las carpe¬
tas bajo el brazo, con una agenda blanca. Que se
pongan de acuerdo los que eventualmente se
sientan en una mesa, que ya sería un gran logro y
un gran avance para nosotros por las repercusio¬
nes que tendría y se lidiara sobre esa mesa los
mecanismos. Porque los que tienen la informa¬
ción, y todo el mundo sabe que la información la
tienen las Fuerzas Armadas, y de lo que pasó con
ellos y los que están donde están, podrían propor¬
cionar esa información a alguien que de alguna
manera los representara y los expresara
3.- Senador Rafael Michelini
Voy a intentar ser breve en mi intervención para
poder dialogar con los representantes de la pren¬
sa. Quiero primero aclarar que tanto esta primera
intervención como las posteriores siempre van a
ser hechas desde un punto de vista político. Esa
es nuestra intención, siempre ha sido así. Y desde
un punto de vista político siempre hemos tratado
de saber en cada etapa, en cada circunstancia
donde estamos parados. Donde estamos parados
ahora, como donde estuvimos parados en el año
97 y en el año 95. En este tema la claridad siem¬
pre nos permite lograr mejores resultados. En el
95 teníamos una situación en que este tema era
tabú, casi proscrito, en el cual sólo se trataba en
un reducto vinculado a los que trabajaban por los
derechos humanos, o de familiares de desapareci¬
dos. La sociedad no estaba sensible a esos temas.
Haber clarificado esa situación, permitió poner
como objetivo principal el tema en la opinión pú-
17
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
blica. Golpear y golpear para que el tema estuvie¬
ra en la opinión pública. Un tema que era una
asignatura pendiente; lo sigue siendo hoy, pero en
aquel momento mucha gente ni siquiera sabía, o
no recordaba lo que había pasado. A ello contri¬
buyeron declaraciones, intervenciones políticas y
no políticas, manifestaciones diversas, marchas y
demás.
Yo creo que saber donde se está parado siempre
es muy importante. Luego que la opinión pública
tuvo sensibilidad y empezó a reclamar esa misma
sensibilidad para los gobernantes, vinieron las
posibles salidas, o las diferentes salidas. Tenemos
aquí a varios integrantes de este panel, que con¬
tribuyeron con las ideas más ingeniosas y las
más interesantes, Tanto desde el mundo políti¬
co, religioso, como desde otros mundos. Ese
fue un buen momento de saber también que de
este lado había que aportar soluciones, porque
no era sólo sensibilizar a la opinión pública
sino extender la mano y dar una posibilidad de
que la reconciliación del pueblo uruguayo se
pudiera dar, cuando la opinión pública estuvo
sensibilizada y las salidas a esta problemática
estuvieron arriba de la mesa el gobierno, per¬
manentemente las rechazó.
Hace poco, en un Seminario que había hecho la
Junta Departamental en la Intendencia Municipal
de Montevideo, nosotros planteamos con insis¬
tencia que ahora no era momento de aportar sali¬
das; salidas se plantearon y van a haber, respues¬
tas van a haber, eso ya nadie tiene dudas. Pero el
tema era en qué consistían esas respuestas. Por¬
que había que ser muy claro. No alcanzaba cual¬
quier respuesta. Eran respuestas que tenían una
doble condición, la de dar una respuesta a las fa¬
milias, eso era obvio, necesario, imprescindible;
pero también se exigía una respuesta a la socie¬
dad porque sin respuesta a la sociedad, la res¬
puesta no existía. Sin respuesta a las familias,
aunque se le diera a la sociedad, la respuesta era
incompleta. Levantamos nuestra voz para insistir
en ese tema. Y yo creo que en este momento esta¬
mos en un momento muy particular, en ese cami¬
no, ese largo camino hacia la verdad en el cual ya
nadie duda que tenemos razón, que se violaron en
el Cono Sur los derechos humanos, que la dicta¬
dura uruguaya hizo lo que hizo y que las familias
de los desaparecidos, y otras familias - que aun¬
que su familiar no haya sido desaparecido murió
a través de torturas o de apremios - sintieron el
máximo rigor de lo que fue la represión política
en el Uruguay dentro y fuera de frontera.
18
UNA CONTRIBUCION AU DIALOGO POR
Y en esta situación paradójica de Pinochet, quie¬
ro destacar dos hechos. Primero, los militares
uruguayos siempre dijeron «sí, acá hubo un exce¬
so, se perdió algún punto de referencia, pero fue
distinto a la Argentina y distinto a Chile». Hoy
sabemos que eso no es así, porque atrás del tema
Pinochet, independientemente de lo del Juez Gar¬
zón sabemos que hubo un plan de exterminio a
opositores del Cono Sur, Plan Cóndor que cono¬
cemos todos, y que el propio Estados Unidos está
aportando información que en cierta medida da,
clarifica alguna de estas cosas.
Entonces la primer cosa es: además de las salidas,
además de las respuestas, además de darle una
respuesta a la sociedad y/o a la familia, esa res¬
puesta tiene que poner las cosas en su lugar. No
fuimos distintos. Hubo también planes de aniquila¬
miento en nuestro país dentro y fuera de fronteras.
El segundo tema es la situación paradójica del
gobierno que a la hora de defender la impunidad
en Uruguay lo ha hecho con creces y ahora tam¬
bién, quizás por el fundamento de por las dudas,
la defiende fuera de fronteras para militares o
genocidas que no son de nuestro país. Eso tam¬
bién marca un cambio. Son tan parecidas las si¬
tuaciones, son tan similares, que defender la im-
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
punidad acá conlleva a que lamentablemente el
Presidente de la República se sume a defender la
impunidad de otros, aunque nadie le pida palabra
ni respuesta. Yo creo que eso es grave.
Quiero terminar con un agregado. Muy bien todo
lo del Juez Garzón y todo lo que pueda hacer; el
tribunal internacional, los derechos humanos
como una cosa global, de defensa de la vida,
como un valor universal. Eso está muy bien. Lo
defendemos no sólo desde el mundo político,
también desde otros mundos; de las congregacio¬
nes; del mundo religioso. Pero no nos quitemos
responsabilidad. Tenemos responsabilidad noso¬
tros en hacer y ayudar a que esa verdad florezca.
No es sólo una tarea del Juez Garzón, es tarea
nuestra.
19
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
4.- Diputado Víctor Semproni
Voy a centrar el tema en lo que se nos ha pedido,
hablar de las propuestas. Quiero hacer primero
dos precisiones sobre lo que tiene que ver con
esto que se puede llamar propuestas. En primer
lugar lo que nosotros hemos manejado es un pro¬
ducto del trabajo colectivo del grupo político al
que pertenecemos, que es Asamblea Uruguay. Y
en segundo lugar, nuestra actuación en lo referen¬
te al tema, ha sido enfocado fundamentalmente
desde nuestro trabajo parlamentario, es tratar de
desnudar o demostrar el incumplimiento del Po¬
der Ejecutivo con las obligaciones emergentes de
la Ley de Caducidad. Quiero agregar también que
lo que vamos a manejar no es una fórmula sino
que son posibles ideas, posibles caminos que he¬
mos podido recoger en todo nuestro trabajo parla¬
mentario a nivel político. Posibles ideas, caminos
para ser utilizados para respetar, en función de la
situación política que estaba generada en el país,
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
donde no hay ninguno de los directamente prota¬
gonistas involucrados en esto, capaz de imponer¬
le al otro una salida. Donde el único camino que
viabilizaba una solución al tema era aquel que
surgiera del consenso entre todos los sectores di¬
rectamente involucrados. Esto es lo que hemos
podido recoger en esa trayectoria y en ese recorri¬
do como simples ideas a ser manejadas. No esta¬
mos categorizando esto como una propuesta.
Creo que es bueno recordar, antes de hacer algu¬
na referencia a ella, que la Ley de Caducidad y lo
que la población votó en aquel plebiscito - cuyo
resultado no compartimos - pero que respetamos
porque es la opinión mayoritaria de la ciudadanía,
era conceder la no - penalización a los responsa¬
bles, y es bueno recordar que es sólo la no penali¬
zación, que no quiere decir de ninguna manera la
no ubicación, ni el no saber quiénes eran y cuáles
eran los responsables. Conceder la no penaliza¬
ción a cambio del derecho de la sociedad a cono¬
cer el destino de las víctimas y por consiguiente
el derecho de los familiares a saber qué había pa¬
sado con sus seres queridos.
En primer lugar la imperiosa necesidad de que el
Estado uruguayo asuma el cumplimiento pleno
20
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
del compromiso emergente de esa ley de caduci¬
dad porque era el mandato no sólo del Parlamen¬
to, sino de toda la ciudadanía a través de las ur¬
nas. En segundo lugar, que las Fuerzas Armadas,
responsables fundamentales de esos hechos, tam¬
bién asumieran la responsabilidad que en ello
habían tenido. Y luego se hablaba, de encontrar
un mecanismo, que suponía una investigación
que iba más allá de la propia Ley de Caducidad,
es decir que no tiene por qué ser anónimo ni por
qué no ubicar y establecer responsabilidades. En
esto se basaban nuestras ideas o nuestra fórmula
podríamos decir.
Con este mecanismo se abría un período en el
cual en forma anónima se podían aportar todos
los datos que hubiera y que se poseyeran por ac¬
tores de esas propias Fuerzas Armadas, tanto en
estado de actividad como en retiro; que no nece¬
sitaban identificarse en la proporción o el vuelco
de esos datos, sino simplemente alcanzaba con
que dieran elementos probatorios de la veracidad
de los datos aportados; luego con la recopilación
de todos esos datos, una investigación en profun¬
didad realizada por los propios servicios de inteli¬
gencia de las Fuerzas Armadas para superar
aquello de que eran contrarias a que nadie de fue¬
ra, se entrometiera dentro, en la búsqueda de la
verdad. Es decir, asumían por un lado la respon¬
sabilidad y por otro lado la obligación de decir la
verdad de lo que había ocurrido. Después de esto,
aceptar la participación de la Iglesia, que se ofre¬
ció a actuar como mediadora, ofrecimiento hecho
público en su momento. La Iglesia recibiría toda
la información de los hechos ocurridos, de lo que
surgiera de la investigación, y de los restos huma¬
nos que hubieran podido aparecer, y así bajo las
características que la Iglesia tiene, sobre la base de
su trayectoria en la historia de la humanidad, hacer
entrega a la sociedad de los elementos que surgieran
de la investigación, y a los familiares los restos de
las víctimas de esos lamentables sucesos.
Esta idea fue elaborada en noviembre del año pa¬
sado. Hoy un año después, en el mundo soplan
otros vientos y están ocurriendo otras cosas como
las que ya se han citado. Lo de Inglaterra, lo de
España con Pinochet, lo de Argentina con
Massera y otros; y yo diría también lo de Uru¬
guay. Porque los que hoy en nuestro país gozan
de plena impunidad no tengo ninguna duda que
arriesgan o temen perderla, ni bien trasponen las
fronteras de nuestro país.
21
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
5.- Dr. Javier Miranda
Representante “Madres y Familiares de
Uruguayos Detenidos - Desapararecidos”
Se supone que debería presentar la propuesta de
Familiares. No hay una propuesta de los familia¬
res. Nunca hubo una propuesta de los familiares.
Tampoco creo, - y en eso estoy casi seguro que •
coincidimos con las integrantes de este grupo -
que seamos nosotros los que tenemos que hacer
la propuesta. Familiares ha recibido y escuchado
distintas propuestas, que han salido públicamen¬
te. En general hemos tenido una actitud de decir,
bienvenida la propuesta en tanto que es propues¬
ta; en tanto que está manifestando por detrás la
necesidad de resolver el tema de los detenidos-
desaparecidos, la situación de la verdad. En ese
sentido todas las propuestas han sido bien recibi¬
das por los familiares. Algunas nos gustaron más,
otras nos gustaron menos.
En algún momento, lo que hicimos, fue plantear
determinadas bases, determinado piso mínimo de¬
cíamos, desde el cual se debía partir. Hay una carta
que publicamos el 2 de julio del año pasado cuan¬
do se cumplía la mitad del plazo que tenía el Poder
Ejecutivo para contestarnos la petición; allí marcá¬
bamos algunos aspectos que me permito recordar,
porque creo que aún siguen vigentes en el proceso
que actualmente se vive. En primer lugar cualquier
proceso de búsqueda de la verdad requiere una asun¬
ción de responsabilidad por parte del Estado, en tanto
que es responsable por las violaciones a los derechos
humanos ocurridas durante la dictadura militar.
En segundo lugar, toda solución debe contemplar
todos los casos de los detenidos-desaparecidos, in¬
dependientemente del lugar donde la desaparición
hubiera ocurrido. Esto estaba referido evidentemen¬
te a la realidad de los uruguayos detenidos-desapa¬
recidos en Argentina, que son la mayoría, también
los desaparecidos en Chile y desaparecidos en Pa¬
raguay, que no se circunscribiera únicamente a los
casos de los uruguayos desaparecidos dentro del
país. Y que contemplara también la situación de
los niños desaparecidos, que no necesariamente
están muertos, y donde la reivindicación de su iden¬
tidad nos parecía un factor fundamental.
Y en esa misma carta, también mencionábamos
22
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
que no alcanzaba con entregar una serie de restos o
cosa por el estilo, aquí no se estaba tratando de
buscar el cuerpo, exhumar cadáveres. Por supues¬
to que si esos restos existen, y es posible restituir¬
los, bienvenido sea, pero con eso no se agotaba la
tarea. Independientemente de la posibilidad o no
de encontrar los restos de aquellos desaparecidos
que habían muerto, sí se debe buscar la verdad so¬
bre el desaparecido. Y finalmente planteábamos que
esto exigía una tarea de discusión amplia buscan¬
do los mayores niveles de consenso posible y por
encima de cualquier estructura partidaria.
Yo creo que todos estos puntos que nosotros mar¬
cábamos el 2 de julio del 97 hoy están absoluta¬
mente vigentes y los seguimos reivindicando. El
proceso vive el país en la búsqueda de la verdad ha
tenido altibajos. El tema permanentemente está
surgiendo sobre la mesa. Todos los que estamos
aquí y algunos más, que seguramente deberían es¬
tar aquí, hemos estado trabajando, buscando alter¬
nativas. Y vuelvo a insistir, independientemente del
mecanismo que expuso Mauricio, o Rafael, o
Víctor, o Pablo. Lo que importa es esa voluntad de
buscar un acuerdo. Eso fue lo que nos llevó a mu¬
chos de nosotros a reunirnos innumerable cantidad
de veces en este período. Yo creo que estamos casi
aburridos de vernos las caras. Y todavía no logra¬
mos dar el primer paso que era central: señor re¬
presentante del Poder Ejecutivo, señor representante
del Estado, siéntese en una mesa a dialogar con
nosotros para buscar juntos, intentar encontrar un
camino de salida, pero por lo menos siéntese a dis¬
cutirlo. Su respuesta siempre ha sido, imposible,
el tema está cerrado, el tema está laudado... Lo
que ya sabemos. Ni cerrado, ni laudado, ni nada
por el estilo, seguimos insistiendo. Y a esa mesa ven¬
drán los cinco o seis que estamos aquí sentados el día
que podamos sentamos en esa mesa, más ocho o diez
que seguramente han aportado a este diálogo y que
todavía están preocupados por esta situación.
Yo no sé cómo, lo que estoy convencido a esta al¬
tura es que algo hay que hacer, el Poder Ejecutivo
aquí algo va a tener que hacer, esto hay que solu¬
cionarlo.
23
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
“JUEGO LIBRE”
CON PERIODISTAS
Periodista Gerardo Bleier.- Escribí hace un tiem¬
po en una columna en Postdata, recordando a Orte¬
ga y Gasset, que el carácter de la realidad es la re¬
sistencia. Una de las cosas que a mí me parece fun¬
damental y esencial- lo planteo como tema de re¬
flexión y con ello trato de contribuir a motivar al
panel - es no mentirse cuando se reflexiona sobre
el escenario en el que se trabaja que verdaderamente
se puedan encontrar y viabilizar caminos de solu¬
ción para el problema de los detenidos-desapareci¬
dos y también para el problema de la reconcilia¬
ción espiritual de la sociedad uruguaya, y que a mí
me parece tan importante como lo anterior. Yo dis¬
crepo profundamente y me parece que hay que plan¬
tearlo para que la reflexión sea abierta, con algu¬
nas de las fórmulas que creo tienen intereses polí¬
tico - partidarios. Creo esencialmente, profunda¬
mente, que la solución del problema, o la genera¬
ción de las condiciones para que el problema se
solucione depende de la amplitud con la que se lo¬
gre reunir la mayor cantidad de sensibilidades de
la opinión pública, de la ciudadanía uruguaya.
En Posdata, que como todos saben hicimos varios
esfuerzos en esta dirección, cada uno de los pasos
que dimos lo dimos buscando este perfil; lograr lle¬
gar a que la opinión pública lo recoja, como un
planteo propio, por sensibilidad humana, pero por
formación cultural, porque no hay reconciliación,
no hay sanidad espiritual en una sociedad sobre la
base de la mentira, y lo que es peor sobre la base de
encubrimiento; y lo que aún es peor, como hoy po¬
demos ver en otras circunstancias, por ejemplo: la
corrupción, sobre la base de la corrupción. Pero
hubo en el sistema de partidos algunas voluntades
que verdaderamente, genuinamente demostraron
querer tratar de encontrar una solución. Ese factor
esencial hay que recogerlo y proyectarlo. Desde mi
humilde punto de vista no va a haber solución en el
transcurso de lo que queda de este gobierno, por
razones obvias y de las que ni siquiera voy a hablar,
primero por la tozudez intelectual de Sanguinetti,
como él dice es milico, no es que los entienda sino
que es milico, yo que respeto a los buenos milicos
24
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
no entiendo bien qué quiere decir. Pero él se siente
milico en la protección de la impunidad.
Por lo tanto no va a haber solución a este proble¬
ma, a pesar de que hubo con todos los esfuerzos
que se generaron la continuidad de la moviliza¬
ción de la opinión pública, etc., casi una fractura,
no va a haber solución. Por lo tanto lo que hay
que pensar es generar las condiciones para una
solución posible, que pueda llevarse a cabo inme¬
diatamente cuando acceda un nuevo gobierno.
Eso para mí es central. Lograr que todos los es¬
fuerzos contribuyan a que la opinión pública siga
mayoritariamente respaldando sensible, espiritual
y culturalmente esta demanda. Por lo tanto hago
hincapié en la calidad de la movilización. Por
ejemplo, lo voy a decir a pesar de que sé que pue¬
de resultar molesto. No estoy de acuerdo por
ejemplo con alguna de las actividades que están
realizando «Hijos» en este momento. La organi¬
zación «Hijos», creo que fractura. N o sólo no
estoy de acuerdo porque creo que es trasladarle
una presión psicológica a los hijos de estos seño¬
res, que pueden pudrirse en el infierno, de modo
que no me interesa nada de lo que se haga por
ellos sino por sus hijos. Es trasladarle la misma
presión psicológica, una situación de conflicto
que vivimos nosotros, y sabemos lo que es esa
presión psicológica que vive los hijos de desapa¬
recidos, porque acá no tengo más remedio que
hablar en tanto como tal, además de como perio¬
dista. Y segundo por eso que decía yo de esen¬
cial, creo que cada una de las actividades que hay
que seguir realizando para mantener a la opinión
pública alerta, expectante, exigente en ese sentido,
tienen que ser todas pensadas para conducir a gene¬
rar el más amplio nivel de exigencia de la mayor
cantidad de gente posible y así es la única forma en
que si hay posibilidad de encontrar una solución se
va a encontrar una solución. Todo esto es en tanto
que reflexión, obviamente también una contribución
al panel para abrir la discusión. Como integrante de
ese panel podría formular una pregunta pero resulta¬
ría me parece simplificador.
Periodista Gustavo Antúnez: La pregunta es
para todo el panel; pues tanto para los actores
políticos, sociales y porqué no religiosos, la res¬
puesta puede ser diferente. Ayer en el brindis de
fin de año de la Comunidad Israelita, el presiden¬
te de esta Comunidad, una vez más tomó el tema
de la imprescriptibilidad de los delitos de lesa
humanidad y la necesidad de encontrar una forma
25
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
de responsabilizar y de castigar a aquellos que
cometieron delitos. A nadie escapa que el Presi¬
dente de la Comunidad Israelita es un amigo del
Presidente Sanguinetti, y que además visita con
frecuencia el Edificio Libertad y su despacho en
forma bastante asidua. O sea que no debe haber
salido porque sí con esta afirmación del día de
ayer. Y esto me recuerda que el Presidente
Sanguinetti en algún momento también dio señales.
El Senador Michelini, aquí presente, cuando tuvo
que hacer el planteo aquel del Batallón 13 y el tema
de la operación «Zanahoria» y demás, contó que
tuvo de alguna manera algún tipo de señal del entor¬
no del Presidente Sanguinetti. Y este tema no es
nuevo, el del doble discurso, o el discurso disocia¬
do, para afuera una cosa y para adentro otra. Pero
también adentro tenemos otras dobles señales.
¿Cómo se hace desde el movimiento pro verdad, o
hacia la verdad, para combatir un discurso
esquizofrénico de alguna manera? ¿Cómo se hace?.
Diputado Víctor Semproni: Yo voy a intentar
una respuesta, primero a la afirmación anterior.
Creo que ninguna de las ideas, fórmulas, pro¬
puestas, que en los diferentes momentos fueron
apareciendo, fue la ideal. Porque si hubiera apa¬
recido la ideal, se hubiera transitado y el tema
hubiera estado resuelto. Pero creo que tuvieron
una gran virtud, más allá de todas las críticas que
se puedan hacer.
Permitieron, en primer lugar por el manejo del
debate, el apoyo, la discrepancia en torno a ellas.
Tuvieron la virtud de generar a través de la publi¬
cación, difusión y el debate que hicieron los me¬
dios de prensa de las mismas, ir convenciendo a
la población de que este tema no estaba resuelto.
Y en segundo lugar, fueron avanzando hacia el
logro de una conciencia cada vez más fuerte tam¬
bién a nivel ciudadano, de que había que buscar
caminos para resolverlo. Por eso entonces bien¬
venidas las que están y las que puedan venir. Y
como decía Javier, habrá un momento en que par¬
te de alguna, puntos de todas, puedan hacer
transitar caminos que lleven a buen puerto, o que
nos permitan alcanzar el objetivo.
En lo que tiene que ver con la última pregunta, ¿
cómo se hace?. Yo creo que en definitiva estamos
casi ante la misma reflexión, o la misma respues¬
ta que daba antes. Es decir, si nosotros no somos
capaces de generar una conciencia ciudadana que
enmarque la imperiosa necesidad de transitar ca¬
minos para resolver el tema, en el momento que
eso se está generando, el doble discurso cae por-
26
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
que deja de ser creíble. Entonces en lo que hay
que avanzar es en el desarrollo del grado de con¬
ciencia del ciudadano que hace que el doble dis¬
curso, ese que ni siquiera es doble, que es triple
podríamos decir, porque en el exterior es uno, en
la interna públicamente es otro y en la interna
corta o privada otro Llega un momento que ya es
negativo practicarlo, por ser rechazado absoluta¬
mente.. Yo no encuentro otro camino para res¬
ponder a esto.
Senador Rafael Michelini: El Presidente de la
República da señales, a veces para un lado y a
veces para otro. No sé si con esto contesto, yo
creo que el Presidente de la República es inteli¬
gente, sabe que se le va a juzgar su gobierno por
este tema; no se lo va a juzgar por la inflación, no
se lo va a juzgar por la acción de Mosca, se lo va
a juzgar por este tema. Si lo resuelve sale por la
puerta grande, si no lo resuelve sale por la puerta
pequeña de la Historia. Y hasta último minuto se
va a batir en ese dilema. Y cada vez que ve una
puerta sabe que puede estar una posibilidad, natu¬
ralmente las ataduras, las cadenas, esa impunidad
lo atrae más. Yo no creo que haya otra posibilidad
de extender esa situación. El Presidente
Sanguinetti en el primer período hizo la paz del
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
Estado. En el segundo período debió, debería,
todavía le quedan meses, hacer la paz de las al¬
mas. Si él no hace su tarea a sus ojos, y a los ojos
de la Historia, sería incompleta, él lo sabe. Yo
creo que también hay una cuestión de animarse.
Y pudiéndolo, en mi opinión, hacer, teniendo
condiciones, ni siquiera él va a pelear un momen¬
to electoral, ya es la segunda vez que es Presiden¬
te, se ve que las fuerzas de la impunidad todavía
son más poderosas.
Periodista Gabriel Mazzarovich: Yo quisiera
ahondar un poco más en esto que estaba diciendo
el Senador Michelini, porque a la luz de lo que
está pasando y un poco para medirlo con la mis¬
ma vara, en el sentido de que hay una lógica de
los hechos, que está diciendo que el problema no
está resuelto. Los gobiernos desde la sanción de
la Ley de Caducidad se van enfrentando periódi¬
camente, a problemas políticos que tienen costo
político por la actitud que asumen con respecto al
tema de los derechos humanos. Entonces están
los pronunciamientos internacionales, están las
manifestaciones populares, están las propuestas
de distinto tono. Sin embargo, como decía el Se¬
nador Michelini, sistemáticamente se cierran las
puertas. En el discurso se niega toda posibilidad
27
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DKRIÍCIIOS HUMANOS Y UA VKRDAD
de buscar una solución siquiera de negociar,
como planteaba Javier. En esa negativa siempre
hay una referencia a que podemos volver a los
tiempos oscuros. Yo interpreto eso como una per¬
manente alimentación de un miedo, de un discur¬
so que trata de infundir miedo. Pero no compren¬
do la actitud de los políticos, y concretamente la
actitud del Presidente Sanguinetti. Porque por
otro lado el costo político es muy alto.
Entonces lo que yo quiero preguntar es, si hay
algo más atrás de las ataduras y las cadenas que
dice el Senador Michelini, que para mí no son
suficientes para explicar la conducta que está lle¬
vando adelante en materia de derechos humanos.
Y si partimos de la base de que una solución al
problema de los derechos humanos, en los térmi¬
nos en que está planteado hoy, no implica un ries¬
go de ruptura institucional, creo que nadie lo sos¬
tiene. Entonces cuáles son las razones por las que
el Presidente Sanguinetti no se aviene siquiera a
negociar. ¿Y es él? Ese es otro dato; él un civil
quien sistemáticamente cierra las puertas y
sistemáticamente sabotea cualquier posibilidad
de diálogo, más allá de una respuesta concreta a
lo pedido por los familiares.
Senador Rafael Michelini: Naturalmente que
sería bueno que la prensa se lo preguntara a él.
Nosotros cumplimos nuestro rol, Uds. cumplan el
suyo. Segundo, las situaciones más inexplicables
-porque en este caso de la situación de Pinochet
todos los amigos deSanguinetti, del círculo de
Montevideo, se expresaron a favor - independien¬
te del tema jurídico, yo no me voy a meter en eso,
Alain Tourain, Felipe González, y demás se ex¬
presaron a favor de lo que está haciendo Inglate¬
rra y lo que está haciendo España. Y él sin que
nadie lo preguntara, a nivel internacional nadie
estaba pensando lo que iba a decir el Presidente
del Uruguay, el Presidente Sanguinetti sale a ex¬
presar una opinión contraria. Todos conocemos al
Presidente Sanguinetti, sabemos que su relación
al tema internacional lo cuida como su niña de 15
años. Entonces la situación es más inexplicable.
Quizá siente que si la comunidad internacional se
entromete, incursiona en la situación chilena, vía
el tema derechos humanos nada más ni nada me¬
nos que con Pinochet. A partir de ahí la comuni¬
dad internacional, teniendo las instancias del
caso, jurídicas naturalmente, se puede meter con
cualquiera. Quizás lo ve él y por las dudas, sale a
tratar de marcar con mucha fuerza cuál es su pos¬
tura.
28
UNA
CONTRIBUCION
AL
DIALOGO
POR
Pero así como en el año 95 y 96 el objetivo para
muchos era poner el tema en la opinión pública, y
empezar con el tema de las posibles respuestas,
mi preocupación hoy no es el tema de lo que
piensa el Presidente, naturalmente marcar y dejar
muy en claro que no nos representa, ni representa
al país, ni a los uruguayos. Lo que a nosotros sí
nos preocupa, y ese fue mi intento inicial, es que
así como no sirve cualquier supuesta salida, tiene
que haber una respuesta a las familias y una res¬
puesta a la sociedad. También tiene que haber un
reconocimiento a ese internacionalismo que to¬
maron las fuerzas represivas, y esa similitud de
situaciones que los militares de todos los países
de esta zona del sur tuvieron. Es más, tenemos un
caso muy claro de una situación derivada de esa
interrelación entre los militares de esta parte del
continente, que es la situación de Berríos, crimen
político notorio que no lo alcanza la Ley de Ca¬
ducidad y que sin embargo poco se ha hecho por
parte del Estado. No estoy hablando de la justicia,
estoy hablando de clarificar, investigar y
responsabilizar a quienes cometieron ese crimen.
Diputado Víctor Semproni: Para mí el kid de la
cuestión está en ¿qué pasa después que se logren
las reivindicaciones que nosotros reclamamos? Si
LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
se llegue lo más tarde posible a lo que se está
planteando, exigiendo, habrá mayores posibilida¬
des de que la impunidad de quienes son respon¬
sables, en definitiva, logre que la Ley los exima
de la penalización. Porque después que se logre
el reclamo que hoy está puesto sobre la mesa, el
temor a lo que puede venir después, es lo que
hace que se trate de dilatar al máximo la llegada
de la solución.
Periodista: Da la sensación como que el tema
después de una fase de cierto movimiento y cierta
dinámica ahora está en estado de estancamiento.
Y Uds. han señalado la posición que en esto esta¬
ría cumpliendo la inacción, o la dificultad de po¬
der sentar ante una mesa, formal o informal, al
Poder Ejecutivo. ¿Uds. creen que nada puede es¬
perarse de aquí a que termine esta Administra¬
ción? ¿Creen que todavía puede lograrse algo?.
Eventualmente ¿qué escenarios pueden haber
después ante un cambio de Administración?,
¿cuáles pueden ser las claves de esos futuros es¬
cenarios?.
Escritor Mauricio Rosencoff: Si Hillary hubie¬
se pensado que el Everest no era accesible no se
hubiera dedicado al alpinismo. Yo en forma
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
apriorística en mi razonamiento no descarto la
posibilidad de que en el presente ejercicio se pro¬
duzca. Porque simultáneamente pienso que cuan¬
do la correlación de fuerzas, cuando la coyuntura
le exija a Sanguinetti encontrar una alternativa, él
va a inclinarse por esa alternativa. En esa hipóte¬
sis trabajo. Todas las manifestaciones, todas las
movilizaciones, todo el peso impresionante de la
prensa juegan en esto un papel muy importante.
Cuando a alguien al que se le responsabiliza va a
un quiosco y se encuentra que en la primera plana
de los diarios de alguna manera él está presente,
o cuando prende el televisor y se ve allí, ese hom¬
bre procura, busca, a una solución, reconoce su
responsabilidad.. A mí lo que más me preocupa
de este asunto es el temor de ver la paja en el ojo
ajeno y no la viga en el propio; no nos hacemos
responsables; cito esto con el permiso de
Galimberti. A veces nosotros no actuamos con
responsabilidad cuando surge una fisura de parte
del gobierno. Pienso que hoy por hoy el delito
más grave es el silencio. El delito de lesa huma¬
nidad más importante de hoy es el silencio. Hay
un trascendido de Sanguinetti que dice que si sur¬
ge una propuesta viable de pronto la habilitaría.
Eso se ha filtrado de muchas maneras, ¿será ver¬
dad, no será verdad?
Pero de cualquier manera si nosotros estamos
presionando, eso lo tenemos que tener presente.
Pero cuántas veces han surgido voces dentro del
propio gobierno que nosotros las hemos rechaza¬
do, las hemos rebotado. Cuando Tróccoli, que no
es del gobierno pero que de alguna manera tiene
que ver con esto escribe un libro donde dice en
determinado pasaje «hay restos de los desapareci¬
dos que no se van a encontrar», lo primero que se
nos ocurre decir es «torturador, asesino». Él está
hablando. Si él sabe que hay restos de desapareci¬
dos que no se van a encontrar, ¿ qué restos son
esos?, No habla en el aire. Pero al mismo tiempo
está diciendo que hay restos de desaparecidos que
sí se pueden encontrar. Y nosotros lo que hace¬
mos es bajarle la cortina. Cuando el gobierno
dice que el tema está cerrado y a los dos días Ba¬
talla que es Vicepresidente, dice que el asunto no
está cerrado, le caemos a Batalla. Cuando Samuel
Lichtenstein plantea una propuesta cuando el
asunto está cerrado, nosotros también le caemos;
¿qué la fisura era insuficiente? ¿Qué era peque¬
ña?, Quizá, pero había una fisura. Nosotros tene¬
mos que trabajar sobre esa fisura.
Pienso que el asunto no está cerrado, que lo que
se puede hacer ahora, es actuar. Esto no es para
30
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
mañana y como decía un mamado del barrio que
siempre lo echaban del boliche y le trancaban la
puerta para que no volviera a entrar, se metía por
la ventana y decía, «cuando al tigre le cierran la
puerta entra por la ventana».
Periodista Gabriel Mazzarovich: Una breve
reflexión y dos preguntas. A mí me parece que
una de las primeras cosas que Sanguinetti no ha
asumido y que de repente en otros países de
América del Sur ya está más claro, por lo menos
lo hablan con más naturalidad, es que la estrate¬
gia de la impunidad fracasó, y ellos jugaron muy
fuerte a la estrategia de la impunidad. Jugaron tan
fuerte que hasta violaron las leyes electorales,
metieron adelante de la sociedad los fantasmas
del golpe de Estado cuando todavía estaba muy
fresco y en forma absolutamente irresponsable.
Creo que no vale la pena ni recordar - delante de
todos los que estamos aquí - la campaña misera¬
ble que hicieron cuando el voto verde y el voto
amarillo con Sanguinetti a la cabeza. Entonces
creo que eso, por lo que jugó tanto y pagó el cos¬
to que pagó y todo lo demás, todavía mantiene el
discurso de que esa estrategia está viva y pensaba
que con esa estrategia además de la paz del Estado
liquidaba todo lo otro y no pudo. Y eso es una pri-
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
mera cosa que le va a costar mucho. Porque otro de
los rasgos particulares de nuestro Presidente es que
nunca pierde, por lo menos públicamente.
A mí me parece que además de hablar de estas
cosas y de las posibilidades que hay, yo comparto
que uno de los aspectos centrales tienen que ser
la exigencia a la responsabilidad política del go¬
bierno en buscar una solución - porque la socie¬
dad civil puede hacer mucho pero el gobierno
tiene que dar un paso hacia eso - de lo contrario
todo lo demás será darse contra un muro. Com¬
parto en contribuir a ahondar todas las fisuras que
puedan haber, pero también creo que sería un
error sobrevalorar las fisuras. Porque también en
este contexto la estrategia general puede ser la
que se termine imponiendo, las fisuras a veces
son funcionales a esa estrategia.
Entonces lo que sí pienso en realidad es pregun¬
tarles también sobre nuestro papel. Porque tam¬
bién la prensa colabora o no con la búsqueda de
la verdad y con la apertura de espacios. Aquí se
ha manifestado la iniciativa que han tomado los
compañeros de “Hijos” de hacer el escrache a
Gavazzo, que seguramente no sea el único y que
seguramente debe ser una cosa debatida. No esta¬
mos juzgando las intenciones, porque están claras
31
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
gente, y esto no lo digo particularmente por lo de
Hijos que en todo caso lo discutiremos con los
compañeros. Es fundamental que las iniciativas
que tomemos sean iniciativas responsables y no
sacarnos la calentura. Porque para pegar gritos y
cacarear todos somos mandados hacer. Y para
tirar piedras a la vereda de enfrente no hay nin¬
gún problema.
Pero hay que ser conscientes de saber que si la
medida que tomamos, primero, acerca gente,
cohesiona las filas. Porque eso es lo que me va a
permitir a mí realmente reclamar al gobierno. Y
lo otro, si no les hago el juego a los otros. Fíjate
lo que pasó con el tema Julien ahora, hace tres
días, cuatro días, el lío se armó el lunes o el mar¬
tes, el tema es, se presenta una denuncia en París
que mete todo el tema de la operación «Cóndor»,
entre otros se menciona al Goyo Alvarez, es dis¬
cutible si es una macana o no es una macana. Lo
que sale en la página de El País me interesa, por¬
que si lo dice La República, perdóname, yo leo
La República todos los días, me encanta, o si lo
dice Brecha estamos jugando en la misma can¬
cha, nos movemos en el mismo sector. A mí me
interesa llegar a otros sectores, que eso lo tome
Canal 12, El País, los grandes medios que llegan
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
a las masas. ¿Qué publica El País? El Goyo
Alvarez denunciado, la noticia es esa, es el Goyo,
la operación «Cóndor» y la desaparición de los
Julien y la aparición de Anatole y Victoria en
Valparaíso eso es totalmente secundario en ese
momento. Pero no contentos con eso; a raíz de
las declaraciones que hace un hermano de Roger
Julien, el desaparecido, Luis Alberto, acá en
Montevideo, con todo el derecho del mundo, a mi
gusó, más allá de que las comparta o no las com¬
parta, pero el tipo sale a decir lo que él piensa,
«yo no hice denuncias, yo no tengo interés en ha¬
cer denuncias». Qué publica el diario La Mañana,
que es el diario del Partido Colorado, porque va¬
mos a dejarnos de embromar, jamás publicó una
línea sobre los desaparecidos, jamás. Entonces en
ese momento aprovecha esta situación y en pri¬
mera plana de La Mañana el día martes, «Fami¬
liares de Julien desmienten a la abogada en Pa¬
rís». Ese es el manejo que hace la prensa.
Entonces cuando uno sale para afuera y toma me¬
didas, tiene que ver si junta por un lado, y tiene
que ver si no puede ser aprovechado, para ali¬
mentar a la reacción, dicho esto en los dos senti¬
dos, en el sentido reaccionario y en el sentido re¬
acción. Hay que ser cuidadosos. Lo ideal en este
34
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
tema es intentar coordinar al máximo. Los que
estamos acá lo hemos intentado en todos los co¬
lores, y hoy Luis Pérez Aguirre, capaz que es
nuestro arquitecto intentando coordinar. Pero en
ese sentido hay que tener mucho cuidado. Y lo
otro, la prensa es fundamental, acá si no salís en
la cajita de embobecer gente, que se llama televi¬
sión, no existís. A veces te llaman y habla sólo
Gross Espiell, pero no importa, igual hay que ir,
igual hay que estar.
Periodista Jorge Rovinsky: Desde que tengo
memoria en este tema he acompañado, como casi
todos nosotros, esta lucha. Yo cuando digo diálo¬
go por los derechos humanos y la verdad, ¿qué es
lo que me llama? ¿ la verdad como un acto de
justicia?, ¿ la justicia relativa?. Yo recuerdo en
una entrevista que le hice a Sara Méndez, y que
me conmovió, hablaba de la justicia y que tarde o
temprano llega, una frase hecha dramática, a la
cual Sara Méndez me contestó: «Jorge, cuando la
justicia demora en llegar no es justicia». Y no es,
por lo tanto creo que en el fondo, yo soy bastante
escéptico a soluciones en el corto plazo, porque
el tiempo me ha dado la razón; pero sí, soy cons¬
ciente de que es muy importante que el tema esté
siempre en debate por una razón del artillero.
para que no se repita nunca más, que es en defini¬
tiva lo que estamos buscando todos. Porque más
allá de las razones religiosas, las jurídicas, y las
políticas que yo las respeto muchísimo, y las en¬
tiendo, porque antes que nada soy un hombre
político, en esto, en la complejidad de esto, trato
de ver qué es lo máximo que se puede lograr. Soy
muy escéptico con respecto a logros absolutos en
el corto plazo, es decir de verdad y de justicia.
Sin embargo debo reconocer que la lucha
continua, permanente, ha permitido que el tema
no desapareciera.
Creo que en esencia, y acá tenemos que vernos a
nosotros mismos en su totalidad. Hace un tiempo
atrás, el año pasado, conversando con una perio¬
dista norteamericana, yo le decía, necesito hacer
esto porque si no puedo plantear el tema central
de esto me es muy difícil hacer una pregunta en
las cuales conozco las respuestas, y las preguntas
que yo puedo hacer forman parte de esto. En esa
oportunidad la periodista norteamericana, hablan¬
do de este tema, investigando, me hizo una pre¬
gunta y yo dije: « Los uruguayos le dieron una
solución política a este tema, nos guste o no nos
guste, se la dieron. No sólo se la dieron sino que
la acataron todos». Yo le decía eso porque desde
35
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
Comunicador : Te hago Víctor una pregunta
bien concretita. ¿No crees que de pronto lo mejor
es descansar el gran esfuerzo sobre las organiza¬
ciones religiosas para que ellos encuentren los
caminos que resuelvan parte de este problema?
Diputado Victor Semproni: En concreto te digo
categóricamente que no, porque creo que es una
obligación de la sociedad toda donde la Iglesia
como conductora y rectora de determinadas nor¬
mas casi morales, hace muy bien que se sume a la
voz del pueblo interpretando ese sentimiento ciu¬
dadano popular, pero el que tiene la responsabili¬
dad de resolverlo es la sociedad en su conjunto,
no son las instituciones religiosas.
En lo que tiene que ver a la respuesta anterior, yo
quiero decir tres cosas porque no quiero eludir
responderlas. En referencia a la instalación de la
OCOA en el Comando General del Ejército, to¬
dos sabemos que ese es un hecho que busca equi¬
librios a una decisión presidencial, que se equivo¬
ca el Presidente Sanguinetti en la valoración polí¬
tica que hace de tomar la resolución, los resulta¬
dos y las repercusiones que tiene. Me estoy refi¬
riendo a la recomposición de carrera de 41 milita¬
res. Automáticamente como nadie está en condi¬
ciones de imponerle a nadie soluciones, ni dentro
ni fuera de las instituciones y de la sociedad, apa¬
recen los equilibrios. Y la OCOA instalada hoy,
en el Comando General del Ejército; es una res¬
puesta a la recomposición.
En segundo lugar, que la relación entre las dicta¬
duras, o los vinculados a todo esto de la dictadura
y este tema que estamos tratando, están íntima¬
mente ligados a la corrupción, donde lamentable¬
mente hemos sido sumamente débiles en no en¬
contrar caminos para descubrir eso. Y hemos vis¬
to cómo hasta connotados personajes de esas dic¬
taduras, como el caso Gavazzo, fueron procesa¬
dos por delitos comunes y vinculados a los pro¬
blemas económicos. Y seguramente si escarbára¬
mos encontraríamos montones. Y creo que sin
ninguna duda también el mantener la impunidad
apunta a que se sigan también manteniendo en
silencio cosas que pudieran aparecer y que vincu¬
larían incluso a quienes hoy no están directamen¬
te vinculados a esos sucesos, sectores empresaria¬
les, entre otros.
Y por último lo de los escraches. Yo no tengo
ninguna duda en que toda medida de lucha apor¬
ta, y comparto que si hay quienes entienden que
ese es el camino, - en la medida que lo hagan con
37
IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS I) K RKCHOS HUMANOS Y LA VERDAD
respeto y dentro de los límites convencionales
que toda manifestación popular debe tener-. Yo
podría estar de acuerdo. No si se adoptaran acti¬
tudes. Pero en la medida que ése escrache es el
señalamiento de una conducta ética y moralmente
condenable frente a los iguales, o a los vecinos,
me parece perfecto que no es nada más y nada
menos que lo que hicimos siempre en el plano
sindical con los carneros.
Periodista Hugo Machin: ¿Cuáles son los obstá¬
culos que argumentan quienes desde las Fuerzas
Armadas podrían dar datos, o estarían en condi¬
ciones con un mínimo de respaldo de darlos?. No
cuestiones individuales, sino ¿cuáles son los ar¬
gumentos que ellos dan para que estén obstaculi¬
zando esa postura?. Supongo que cualquiera de
Uds., o quizás varios de Uds. que han estado en
conversaciones directas deben tener respuesta
para eso.
¿En qué medida el no haber conocido la verdad
de lo ocurrido con los desaparecidos desde tantos
años ya ha distorsionado esa propia verdad?.
Periodista Samuel Blixen: Es un poco comple¬
mentaria, yo iba a referirme a lo que había dicho
Javier « lo que no está en la televisión no existe»,
igual seguimos escribiendo, y si es por la televi¬
sión uruguaya no se va a edificar la memoria.
Pero yo quiero como el compañero ir como el
compañero, a algo bien a lo cortito. Yo no la ten¬
go clara, sobre todo después de lo de Berríos. ¿
El principal escollo a una solución a los proble¬
mas de los derechos humanos es militar o es ci¬
vil?
Diputado Víctor Semproni: Respondiendo a
Hugo Machín, la traba de los militares, una de las
respuestas que yo recibí es no hay información.
Otra, es un tema institucional, funciona como en
el “escondite”, le preguntas a uno y la piedra la
tiene el otro.
Periodista: Primero, más vale que sigan escri¬
biendo; yo quiero llegar también a los grandes
medios. Con respecto a los escollos, la intuición
que yo tengo - probablemente Mauricio pueda
ratificar esto- es que en este momento el escollo
más grande lo tenemos a nivel civil, francamen¬
te yo creo que sí. No estoy diciendo que los mili¬
tares son buenísimos, que todos están dispuestos
a hablar, que se van a parar en el Estadio Cente¬
nario a conversar, ni cosa por el estilo. Yo no ha¬
blé con ningún militar. Pero creo que el más gran-
38
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
de escollo en este momento es civil. Y no entendí
la pregunta, si el tiempo ha distorsionado la ver¬
dad sobre los desaparecidos. Probablemente difi¬
culta obtener la verdad. Una de las urgencias que
hay es que quienes participaron en la represión en
aquellos años, la mayoría están vivos; que
Sanguinetti diga lo que quiera pero la mayoría
están vivos. Creemos que hay archivos. Sin duda
el tiempo no corre a nuestro favor, pero creo que
todavía es posible llegar a ella.
Escritor Mauricio Rosencoff: La primera cues¬
tión es que hay manifestaciones de sectores de las
Fuerzas Armadas que desearían que esto tuviera
un punto final. No creo que sean en este momen¬
to determinantes de nada, pero dos por tres a al¬
guien se le escapa. Lo que dijo el Contraalmiran¬
te Molí es muy gordo, porque era además un
hombre que era jefe de un Servicio de Inteligen¬
cia, también el Coronel Agosto saca públicamen¬
te una carta apoyando la iniciativa de Galimberti.
Tanto uno como otros pertenecieron a los S2, que
eran los servicios de interrogatorio. Es muy difí¬
cil encontrar a un oficial que durante el proceso
haya participado en los interrogatorios, porque era
una norma estricta en los cuarteles. Desde el enfer¬
mero, hasta el último clase, hasta el último soldado,
y/o guardia por prevención institucional, debía asis¬
tir a la sesión de tortura e interrogatorio.
Es decir que la protección que tienen ellos es una
protección global. ¿ En qué momento va a ser
posible alcanzar una solución? Nosotros tenemos
un talón de Aquiles que tiene que ver con noso¬
tros, y es que no hay una coordinación entre to¬
dos aquellos que aspiramos a una solución del
tema de los desaparecidos. A mí me parecen muy
bien todas las manifestaciones; me parece muy
bien que el asunto no decaiga, pero ¿ quién con¬
trola eso?, qué coordinación, qué conducción
dice «ahora interviene el PIT-CNT, ahora salen
los muchachos, ahora intervienen... etc.». No te¬
nemos una coordinación. Es muy difícil estable¬
cer un diálogo, intentar un diálogo de esta natura¬
leza porque lo primero que preguntan es, bueno,
y qué van a decir tales, o qué van a decir cuáles.
El gran temor de los sectores que tienen la infor¬
mación, que se sabe con nombre y apellido, que
han salido públicamente, Existen dos sectores
enquistados en las Fuerzas Armadas que tienen
un elemento de presión muy grande y que tienen
la información. Ellos quieren que no los toquen. ¿
Nosotros nos hemos puesto de acuerdo en que los
39
UNA
CONTRIBUCION
AI-
DIALOGO
POR
toquen o no los toquen? No, no nos hemos puesto
de acuerdo. Hay militares nuestros que han mani¬
festado públicamente que hay que ir más allá.
Entonces ¿ cómo manejamos eso en un diálogo?
Quiere decir que nosotros no nos hemos puesto
de acuerdo entre nosotros cómo llevar adelante
ese diálogo.
Desde el punto de vista de ellos, yo tengo la im¬
presión, y algún atisbo de información de que si
hubieran ciertas garantías de que la información
trasciende sin que se vean involucrados aquellos
que la proporcionan, se podría marchar. Si hubie¬
ra en marcha algo así, yo actúo sobre la hipótesis
de que de pronto el Poder Ejecutivo ante un meca¬
nismo de diálogo viable, levantaría la veda, que sin
levantar la veda ningún oficial se pronuncia. Porque
Agosto tiene una sanción de 6 meses, o de no sé
cuánto tiempo, por haber apoyado una gestión. Es
decir, hay algo que podemos hacer nosotros: cómo
se gesta una conducción de aquellos que demanda¬
mos la solución del tema desaparecidos.
Senador Rafael Michelini: La verdad se va a
saber, yo no tengo dudas. Se ha avanzado muchí¬
simo en este país. En el año 95 en una conversa¬
ción, - tuve varias- con el Comandante en Jefe
Curuchet, yo le dije por qué no dan pasos ahora
LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
que nadie se los está reclamando - Si ellos hubie¬
ran sabido hasta qué punto la comunidad urugua¬
ya y la comunidad internacional avanzarían, yo
no sé lo que hubieran hecho. Lo que pasa es que
nos transmitieron, mire, Senador, no la está pi¬
diendo nadie. Tal es así que la verdad se va a sa¬
ber. Ya se sabe. El problema es que hay que
oficializarla. No es que estamos reclamando algo
que desconozcamos, además de la historia que se
pueda construir para la familia. Si la verdad se va
a distorsionar, creo que no es ése el camino. La
verdad hay que clarificarla.
Pinochet hasta hace muy poco, era el gran cons¬
tructor de la modernidad chilena, el Presidente, el
mandatario y el Senador vitalicio, o el Senador.
Ya nadie habla de eso, ahora hablan del ex -dicta¬
dor. Algunos, quizá la derecha, el grupo de apoyo
a Pinochet. Pero más bien todos lo pusieron en su
lugar, fue el dictador. La propia defensa de
Pinochet, el esfuerzo en que se detuvo la abogada
fue en demostrar que esos horrores no podían ser
juzgados porque tenía inmunidad. Pero no dijo,
esos horrores no se hicieron.
Para la última pregunta. Yo creo que si el Presi¬
dente manda, la verdad empieza a caminar.
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
Periodista: ¿ Por qué no manda?
Senador Rafael Michelini: Esa es una respuesta
que tendrá que dar él, nosotros se la vamos a exi¬
gir permanentemente. Pero si el Presidente man¬
da, la verdad empieza a caminar. Los militares
son una estructura vertical, necesitan certezas, el
Presidente no les da certezas, o la certeza que les
ha dado hasta ahora, es la certeza de la impuni¬
dad.
Diputado Víctor Semproni: En primer lugar que
el tiempo, en la medida que transcurre, sin ningu¬
na duda va dificultando cada vez más el logro de
elementos que pueden ayudar a conformar la ver¬
dad. Va habiendo una confusión en las nuevas
generaciones respecto a lo que fue la verdad real¬
mente, en función de lo que va transcurriendo y
de la transmisión que se va haciendo. Yo no ten¬
go ninguna duda que el tiempo va en contra, pero
esa es una realidad, por eso creo que deberíamos
buscarla lo antes posible.
Pero me quiero referir a lo otro que es lo que me
importa contestar, y que es un poco el círculo del
cual no hemos podido salir. Yo no tengo ninguna
duda que la impunidad se acordó en el Pacto del
Club Naval. Ahí fue cuando se acordó la salida
democrática apresurada, donde se sella un acuer¬
do que permite la restitución, la vuelta a la demo¬
cracia pero con determinados límites y condicio¬
nes; que Sanguinetti es el que lidera a las fuerzas
políticas de este país hacia esa salida. Y ahí se
acuerda, ese elemento no se puede perder de vista.
Por otro lado tenemos que dentro de las Fuerzas
Armadas desde el primer momento se desarrolló
una política para ensuciar a todos, no hay nadie
que no tenga las manos sucias, porque el Alférez
que llegaba a la Unidad se lo ponía a «tachear»
para que nadie pudiera señalar al otro porque él
no había hecho nada. Esa es una realidad, una
política que siguieron las Fuerzas Armadas desde
el inicio, los que la vivimos la sabemos muy bien.
Y luego viene el tema de la orden, es decir el res¬
peto a la orden. Y entonces hoy está la prohibi¬
ción de hablar. Y cuando alguien se ha ido de la
prohibición hemos cometido el error, lo decía
Mauricio al principio, que en lugar de incentivar
que siga hablando salimos a condenarlo por lo
que hizo y automáticamente hacerlo callar, y ese
fue el resultado.
41
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
SEGUNDO PANEL:
El Mundo Religioso ante el
Diálogo por la Verdad
En los últimos tiempos hemos tenido declaracio¬
nes de la Conferencia Episcopal Uruguaya, de la
Arquidióscesis de Montevideo y también mani¬
festaciones de iglesias cristianas, en particular
las nucleadas en la Federación de Iglesias Evan¬
gélicas del Uruguay.
Por eso, en este segundo panel vamos a tener la
palabra del Lie. Presbítero Daniel Bazzano que
es Vicario del Arzobispado de Montevideo quien
va a exponer y comentar algunos de los pronun¬
ciamientos que la Iglesia Católica del Uruguay
ha hecho con respecto al tema de los desapareci¬
dos. Y en segundo lugar vamos a tener la exposi¬
ción del Pastor Carlos Delmonte, de la Iglesia
Evangélica Valdense del Río de la Plata, que en
representación de la Federación de Iglesias
Evangélicas del Uruguay está aquí compartiendo
con nosotros este panel.
De acuerdo a la dinámica que se utilizó hasta
ahora, primero los panelistas expondrán breve¬
mente su posición y luego comenzamos el “juego
libre ” de preguntas y respuestas por parte de los
comunicadores.
1.- Pbro. Lic.Padre Daniel Bazzano
Quiero con este aporte, tomar como punto de par¬
tida de este aporte justamente una de las expre¬
siones, que más nos involucraron a las comunida¬
des religiosas en el panel anterior, el haber contri¬
buido a que el nivel del tema de los desapareci¬
dos se ubicara en un ámbito ético. Claro, después
casi que nos mandan con la responsabilidad de,
ya sé que no es así pero me dio esa impresión,
menuda tarea llevar adelante todo este tema...
Quiero decir que somos conscientes que tenemos
un aporte para hacer, que aparte de sentirlo válido
como desde el punto de vista de nuestra concien¬
cia religiosa comprobamos que resultó un aporte
válido, y recogiendo expresiones, tanto en el ám¬
bito de la Iglesia Católica como un pronuncia-
42
UNA CONTRIBUCION AU DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
miento en conjunto de mayo de este año, justa¬
mente se insiste en este punto de vista ético, en
este abordaje ético del tema de los desaparecidos.
Yo tenía preparado para señalar o trabajar sobre
dos conceptos propiamente éticos religiosos, que
es el aporte desde donde nosotros podemos hacer.
Dos conceptos que vienen a ser claves, uno es el
pecado y el otro la reconciliación. En distintos
pronunciamientos, tanto de diversos niveles, el
concepto de reconciliación fue el que más quisi¬
mos trabajar y aportar. De alguna manera la so¬
ciedad uruguaya está sufriendo en su conciencia
más íntima una fractura, pero no una mera divi¬
sión política, o una mera polarización de posicio¬
nes políticas, una división en su propia concien¬
cia interna.
El problema de la impunidad afecta no solamente
al ámbito político. El problema, o la experiencia
de impunidad va como invadiendo por etapas
otros ámbitos de la vida ciudadana y la vida so¬
cial. De alguna manera la experiencia de la impu¬
nidad, establecida por ley, es para nosotros como
sociedad uruguaya un foco permanente de divi¬
sión interna. Repito, no de mera polarización po¬
lítica que ya sería preocupante por supuesto. Se
nos divide la conciencia internamente, aparecen
los dobles o triples discursos como se señalaba
anteriormente. Y esa situación, que la experimen¬
tamos, está denunciando, está revelando que hay
una situación de pecado que exige reconciliación,
que exige un proceso por el cual la sociedad uru¬
guaya se reconcilie consigo misma al asumir su
propio pecado. En este sentido el tema, no me
gustaría hablar como el tema de, pero no encuen¬
tro otra expresión más adecuada, el tema de los
desaparecidos se transforma como en el signo
concreto, la piedra de toque, en tomo al cual
nuestra sociedad uruguaya podrá reconciliarse
dándole una respuesta, o no se reconciliará en la
medida que no le dé respuesta. Es como el signo
visible, nos estamos acercando, o nos hemos blo¬
queado en el proceso de reconciliación.
Pero en la situación de pecado que venimos
arrastrando, ¿el pecado donde está?. Está justa¬
mente en la violación de los derechos humanos
expresada en la situación de los detenidos-des-
aparecidos. Ese es el núcleo del pecado que nues¬
tra sociedad uruguaya necesita reconciliar. Y
frente al pecado uno puede hacer varias cosas,
tener varias actitudes. Una es negarlo: bueno, no
fue tan grave, en realidad comparando con Ar-
43
IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
gentina, con Chile la situación acá en el Uruguay
no da para tanto, en realidad fue algunas personas
que perdieron puntos de referencia. Esa es una
manera de negar la situación de pecado. Otra es
querer justificarlo, y justificar en sentido bíblico
es hacer justo, es decir «esto está bien», eso quie¬
re decir justificar. Se justifica lo que sucedió, se
justifica nuestro pecado, se hace bueno en la me¬
dida en que el fin justifica los medios, como se
refieren algunos discursos, la finalidad de salvar
la democracia. Se justifica así el medio por el fin
u objetivo a lograr. Evidentemente que negar el
pecado, o justificar el pecado, es un camino sin
salida. La propuesta bíblica del proceso de justifi¬
cación lleva, en primer lugar, a conocer la verdad,
pero más que a conocer la verdad no es una mera
información, yo creo que hay una atención allí
que no-basta con tener información, hay que re¬
conocer la verdad.
Hay que enfrentarse con la verdad, con nuestra
verdad, con mi verdad y reconocerla como mala
sin caer en tentaciones de querer justificarlas. Y
decir: Esto está mal y estuvo mal. Lo que sucedió
entre nosotros sucedió de tal manera, estuvo mal
y está mal siempre. Esos son como los primeros
pasos de enfrentamiento con la verdad. Aquí es-
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
toy sintetizando muy rápidamente una cantidad
de elementos bíblicos que tenía pensado. Y por lo
tanto, como se reconoce la verdad, no sólo se co¬
noce, se acepta como mala. Está lo que en teolo¬
gía católica llamamos el propósito de enmienda,
que dicho de otra manera, nunca más, un com¬
promiso de nunca más. Como sociedad uruguaya
enfrentados a la verdad, reconociendo la verdad,
diciendo que estuvo mal, decir nunca más. Y el
último paso final es la reparación, en la medida
que sea posible, no siempre las consecuencias del
pecado se pueden reparar. Pero la reparación es
un signo de que se ha recorrido todo este proceso,
este proceso que es reconocer la verdad, recono¬
cerla como mala, comprometerse al nunca más.
Entonces reparo lo que me es posible.
En este sentido, en este planteo de proceso de
reconciliación, porque es el objetivo final, yo
creo que es lo que todos queremos. En esto actúa
también, para que el proceso sea completo, una
parte que es muy difícil pero que de alguna mane¬
ra tiene que estar y yo sé que está, y es el perdón.
Y que el perdón no es negar la justicia. Y aquí
estoy usando la palabra en el otro sentido, no en
el sentido bíblico, la justicia en sentido bíblico,
justificación. Justicia es hacer algo que es bueno,
44
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
cumplir los deberes decía hoy el Rabino Kripper
para con mi hermano. Cuando uno piensa en
nuestra civilización más griega que bíblica, pen¬
samos en la justicia como balanza. No es así la
justicia de Dios en ese sentido. Pero tampoco im¬
plica negar ese tipo de justicia, significa apelar a
una justicia mayor. Una justicia que perfecciona,
o sea realiza plenamente la justicia humana que
es imperfecta.
En una reflexión que personalmente hacía hace
algunos días. Un periodista me preguntaba sobre
Pinochet, yo pensaba, pienso que es un reflejo de
lo imperfecto de la justicia humana, en el sentido
de inacabado. Qué justicia puede haber para las
víctimas de nuestros regímenes dictatoriales. Po¬
drá haber justicia simbólica, pero es inacabada, es
incompleta. Y la justicia mayor, en definitiva la
justicia que nos hace justos, y a la cual nos referi¬
mos en última instancia al hablar del perdón, esa
es la justicia de Dios. Yo creo que no es fácil -
personalmente no me resulta fácil- mantener este
tipo de planteo y de discurso en una sociedad que
está tan vulnerada por el problema de la impuni¬
dad y por la insatisfacción de algo que no se lo¬
gra; y las preguntas en el panel anterior reflejaban
esa sensación de caminos bloqueados. Pero yo
creo que es un aporte que podríamos hacer, que
debemos hacer sobre todo las comunidades reli¬
giosas. Me parece que se lo debemos también a la
sociedad uruguaya de la cual formamos parte;
nosotros no somos marcianos. En el seno de
nuestras comunidades tuvimos y tenemos que
hacer continuamente procesos de reconciliación,
también por estas situaciones.
2.- Pastor Carlos Delmonte
Yo quiero agradecerles la oportunidad que me
dan de participar en este panel. La persona que
estaba encargada de ocupar este lugar no pudo
hacerlo y me pidió a mí que viniera, por lo tanto
estoy jugando de suplente en representación de la
Federación de Iglesias Evangélicas del Uruguay.
Me voy a tomar dos minutos para explicar un po¬
quito quién soy en ese contexto.
La Federación de Iglesias Evangélicas del Uru¬
guay, está integrada por la Iglesia Metodista, la
Iglesia Evangélica del Río de la Plata, la Iglesia
Menonita, la Iglesia Evangélica Armenia, la Igle¬
sia Reformada Húngara, la Iglesia Luterana Uni¬
da, la Iglesia Pentecostal Naciente y la Iglesia
45
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
Valdense. Yo soy Pastor de la Iglesia Valdense.
Por tanto, como Pastor de la Iglesia Valdense, yo
me identifico con una historia, que a mí me sirve
para plantear el tema que nos ocupa esta noche,
dentro de las comunidades donde estoy trabajando.
La historia de la Iglesia Valdense es una historia de
persecuciones, una historia de siglos de clandestini¬
dad,. Es una historia de perseverancia, buscando
tres elementos. En primer lugar buscando la identi¬
ficación con los débiles, con los que no ganan nun¬
ca. Buscando la pobreza como estilo de vida, pobre¬
za en el sentido de vida austera, de vida simple. Y
buscando lo que me parece más importante, luchan¬
do en cierta medida, por la libertad para predicar la
palabra de Dios contenida en la Biblia. Libertad
para predicar significa predicación libre. Esos tres
elementos de la historia me parece que se pueden
subrayar porque tienen que ver, y voy a tratar de
decirles cómo, con el tema que nos ocupa.
Nosotros tenemos que admitir que frente a la si¬
tuación que viven los familiares de personas des¬
aparecidas, nos encontramos en una situación
difícil y embarazosa, como miembros de una
Iglesia que tiene a Jesús Cristo como Señor. Sen¬
timos que no podemos callar, pero realmente, y
por eso para mí personalmente fue tan interesante
escuchar el panel de esta noche, es decir no sabe¬
mos bien qué es lo que debemos decir honesta¬
mente. Porque frente a la elocuencia de los he¬
chos nuestra palabra siempre parece frívola, su-
perflua. Y tal vez alguno piensa, bueno, pero si
no tienen nada que decir por qué no se callan. Sí,
pero ¿qué diríamos callando? Diríamos que apro¬
bamos todo lo que está, y eso no es verdad. Mien¬
tras no demos una solución a este problema tene¬
mos que admitir que no vivimos en una casa lim¬
pia. Porque es cierto, no tenemos una casa limpia,
y eso significa que no tenemos una conciencia
limpia, en paz. Por eso, representando a las Igle¬
sias de la Federación de Iglesias Evangélicas del
Uruguay, hablamos esperando que esta palabra
por lo menos pueda ser una palabra verdadera, o
intentando de que sea una palabra verdadera.
Jesús dijo: no hay amor más grande que el amor
de aquél que da su vida por los demás.
Un amigo me escribió una vez en una carta: no¬
sotros perdemos el tiempo en la Iglesia tratando
de crear creyentes, tenemos que crear amantes y
tenemos que sacarle a la palabra toda la carga
negativa que tiene. Porque cuando uno habla de
un amante muchas veces se refiere a situaciones
que rechaza, cuando no es así. Amantes debería-
46
IJNA CONTRIBUCION A JL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
mos ser todos, es decir, que el amor fuera real¬
mente lo que le da sentido a nuestra vida. Pero si
es verdad que el amor le debe dar sentido a nues¬
tra vida, es verdad también que el delito más
grande es quitarle la vida a alguien. Haciendo
desaparecer a una persona, no se hace la voluntad
de Dios. Y eso me parece que tenemos que ense¬
ñarlo nosotros los que tenemos la responsabilidad
de dirigir nuestras comunidades cristianas, no
importa donde estén. Yo en este momento estoy
trabajando en una comunidad pequeña, relativa¬
mente pequeña desde el punto de vista numérico,
en el interior del país.
Haciendo desaparecer una persona se manifiesta
el espíritu de Caín, que es el espíritu del maligno,
que mató a su hermano Abel. Y hoy la imagen
del hombre agoniza en nosotros porque el espíritu
de Caín reina de tal manera que no vemos al otro
como hermano, sino que casi siempre lo vemos
como enemigo. Y el hombre muere a nuestro al¬
rededor porque muere dentro de nosotros mis¬
mos. Por eso aceptar la mentira como un medio
para alcanzar en un país una convivencia pacífi¬
ca, o callar, combatir a los que buscan la verdad
es una obra diabólica. Y nosotros sabemos que el
diablo es el padre de la mentira.
La tragedia que viven los familiares de las perso¬
nas desaparecidas corre el riesgo siempre de ser
una tragedia olvidada. Una tragedia olvidada en
el sentido de que es la tragedia de los que no
cuentan, y políticamente hablando no tienen peso,
como no lo tenemos tampoco nosotros los protes¬
tantes. Por eso nuestra opinión tal vez no cuenta
demasiado. Pero lo más triste es que la vida así
sufre un proceso de devaluación. Un ser humano
desaparece, y nuestra sociedad se queda tranqui¬
la. La sociedad que nosotros formamos lo permi¬
te y en cierta medida lo acepta. Y eso no sería
posible, pienso, si no se hubiera instalado la men¬
tira entre nosotros. La mentira habita en nuestra
casa, es decir en nuestra estructura mental. Y en¬
tonces nosotros nos ocupamos de las injusticias
que nos tocan de cerca, pero no de las injusticias
que le tocan a otros.
Y así nace esa especie de paz egoísta en la que
estamos viviendo, donde algunos se reservan lo
que podríamos llamar la licencia para matar. Y
cuando un grupo de personas quiebra la paz di¬
ciendo, «quiero saber donde está mi hermano
desaparecido», todos decimos «bueno, vamos a
ver qué se puede hacer, vamos a ver». Pero no lo
tomamos como un problema vital, como un pro-
47
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
blema que es nuestro. Nos molesta muchas veces
que se quiebre el encanto de esa paz que en apa¬
riencias da a la sociedad un rostro armónico y
amigable. Llega el momento en que tenemos que
admitir que no podemos vivir así y me parece que
tenemos que decirlo claramente; porque fuimos
educados para vivir en la verdad, buscando la
verdad. Fuimos educados para servir, no para do¬
minar. ¿Cómo se puede transformar entonces esta
situación? Obviamente no se va a transformar
con las armas, porque con las armas la cadena del
mal se agranda y no se acaba nunca. Esta situa¬
ción se va a transformar, como ya lo hemos dicho
y repetido en esta noche, a través del diálogo, a
través del encuentro, a través de la búsqueda de
la justicia en esta tierra. Esas son las herramientas
que nosotros tenemos y esas herramientas debe¬
mos ponerlas a trabajar para limpiar nuestra casa.
Sabemos que tenemos necesidad de memoria y
poco a poco, lentamente, pacientemente, la ver¬
dad se abre camino. Y ahí me parece que está el
ejemplo más digno que nos dan los familiares de
los desaparecidos a todos nosotros. La perseve¬
rancia en la búsqueda de la verdad. La perseve¬
rancia en ese camino plagado de obstáculos, pero
que llegará al fin que ellos persiguen. Cada uno
va sabiendo, quién es quién en todo esto. Y lo
más importante lo van sabiendo nuestros hijos y
nuestros nietos, es decir las nuevas generaciones.
Porque no es que no se plantea este problema ni
se dan cuenta de que este problema existe, ¡claro
que se lo plantean!. La situación de los familiares
está marcando el sentido que tendrá la vida en nues¬
tro país en el futuro. Si mi libertad conlleva la escla¬
vitud del otro, entonces yo no soy libre. Todo lo que
se emprenda para saber la verdad de lo que sucedió
en este país es una acción al servicio de nuestra li¬
bertad. El servicio más alto que puede rendirse al
otro es ponerse al servicio de su libertad, porque la
libertad es perfecta cuando nadie es excluido.
No hay otro camino. El camino del diálogo, el
camino de la búsqueda de la verdad. Y un día no
lejano nosotros vamos a ver que esa verdad apa¬
recerá definitivamente. Desde aquí podemos
creer que esto no es una ilusión. No es una ilu¬
sión pensar que mañana se van a sentar alrededor
de una misma mesa los miembros de los familia¬
res de desaparecidos con representantes de aque¬
llos que los hicieron desaparecer. No es una ilu¬
sión. Me parece que más bien es una ilusión creer
que nosotros vamos a seguir admitiendo que es
mejor vivir en la mentira. Por eso el día en que se
sabrá la verdad se acerca ya está llegando.
48
UNA
CONTRIBUCION
AL
DIALOGO
POR
conocer nuestra parte de culpa. Y me parece que
eso es lo que falta. Porque siempre insistimos en
una especie de maniqueísmo en el sentido de que
la culpa la tienen los otros. Toda la culpa es de
los otros. A mí me parece que lo que falta todavía
es asumir dentro de nosotros todos, la parte de
responsabilidad que cada uno tiene frente a este
problema concreto. Y en segundo lugar, pienso
que no somos tan fuertes como creemos, es ahí
que está la trababa, porque quisiéramos ser más,
quisiéramos ganar más, quisiéramos poder llegar
a más. Y como no podemos nos olvidamos de
hacer lo poquito que cada uno hace y que me pa¬
rece que radica en que el Juez haga justicia, el
periodista informe, el Pastor predique y el carpin¬
tero haga la silla. Es decir, no intentar hacer lo
que no podemos, o lo que escapa a nuestro nivel.
Y en ese sentido me parece que eso conlleva tal
vez a una lección si se quiere de humildad, o de
reconocimiento de lo limitado. Pero me parece
que lleva también el reconocimiento de la fuerza
que yo tengo.
Creo que tengo algo de fuerza en la formación de
opinión de otros. Creo que tengo medios, cada
domingo yo me subo al pulpito, tengo que pensar
qué digo. Cada jueves yo me encuentro con un
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
grupo de jóvenes, tengo que pensar hacia donde
voy a orientar la reflexión de ellos. Y también
puedo predicar en el cementerio. Y también pue¬
do presidir una ceremonia de un casamiento.
¿Qué estoy haciendo ahí? Hay colegas que dicen
«yo el catecismo no lo hago más porque los pa¬
dres no los mandan, entonces los chicos no vie¬
nen» Y hay otros que dicen «a mí no me importa
cómo vienen, a mí me importa qué es lo que hago
yo en la hora que estoy con ellos ahí». Y me pare¬
ce que en cierta medida eso también es algo que
yo creo que todos tenemos que aprender, porque
me parece que de ahí va a surgir esa unidad de la
que hablaba Rosencoff. No la creación de un
frente común, porque quizás empleando ese tér¬
mino uno puede tener connotaciones que tal vez
no son del todo aceptadas. Pero sí en el sentido
de que con Daniel- él es católico, yo soy
valdense- bueno, hablamos de toda una historia
que nos separó, pero hoy estamos juntos y pre¬
ocupados por la misma cosa. Entonces me parece
que eso también es lo que va a sumar. Si somos
pocos, divididos somos menos.
50
Comunicador: Tenía una pregunta pero no me
puedo sustraer al comentario de que están juntos
ahora después de varios siglos. La pregunta es al
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
Padre Bazzano. ¿ Desde qué posición la Iglesia
Católica está analizando este tema que Uds. están
aquí debatiendo? Porque cuando culminó la re¬
unión de la Conferencia Episcopal, el año pasado
en Florida, un representante absolutamente porta¬
voz de lo que allí se había resuelto ante una pre¬
gunta periodística, respondió que ambas partes
tenían que asumir sus responsabilidades. No es¬
toy citando textualmente; más allá de que la en¬
trevista se la hice yo, pero el concepto es ese, am¬
bas partes. Y me importa particularmente cuál es
el sustrato que hay allí en esa ubicación de ambas
partes, porque tiene que ver con lo que hoy hablá¬
bamos antes de la verdad, de lo que ocurrió en el
país y de una lógica bélica que en esta última eta¬
pa cuando la Iglesia aparece con otra fuerza se
instaura como una especie de enfrentamiento en¬
tre ex combatientes.
Pbro. Lie. Daniel Bazzano: Sé que hubo algo
así, esa expresión de “ambas partes”. Yo creo que
eso hay que entenderlo en lo que acaba de decir
Carlos, de las responsabilidades de cada uno. No
creo que el planteo en su intención por lo menos
haya querido abonar ese esquema de combatien¬
tes y guerra civil, personalmente yo no creo que
haya habido una guerra civil en el Uruguay, no sé
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
si vamos a discutir eso ahora porque nos vamos
del tema, ese es otro punto. Aquí el tema es que
se violaron gravemente los derechos humanos en
un período muy concreto de nuestro país. De esa
violación de los derechos humanos la sociedad
uruguaya es responsable. Cada uno a su medida,
en su ámbito, como Carlos decía, de la responsa¬
bilidad propia. Generalmente una respuesta se
refiere a una pregunta, hablo de la respuesta que
está citando aquella conferencia de prensa.
Seguramente habría que ver cómo fue la pregun¬
ta, pero la cuestión está en que puede ser que
haya algún inocente en el Uruguay de hoy sobre
el cual no hay culpa personal. Pero todos somos
responsables, todos estamos desafiados a dar una
respuesta, que eso es ser responsable. Todos esta¬
mos desafiados a asumir como nuestro el proble¬
ma y estoy refiriéndome a lo que decía Carlos:
como nuestro el problema, como nuestro el hecho
de que en este país se violaron los derechos hu¬
manos de una manera grave y como el hecho de
que yo participo de esa culpa, de esa responsabi¬
lidad, aunque individualmente - yo, Daniel
Bazzano - no haya eventualmente hecho desapa¬
recer a nadie, que no lo hice por otra parte. La
sociedad es solidaria, ese es un concepto muy
51
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
cosa que se pueda imponer. Pero pienso que los
familiares de los desaparecidos al hacerme enten¬
der que yo soy partícipe del drama de ellos me
están enseñando lo que significa arrepentirme de
lo que aquí pasó. Y eso, insisto, me parece que es
un signo de salud de nuestra sociedad.
Pbro. Lie. Daniel Bazzano: Estoy absolutamen¬
te de acuerdo, ahora quería agregar una cosa que
me quedó pendiente, te referías a Balza y a otros
gestos. Aquí lo que sucedió fue que se violaron
los derechos humanos, y me di cuenta que dije «se
violaron», no, se violaron por parte del Estado uru¬
guayo, aunque fuera Estado dictatorial, ilegítimo,
pero se hizo en nombre del Estado. Más allá de que
toda la sociedad uruguaya en “solidum” de alguna
manera tiene que arrepentirse. Estoy de acuerdo, no
es que todos seamos responsables de la misma ma¬
nera, pero tiene que haber una valoración, una con¬
fesión del Estado uruguayo, por decirlo pronto y
mal. Yo creo que se dio en algún país europeo, un
poco tarde, con relación al holocausto; Un Estado
europeo que pidió perdón por el holocausto. Pode¬
mos decir «es tarde»; sí, es tarde para muchas
personas; es tarde y eso es lo que nos queda pen¬
diente. . Más tarde, los Obispos del norte de Italia
- católicos quiero decir - le pidieron perdón a los
LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
valdenses por las persecuciones del siglo XII,
XIII, etc. Más tarde, a los de aquella época este
gesto no les sirve, nos sirve a nosotros ahora, por
eso estamos juntos.
Participante: Me voy a ir con una duda tremenda
de acá. Pienso que este es el camino desde hace
muchos años, desde que me pareció que ahí había
una solución que eliminó el escepticismo.
Se violaron los derechos humanos en el Estado
dictatorial, ¿ es el Estado el que tiene que arre¬
pentirse? No sólo no se arrepintió sino que impu¬
so una ley de impunidad y la refrendó con la ma¬
yoría de la población uruguaya, ahí está el tema,
es más grave todavía, es mucho más grave. Y
hubo silencios tremendos en todos los lugares, y
perdonen, no es un ataque personal, silencios en
todos los lugares frente a este horror que a mí me
va a avergonzar por toda mi vida, pese a que es¬
tuve en contra, pero formo parte de los que pen¬
só, acto de arrepentimiento público, ante ustedes.
Pienso, y lo digo habitualmente, no puede haber
solución política a temas de justicia, lo digo hace
años, lo digo públicamente. Yo pensé que sí, me
arrepiento, no soy yo el que tiene que hacer justi¬
cia, son otros. Pero ahí hay un pequeño detalle
que es mucho más serio y donde quedamos todos
54
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
involucrados y los gestos obligan a actitudes ma¬
yores.
Pastor Carlos Delmonte: Yo solamente digo
que suscribo todo eso y pienso la misma cosa.
Participante: (Miembro de Abuelas) Balza no se
arrepintió de nada, pidió que si algún soldado,
algún sub alterno dentro de su área sabe algo
acerca de los desaparecidos que venga a confe¬
sarse con él, que él lo va a tomar con toda discre¬
ción. ¿Quién es el General Balza para que la gen¬
te vaya a confesarse con él? ¿Por qué esos solda¬
dos, o esa gente del Ejército no va a la justicia a
hacer la denuncia de lo que sabe?. Nosotros en la
Argentina tenemos un Schilingo que se presenta
en un programa de televisión y confiesa que tiró
gente viva al mar y sale tan fresco del programa
de televisión, sin que haya un policía, o alguien
cualquiera que lo arreste, que lo tome por asesino
y tenga que ir a España creyendo que ahí lo van a
escuchar mejor. Y entonces ahí recién lo detie¬
nen. No hay ninguno de ellos que se haya arre¬
pentido, no Schilingo, ni Balza, ni Ibañez, como
otros tantos, ninguno, y muchos de ellos han di¬
cho que si tuvieran que volver a hacerlo lo ha¬
rían. Eso quería aclarar.
MESA INTERNACIONAL
Reflexión y apoyo al
diálogo por la verdad
l.-Dr. George R, Vickers
Director Ejecutivo Oficina en Washington para
Asuntos Latinoamericanos
Hace cincuenta años las Naciones Unidas adoptó
la Declaración Universal de Derechos Humanos,
en la cual se declaró que, «la libertad, la justicia y
la paz en el mundo tienen por base el reconoci¬
miento de la dignidad intrínseca y de los derechos
iguales e inalienables de todos los miembros de la
familia humana». Cincuenta años después nosotros,
en la comunidad internacional de derechos huma¬
nos, continuamos entablando una lucha constante
para darle vida a esas palabras; para asegurar que
los derechos humanos fundamentales sean protegi-
55
IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
dos ante la ley y respetados en la práctica.
En América Latina, los terribles acontecimientos
de los últimos cincuenta años corroboran el prin¬
cipio de la Declaración de la necesidad de esta¬
blecer un marco institucional efectivo para la pro¬
tección y garantía de los derechos humanos como
condición esencial sin la cual la libertad, la justicia
y la paz son imposibles de lograr. En gran parte del
hemisferio, la impunidad y el legado de autoritaris¬
mo continúan siendo obstáculos poderosos para la
institucionalización efectiva de los derechos civiles
y políticos más elementales, mientras que los dere¬
chos sociales y económicos todavía no son recono¬
cidos como temas «legítimos» de debate.
Debido a los obstáculos formidables que todavía
enfrentamos, nosotros como miembros de la co¬
munidad de derechos humanos tendemos enfocar
nuestros esfuerzos en las labores restantes y no en
los logros hasta el momento obtenidos. Este enfo¬
que, es natural y apropiado dadas las responsabi¬
lidades que, como promotores y defensores de
derechos humanos, hemos asumido. Sin embargo,
también corre el riesgo de encauzar nuestra atención
hacia nuestras debilidades y fracasos ignorando el
grado extraordinario al que los principios básicos de
nuestro movimiento son, hoy en día, venerados en
la ley internacional y aplicados (aunque
inconsistentemente) en la práctica. Quisiera tomar
unos minutos para reflexionar acerca de algunos de
estos avances. Pienso que nos ayudaría a determinar
las numerosas diferencias de nuestra agenda para el
futuro con respecto a la de hace diez o veinte años.
* Hace veinte años los países del Cono Sur eran gober¬
nados por dictaduras militares y la violación sistemática
de derechos humanos era la norma. Lo mismo se podía
decir de Centroamérica, a excepción de Costa Rica y
Belice. En los Andes, las dictaduras de Perú y Boli-
via iniciaban su transición a regímenes civiles,
mientras Colombia, Ecuador y Venezuela mante¬
nían, hasta cierto punto, gobiernos democráticos.
Hoy en día, todos los países del hemisferio, con la
excepción de uno, sostienen gobiernos electorales,
aunque la mayoría poseen instituciones democráti¬
cas frágiles e ineficaces. Si bien es cierto que toda¬
vía se presentan violaciones a los derechos huma¬
nos, y que estas han aumentado en algunos países
como Colombia y México, en la mayoría de los paí¬
ses se presentan como hechos esporádicos y no
como consecuencia de una política estatal.
* Con respecto a las normas de derechos huma¬
nos internacionales pertinentes a derechos civiles
56
UNA CONTRIBUCION AI. DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
y políticos, todos los países de Centro y Sur Améri¬
ca han firmado el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y la Convención Americana so¬
bre Derechos Humanos. Desdichadamente, Cana¬
dá, los Estados Unidos y varios países del Caribe
todavía no han firmado este último. (Tanto México
como Uruguay han firmado el Convenio Interameri-
cano para Prevenir la Tortura) Aunque la mayoría
de estos gobiernos violan frecuentemente múltiples
provisiones de estos instrumentos, él haberlos fir¬
mado manifiesta su consentimiento a las normas
bajo las cuales su conducta puede ser juzgada.
* Aunque sería una exageración afirmar que la
Comisión de las Naciones Unidas para los Dere¬
chos Humanos, el Alto Comisionado de las Na¬
ciones Unidas para los Derechos Humanos, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, y la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
han forzado a los gobiernos del hemisferio a dar
fin a la violación sistemática de los derechos hu¬
manos, estas instituciones multilaterales y regio¬
nales han jugado un papel importante en encami¬
nar la atención y crítica internacional a denunciar
dichas violaciones.
* Cuando WOLA fue establecida en 1974, los
Estados Unidos carecía de una política oficial
para promover los derechos humanos en América
Latina. Hoy en día, existe una serie de leyes que
obligan a mi gobierno definir su relación con los
gobiernos del hemisferio de acuerdo con el res¬
peto que estos le conceden a los derechos de sus
ciudadanos. Asimismo existe también un reco¬
nocible apoyo en integrar los derechos humanos
como componente oficial de la política estado¬
unidense hacia Latinoamérica. Si bien es cierto
que en ocasiones ha sido ignorada y embaucada,
esta nueva política le exige a mi gobierno expli¬
car su indiferencia ante la violación de derechos
humanos y no en argumentar que no tiene respon¬
sabilidad alguna en observar la conducta de otros
gobiernos.
* El actual debate alrededor de la posible extradi¬
ción del General Chileno Augusto Pinochet a Es¬
paña demuestra el reconocimiento del principio
jurisdiccional universal de crímenes contra la hu¬
manidad como norma de la ley humanitaria inter¬
nacional.
Ninguno de estos avances hubiera sido posible
sin los esfuerzos constantes de los defensores de
derechos humanos para identificar, investigar y
57
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DE R KC H OS HUMANOS Y LA VERDAD
denunciar las frecuentes violaciones, aun bajo
inminente riesgo personal. Asimismo, debemos
reconocer los esfuerzos de las organizaciones in¬
ternacionales de derechos humanos de encami¬
nar la atención internacional hacia estos abusos y
respaldar nuevas políticas y mecanismos para
aminorarlos.
Como sugieren los avances anteriormente men¬
cionados, durante la más reciente época dictato¬
rial en América Latina, la lucha para promover
los derechos humanos estaba intrincadamente
ligada a la lucha por la democratización puesto
que era el Estado autoritario el que organizaba y
llevaba acabo el abuso sistematizado. Fue la so¬
ciedad civil la que aguantó lo más recio de esta
represión y la que finalmente dirigió la victoriosa
batalla para restaurar la democracia.
En el nuevo período en que nos encontramos -un
período caracterizado por democracias parciales
limitadas principalmente al campo electoral- la
lucha por proteger y defender los derechos huma¬
nos requiere de un esfuerzo aun más profundo y
constante para consolidar las instituciones demo¬
cráticas indispensables para la protección de di¬
chos derechos. Asimismo, debemos reconocer
que la democracia y los derechos humanos no son
filosóficamente idénticos. Hasta el punto en don¬
de la democracia está basada en el principio ma-
yoritario, el pleno respeto a los derechos huma¬
nos implica ciertos límites a esa mayoría. Debe¬
mos asegurar que las instituciones democráticas
garanticen que los derechos humanos individua¬
les de cada ciudadano predominen sobre los dere¬
chos democráticos de la mayoría. Esta no siempre
será una tarea popular.
Los retos de este nuevo período requieren que
reexaminemos tanto nuestro enfoque como tam¬
bién la cultura de nuestra lucha. Durante la época
dictatorial nuestro papel era el denunciar abusos.
Si bien es cierto que este permanece siendo un
elemento esencial de nuestro trabajo en países
{como México,Colombia, Bolivia y Perú} que
continúan sufriendo de prácticas represivas patro¬
cinadas por el Estado, en la nueva era debemos
proponer soluciones y alternativas. Este cambio
cultural requerirá trabajar con instituciones esta¬
tales y desarrollar niveles de experiencias técni¬
cas irrelevantes en épocas anteriores.
Por ejemplo, el crimen organizado, la corrupción
oficial y la delincuencia han abrumado la capaci-
58
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
dad de precarios mecanismos de justicia para su¬
ministrar y garantizar la seguridad pública. La
debilidad de la policía civil y los sistemas judi¬
ciales es, en cierta manera, producto del autorita¬
rismo del pasado. Sin embargo, irónicamente, la
misma fragilidad de estos mecanismos intensifica
el llamado a restablecer regímenes autoritarios y
militares para restaurar el orden.
La sociedad civil en general, y las organizaciones
de derechos humanos en particular, han tardado
en responder al reto de construir (o reconstruir)
instituciones civiles de justicia que respeten y
protejan los derechos individuales y civiles pero
que al mismo tiempo también sean capaces de
combatir el crimen. Han sido audaces en denun¬
ciar los abusos cometidos por la policía y los jue¬
ces, pero lentas en proponer y apoyar reformas
que logren ambos fines.
Es fácil comprender la indecisión de la sociedad
civil de trabajar estrechamente con instituciones
que en el pasado constituían componentes claves
del aparato represivo. Pero es igualmente impor¬
tante comprender que sin la participación de la so¬
ciedad civil en promover y controlar la reforma de
estas instituciones, los esfuerzos de esta estarán des¬
tinados a fracasar. Si estos esfuerzos fracasan la
oportunidad de consolidar la democracia y restaurar
el respeto a los derechos humanos sé debilitará.
Otra característica de este nuevo periodo en que
nos encontramos, es la inminente amenaza de la
pobreza y desigualdad en América Latina al sus¬
tento de instituciones democráticas en la región.
La pobreza y desigualdad no sólo son temas de
discusión en el contexto de «derechos sociales y
económicos». También debilitan la consolidación
de derechos individuales y civiles dentro de un
marco de orden democrático. La experiencia de¬
mocrática para millones de Latinoamericanos du¬
rante los últimos quince años ha sido una de dete¬
rioro de las condiciones de vida. La violencia so¬
cial y la delincuencia son indudablemente pro¬
ducto del deterioro económico de la región.
¿Hasta cuando valorarán la democracia bajo es¬
tas condiciones? El ejemplo de Fujimori en Perú,
la apelación del General Oviedo en Paraguay y
Chávez en Venezuela sugieren un rechazo na¬
ciente por la vía democrática.
Uno de los elementos más positivos del periodo
actual, y que ha contribuido a hacer posible algu¬
nos de los avances que mencioné anteriormente,
59
UNA CONTRIBUCION AI. DIALOGO POR
es la culminación de la Guerra Fría. El respaldo
estadounidense a las dictaduras en el hemisferio
era indiscutiblemente calificado como un meca¬
nismo necesario para combatir el comunismo.
Ciertamente, la falta de una ideología
anticomunista capaz de distorsionar la percepción
estadounidense dificulta el respaldo de la opinión
pública estadounidense hacia cualquier régimen
represivo en el extranjero.
Sin duda, la reciente aminoración del respaldo
estadounidense a prácticas y gobiernos represivos
es un avance significativo en la lucha internacio¬
nal para los derechos humanos. Sin embargo,
está no implica automáticamente una asistencia
norteamericana en la consolidación de institucio¬
nes democráticas y la protección de derechos hu¬
manos. El hecho de haber cesado de apoyar direc¬
tamente o indirectamente políticas perjudiciales a
los derechos humanos no sugiere una nueva dis¬
posición por parte del gobierno de Estados Uni¬
dos de utilizar su poder e influencia para prevenir
los abusos perpetrados por otros. Indudablemen¬
te, existe evidencia que algunas de las caracterís¬
ticas más peligrosas de la Guerra Fría están sien¬
do reconstruidas bajo un nuevo marco ideológi¬
co; El de la Guerra Contra las Drogas. El papel
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
principal que desempeñan las fuerzas armadas
estadounidenses en la política exterior para com¬
batir a los narcotraficantes ha ido incrementando
la función de las fuerzas militares Latinoamerica¬
nas dentro del ámbito nacional. Esto no solo está
fomentando y acelerando la corrupción de las
mismas, sino también ha restablecido una rela¬
ción represiva entre los organismos militares y la
población civil latinoamericana. En Colombia y
México por ejemplo, existen notables nexos entre
la guerra antinarcóticos y las actividades
contrainsurgentes de las fuerzas militares.
No puedo concluir sin reconocer que uno de los
legados más perjudiciales del periodo autoritario
y que continúa como uno de los obstáculos más
poderosos contra la consolidación de la democra¬
cia y el respeto a los derechos humanos es la im¬
punidad. Con pocas excepciones, los responsa¬
bles de patrocinar y/o ejecutar las violaciones sis¬
temáticas no han sido sometidos a la justicia. A
lo largo del hemisferio los responsables permane¬
cen en posiciones de poder. Esta continua impu¬
nidad revela a la sociedad que la situación en
América Latina no ha cambiado
significativamente. Si bien es cierto que la restau¬
ración de regímenes civiles ha promovido esfuer-
60
IJNA (ONTRIIUICION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
zos para recobrar la memoria histórica de los ver¬
daderos acontecimientos de las pasadas tres déca¬
das, también es cierto que este conocimiento de
la verdad ha sido incapaz de proporcionar justicia
para las víctimas.
Durante la transición de la dictadura a la demo¬
cracia se evidencian dos tendencias contradicto¬
rias en la sociedad. En primer lugar, mientras las
familias de las víctimas y otros demandan el es¬
clarecimiento de los hechos perpetrados y el reco¬
nocimiento oficial de la verdad, muchos sectores
de la sociedad también temen que la transición
democrática sea irreversible ya que gran parte de las
fuerzas autoritarias han logrado mantener posicio¬
nes de poder. Como consecuencia, la sociedad civil
se encuentra dividida con respecto a la prioridad
que se le debe otorgar al tema en la agenda para el
nuevo gobierno. Sin embargo, es importante reco¬
nocer que esta división se debe más a diferencias
sobre las tácticas y no sobre los principios. Existe
un amplio consenso en la sociedad de aceptar que
sin el reconocimiento oficial de la verdad, la recon¬
ciliación a largo plazo no será posible.
También es cierto que la naturaleza misma de la
transición democrática en América Latina ha
creado tensiones entre la justicia y la paz. La
transición de la dictadura a la democracia y de la
guerra civil a la paz negociada ha sido posible
solo mediante la garantía a los que renuncian al
poder de no ser castigados severamente. Algunos
sostienen que no se debe ni se necesitan hacer
estos compromisos. Yo no estoy de acuerdo. En
la mayoría de los casos no hay por qué creer que
la continuación de la violencia hubiera producido
un resultado más justo que la paz imperfecta que
fue negociada. Ni creo que el mantenimiento de
la dictadura ofrezca una mejor protección de los
derechos humanos que una democracia parcial e
incompleta. En cualquiera de los casos considero
que aquellos que sufren las consecuencias son los
que tienen y deben tomar estas decisiones y no
nosotros en el exterior que creemos en la exis¬
tencia de un solo camino moral.
Es importante reconocer que estas dificultades no
paralizan necesariamente el mejoramiento de la
situación de derechos humanos en el corto plazo.
Mientras las realidades del poder dificultan la
adquisición de justicia, podemos desempeñar una
mejor labor para asegurar que los instrumentos de
justicia prevengan una reincidencia del pasado.
Podemos insistir que los sistemas disciplinarios
61
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
internos de los organismos militares y de la segu¬
ridad pública sean independientes, efectivos y
sujetos al control civil. Podemos asegurar que las
agencias de justicia civil tengan la voluntad y ca¬
pacidad técnica de investigar los crímenes. Pode¬
mos insistir que los miembros del sistema repre¬
sivo del pasado no sean participantes de los orga¬
nismos de justicia del presente. Sin embargo, no
podemos ilusionarnos en pensar que las autorida¬
des civiles poseen la voluntad o el poder de con¬
cedernos nuestras demandas. La sociedad civil
no solo tendrá que desarrollar nuevas capacida¬
des para analizar e identificar las debilidades de
las instituciones democráticas. También tendrá
que ser capaz de proponer reformas específicas
de estas, movilizar el respaldo de la opinión pú¬
blica alrededor de dichas reformas, y controlar y
hacer públicos los avances del proceso de
implementación. Esta es una larga y compleja
agenda, y una que no puede realizarse mediante
protestas episódicas o mediante una actitud de
aislamiento cínico hacia las instituciones respon¬
sables de proteger y garantizar los derechos indi¬
viduales y civiles de los ciudadanos.
Pero un enfoque en el presente y en el futuro no
traerá justicia para las víctimas del pasado. Los
recuerdos de la injusticia persisten en la memoria
de las víctimas y permanecen como parte del le¬
gado histórico de la lucha contra la opresión. A
pesar de haber sido necesario reconocer y aceptar
ciertos compromisos durante la época de transi¬
ción, las organizaciones de derechos humanos
tenemos la responsabilidad de continuar deman¬
dando e insistiendo que los responsables de crí¬
menes contra la humanidad sean sometidos a la
justicia.
La experiencia en América Latina y en otras re¬
giones ha revelado que las sociedades incapaces
de responder a las demandas para confrontar y
reconocer la verdad del pasado continúan pade¬
ciendo condiciones de inestabilidad social. Del
mismo modo, los ejemplos de países como Corea
del Sur y Chile o de pueblos damnificados como
lo fueron los Judíos en Europa comprueban que
la memoria histórica no está restringida a la gene¬
ración directamente afectada por la violencia; es
un legado histórico que trasciende generaciones.
El presente esfuerzo para extraditar el ex-dictador
Augusto Pinochet a España demuestra el conti¬
nuo fortalecimiento de las normas y mecanismos
internacionales para someter a la justicia a los
62
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
responsables de crímenes contra la humanidad.
Del mismo modo, también ofrece nuevas espe¬
ranzas de poder demandar que aquellos que en un
pasado torturaron y asesinaron con impunidad,
acepten la responsabilidad de los crímenes perpe¬
trados, inclusive a pesar de que algunos países se
vieron obligados a sacrificar la justicia por la paz
durante la transición de la dictadura a la democra¬
cia. Debemos aplaudir y respaldar estos aconteci¬
mientos. Si los países directamente afectados
durante la época dictatorial carecen de fuerzas
internas capaces de permitir una resolución satis¬
factoria a la búsqueda de la verdad, quizás la co¬
munidad internacional podría apoyar sus esfuer¬
zos.
Quiero expresar de nuevo mi gratitud de haber
tenido la oportunidad de compartir estas ideas
sobre las tareas que nos esperan como miembros
de la comunidad internacional de derechos huma¬
nos, y espero ansiosamente adquirir nuevos cono¬
cimientos de nuestro intercambio.
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
2.- Pastor Lie. Oscar Bolioli
Consejo Nacional de Iglesias
de Cristo de los Estados Unidos.
Yo estoy aquí representando al Consejo Nacional
de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos, que
es una Institución que va a cumplir el año próxi¬
mo sus 50 años y que abarca 34 Confesiones re¬
ligiosas entre ortodoxas, anglicanas y protestan¬
tes. Hay quienes calculan que es una población
de unos 50 millones de fieles, lo que da más o
menos una idea de un cierto peso dentro de la
opinión pública norteamericana. Como decía
anteriormente estoy aquí representando al Conse¬
jo Nacional de Iglesias. Mi presencia aquí obe¬
dece a una decisión que se ha tomado hace un par
de años de acompañar este proceso. Así que estoy
aquí con el apoyo total de la Institución a la cual
represento.
El Apóstol Pablo en un momento expresó clara-
63
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
mente en la formación, la composición de la co¬
munidad, aquella frase que muchas veces la he¬
mos utilizado en otras circunstancias: «Cuando
un miembro sufre, toda la familia sufre y cuando
un miembro es honrado, todos nos alegramos con
él» Lo que implica es que nada de lo humano nos
puede ser ajeno, y nada del acontecer humano
podemos ignorar. Incluso eso adquiere dimensio¬
nes que van más allá de lo geográfico, y se trans¬
forma en una preocupación universal. Todo indi¬
viduo está echo a la imagen de Dios, afirmamos y
tiene un valor y el derecho a la plenitud y al desa¬
rrollo de la vida en abundancia. Pero quizá Jesús
fue más contundente en estas presuposiciones
cuando trata de levantar tomando las palabras de
Isaías, la demanda de que tenemos que reforzar,
apoyar a los quebrantados, anunciar la libertad a
los cautivos, a poner en libertad a los oprimidos y
devolver a los ciegos la vista. Estamos llamados a
trastocar eso que es injusto y a tomar partido por
aquellos que son los vulnerados de la sociedad.
Por eso no podemos ser insensibles a la situación
que los familiares viven en Uruguay, porque hay
una exigencia a partir de lo religioso la de que no
podemos escapar. Como tampoco en el ayer pudi¬
mos escapar a la situación de los detenidos y a
los familiares de los detenidos en el país. Es un
proceso cruel e inhumano, como lo asevera la Co¬
misión Interamericana de Derechos Humanos, no
sólo para la persona secuestrada sino también para
sus familias, como también los efectos paralizantes
para el resto de la sociedad. ¿Qué podemos nosotros
decir? Quizás nuestra contribución en este momen¬
to sea que a partir de nuestra vivencia internacional
podemos participar, compartir en este momento.
La primera cosa me parece que la comunidad in¬
ternacional, no solamente la religiosa sino otras
ONG’s, comparten una solidaridad visible. Esto
parece banal quizá, pero no es tan así. Aquellos
que están luchando en estas situaciones en algún
momento se sientes solos, o que nadie les presta
atención. Desde el preso que recibe una carta so¬
lidaria, hasta el familiar que siente que en otro
lugar se está pensando, sintiendo y queriendo
afirmar. Generar una dinámica en aquellos que
luchan de sentirse «no somos ignorados en nues¬
tra lucha». Y eso es un aporte que la comunidad
internacional puede estar haciendo a aquellos
que tienen muchas veces que hacer una lucha
muy desigual en el campo político y humano.
64
El segundo elemento es el traer el tema a foros
internacionales y hacer sentir la opinión interna-
HIÑA CONTRIBUCION AI. DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
cional a los actores de las circunstancias. Yo les
puedo decir que en este caso nosotros, y otras
comunidades internacionales religiosas, han en¬
viado cartas al señor presidente, algunas amables,
otras muy fuertes. Pero estoy hablando de institu¬
ciones como el Consejo Mundial de Iglesias, la
Federación Luterana Mundial y el Consejo Na¬
cional de Iglesias. Lamentablemente después de
esperar un tiempo prudencial no hemos tenido
ninguna respuesta, ni siquiera de cortesía de la
preocupación de una comunidad de fe a nivel
mundial sobre esta situación ética para nosotros,
que no está siendo solucionada. Inclusive se hizo
un esfuerzo más, el viernes 20 de noviembre pa¬
sado representantes de la Federación Luterana
Mundial, representantes del Consejo Mundial de
Iglesias, representantes del Consejo Nacional de
Iglesias, lamentablemente porque era un viernes
de noche, no pudimos contar con la presencia de
la comunidad judía, porque era el Rabat, pedimos
una entrevista con el Presidente de la Asamblea
de las Naciones Unidas. Lo que queríamos era
entregar las cartas que se habían escrito expresan¬
do el deseo de la comunidad internacional y po¬
der tener un diálogo con el señor Opertti a fin de
mostrar la preocupación de la comunidad de fe.
Lamentablemente la agenda estaba muy cargada,
la única entrevista que se nos concedió fue con
un funcionario de tercera categoría, no quiero ser
peyorativo en esto, pero no era un funcionario deci¬
sorio de la delegación uruguaya ante las Naciones
Unidas, creo que no correspondía, porque nosotros
queríamos hablar con el Presidente de la Asamblea
de las Naciones Unidas y no con el canciller.
Pero no es la primera vez que nos encontramos
frente a muros de silencio y a muros de ignorar la
presencia de las Iglesias. Recuerdo una circuns¬
tancia bastante similar que ocurrió en El Salvador
una de las situaciones más dura de los abusos de
los derechos humanos. Habíamos hecho protestas
similares, bastante silencio, incluso cuando este
se rompió, el silencio fue para poner religiosos
desde el lado salvadoreño y acusamos a nosotros
de un intervencionismo, y en aquel momento era
un tema muy común él acusarnos de ser pro co¬
munistas y todos los otros adjetivos. Nosotros
hicimos un gesto muy sencillo a todo eso. Con¬
versamos con otros grupos de los Estados Uni¬
dos, con otras ONG’s, y resolvimos llamar a un
boicot del café salvadoreño a los Estados Unidos.
Cuando el primer barco con café salvadoreño no
fue desembarcado en San Francisco y se tuvo que
volver porque el Sindicato de estibadores de ese
65
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
puerto se plegó a esta demanda, en 24 horas yo
tuve la llamada del Embajador salvadoreño en mi
oficina queriendo conversar. Esto facilitó una en¬
trevista a muy alto nivel de las Iglesias con
personeros del gobierno salvadoreño que facilitó
que ciertas circunstancias de las violaciones de
los derechos humanos se modificaran. No estoy
diciendo que vamos a boicotear la carne, la lana,
ni nada por el estilo, pero sé que sí a nivel inter¬
nacional pueden haber mecanismos en los cuales
hacer entender que el diálogo es importante y no
hay que cortarlo.
Un tercer elemento que también me parece im¬
portante es compartir otras experiencias en las
cuales a nivel internacional estamos metidos y
que pueden ayudar a multiplicar la imaginación
de los grupos nacionales. Creo que las Abuelas
de Plaza de Mayo van a llenarnos de experiencias
en la larga batalla que vienen haciendo.
Nosotros hemos estado en experiencias en El Sal¬
vador, hemos estado en experiencias muy profun¬
das en la situación guatemalteca y facilitando los
cambios en esa situación. Y muy recientemente
se nos ha pedido que intervengamos en alguna
forma en la situación colombiana. Creo que hay
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
experiencias ahí acumuladas que pueden ser
compartidas y que pueden enriquecer la experien¬
cia uruguaya.
Creo que en cuarto lugar la comunidad interna¬
cional puede facilitar un espacio informal para el
diálogo, para ir construyendo coincidencias, para
ir creando una confiabilidad de las partes para
poder llegar a acuerdos y a soluciones. Digo in¬
formal porque generalmente lo formal se hace
muy difícil en estas circunstancias. La gente se
quiere sentar en un ámbito que no les exija a ellos
inmediata respuesta, pero sí ir limando aspere¬
zas, ir conociendo situaciones, ir humanizando
una relación que es inhumana. Ayer fue expresa¬
do, por varios de los panelistas, esta posibilidad,
y creo que quizás es uno de los caminos más
potenciables en el caso uruguayo. Por lo escucha¬
do ayer y por algunas otras informaciones a lo
largo de estos años, mi impresión, es que el caso
uruguayo es menos complicado que otros casos
que hemos tenido que ver. Digo menos complica¬
do por algunas circunstancias. Primero, estamos
frente a 20-25 años de instancia del conflicto que
generó esta circunstancia y por lo tanto ya no se
pueden argumentar más cosas políticamente, se
transforma en un hecho humanitario y en un he-
66
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
cho ético. Es muy distinto cuando hemos tenido
que estar en otras circunstancias que es en el me¬
dio de la guerra todavía, o en el medio de la con¬
frontación.
El segundo elemento que me parece es que la ley
de caducidad, y no me entiendan mal, la ley de
caducidad lamentablemente o positivamente, no
sé, pónganle el adjetivo que quieran, reduce la
mira del tema a ser discutido. Es decir, aquí no se
puede discutir por lo menos a través de la ley,
todo el problema de la justicia y de llevar a los
responsables ante ella, se reduce a un tema de
encontrar la verdad donde lo punitivo queda fue¬
ra. Porque generalmente lo punitivo en este diálo¬
go es uno de los puntos más difíciles de encontrar
la solución.
Tercero, estamos en una circunstancia donde los
familiares, y creo entenderlo bien,
unilateralmente han hecho ya inmensas concesio¬
nes en una situación de conflicto.
Y cuarto, me parece por lo visto ayer, hay pro¬
puestas e iniciativas de la sociedad civil que ya
están planteadas, no hay que buscar una sociedad
civil donde empiece a preocuparse sobre el tema.
Es entonces que daría la impresión que aquí está
en buscar los mecanismos y las condiciones para
cambiar una voluntad política para empezar a
sentarse en una mesa. Y ahí habrá entonces que
discutir cuáles son las fórmulas mejores y habrá
que buscar cuáles son las articulaciones para lle¬
gar a esto.
Lo que sí a mí me parece que es absolutamente
imprescindible es que en ningún lugar la comuni¬
dad internacional actúe por la suya. La comuni¬
dad internacional debe actuar en función y en vis¬
ta a una función que se demanda desde el interior
de la situación. Con esto quiero decir dos cosas.
Una, que no puede haber discontinuidad entre lo
que la comunidad internacional quiera o pueda
hacer y lo que la comunidad nacional, los actores,
están haciendo. Esto me parece que es imprescin¬
dible.
Segundo, es que la comunidad internacional ja¬
más puede reemplazar a los actores nacionales.
La discusión debe ser hecha entre las partes y las
fracciones que han estado en el conflicto. La co¬
munidad internacional sólo puede alentar, apoyar
y facilitar.
67
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
3.-Dra.María José Wembe:
Representante del CELS de Argentina
La verdad es un placer estar acá y poder, de algu¬
na forma, contribuir con este trabajo que Uds.
realizan y que supongo que en algún punto es
igual al que realizamos allá en Buenos Aires o en
el resto de Argentina. Yo voy a retomar una de las
cosas que decía George Vickers, él decía que en
este momento el único peligro para la democracia
era la impunidad. Yo supongo que Argentina ya
ha terminado la transición a la democracia, creo
que esto lo podemos sostener, llevamos 15 años de
democracia, las instituciones de alguna forma se ido
fortaleciendo... Después de 20 años de sucedido el
golpe militar sigue siendo el único, o el principal
tema en el debate público la situación de los dere¬
chos humanos durante la dictadura militar.
En 1995, pasados ya varios años de finalizado el
régimen militar, un ex marino realizó una confe¬
sión pública en la que confesó, o contó, que entre
otras cosas había participado de los «vuelos de la
muerte» y que había sido el autor de un crimen de
30 personas. Los organismos de derechos huma¬
nos, y sobre todo las víctimas, sus familiares, ya
conocían esta metodología y no resultó una nove¬
dad, aunque sí resultó novedoso el hecho de que
esa palabra viniera de un propio represor o un ex
torturador. Esto fue como que despertó nueva¬
mente el tema que hasta ese momento había que¬
dado silenciado. A partir de ahí se volvió a discu¬
tir, aunque no fueron todos los sectores de la so¬
ciedad los que salieron a hablar sobre este tema, sí
fue un gran sector de la prensa, por supuesto el mo¬
vimiento de derechos humanos. Los familiares sin¬
tieron en ese momento la necesidad de volver sobre
el problema, de volver a abrir la discusión y de vol¬
ver a buscar vericuetos legales por donde poder ac¬
ceder sino a la justicia, al menos a la verdad.
En ese sentido, como una de las confesiones de
este marino había sido que él había visto en la
Escuela de Mecánica de la Armada a dos religio¬
sas francesas que habían desaparecido durante la
dictadura militar; los familiares de estas religio¬
sas se presentaron a la justicia pidiendo por favor
investigaran qué era lo que había ocurrido. La
68
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
ción del cuerpo. Y a su vez habían habido algu¬
nos pedidos posteriores y habían sido rechazados
por la justicia.
Finalmente resolvimos presentarnos también ante
la Cámara Federal, que de alguna forma aunque
su respuesta en el caso de las religiosas francesas
había sido un poco ambigua había dado algún
signo positivo. La elección de los casos también
fue bastante difícil, porque pasado tanto tiempo,
y ante un reclamo que parecía un poco extraño en
principio porque nos estábamos presentando en
un proceso penal sin una pretensión punitiva.
Porque la pretensión punitiva no era posible ya
que estaban dictadas las leyes de obediencia debi¬
da y punto final. Entonces era medio difícil justi¬
ficar la legitimidad o la legitimación de los
presentantes. Nosotros resolvimos el tema en prin¬
cipio realizando presentaciones de personas que ya
lo hecho presentado anteriormente, o sea cuyas cau¬
sas ya habían estado abiertas, ya habían sido presen¬
tadas, y estos familiares, que eran los que en este
momento estaban solicitando la acción de la justi¬
cia, ya están presentados en la Cámara.
Una de esas causas que abrimos fue la causa por
la desaparición de la hija del Presidente del
CELS, Mónica Migrone y otra por la desapari¬
ción de otra miembro del CELS, Carmen Lapaco.
En esas presentaciones nosotros invocábamos el
derecho a la verdad fundado por un lado en el
derecho internacional, en los derechos humanos,
y por otro lado la legislación interna de Argenti¬
na. Ahora bien, este derecho no está ni reconoci¬
do explícitamente en las normas internacionales,
ni tampoco lo está en la Constitución argentina ni
en ninguna ley hasta ahora. La cuestión de invo¬
car el derecho internacional, y sobre todo de estar
invocando principios emergentes del derecho in¬
ternacional, o interpretaciones doctrinarias o
jurisprudenciales, tenía la importancia de estar
obligando a los tribunales locales a hacerse cargo
y reconocer que tal derecho existe aún cuando no
esté reconocido en normas expresas.
En Argentina la lucha por incorporar y hacer res¬
petar desde los tribunales locales el derecho inter¬
nacional de los derechos humanos, es un capítulo
que todavía está pendiente. Si bien en la reforma
de la Constitución de 1994 se incorporaron la
mayoría de los pactos de derechos humanos, los
tribunales los desconocen, los Jueces no tienen ni
noción de que esos pactos existen y que los deben
aplicar. Entonces en este caso estamos obligando
70
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
a la justicia a decir que tales derechos existían,
que era su obligación efectivizarlos y estábamos
obligando de alguna forma al Estado a dar una
respuesta en torno a eso y a sentar su posición
respecto a sus obligaciones internacionales.
En el caso de la legislación interna tuvimos que
justificarla y nos costó un poco porque lo único
que teníamos era el principio republicano de go¬
bierno, y nosotros dijimos que ese principio de
democracia republicana era el que le daba a los
individuos todos los derechos que surgieron de
esa misma forma, o sea de la forma republicana. Y
entre esos derechos se encontraba, el derecho a co¬
nocer la historia de su país, la historia del pueblo y
la historia particular de cada uno de los familiares.
Llamativamente la Cámara Federal en una primer
resolución reconoció el derecho a la verdad, recono¬
ció el derecho al duelo, reconoció el derecho inter¬
nacional de los derechos humanos como una obliga¬
ción del Estado argentino en su aplicación y en la
protección y defensa de los derechos humanos.
Se pidieron algunas medidas, por ejemplo, se so¬
licitó un oficio al Presidente de la nación en su
carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas para que remitiera todas las listas de
desaparecidos y de detenidos durante la dictadura
militar. La Cámara dio lugar a esas medidas y
algunas otras que se solicitaron. Por supuesto las
respuestas fueron negativas, que tales listas no
existían; como nos habían negado la respuesta
nosotros exigimos que si no existían, si las listas
no estaban hechas, el Estado tenía la obligación
de hacerlas. No sólo tienen obligación de aportar
la información que ya esté compulsada, sino tam¬
bién de elaborar toda aquella que sea necesaria a
fines de esclarecer la verdad, aún cuando cueste
trabajo, cueste dinero, o cueste lo que cueste.
En una de esas causas, en la de Emilio Migrone,
ante este nuevo pedido la Cámara dijo que sí, que
era pertinente y volvió a librar los oficios para
que construyeran esa información. Pero en la otra
resolvió que no era el órgano competente para
hacer esto, que el proceso penal estaba agotado,
que la única finalidad de un proceso penal es la
aplicación de una pena y no el conocimiento de la
verdad de cuáles fueron los hechos que llevarían
en su caso a esa pena. Resolvió que la causa fuera
enviada a la Secretaría de Derechos Humanos,
Sub Secretaría de Derechos Humanos que depen¬
de del Ministerio del Interior, y que se archivaran
las actuaciones. Ese fue el caso de Carmen
71
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
Lapaco, Carmen presentó un recurso extraordina¬
rio ante la Corte Suprema de Justicia. Creo que el
recurso se presentó a principios del 96 y el fallo
de la Corte salió a fines del 98.
Pasado un tiempo el Procurador General de la
Nación dictó su dictamen en el que reconocía el
derecho de Carmen Lapaco y el derecho de todas
las víctimas de la dictadura y de la sociedad en
general a reclamar a la justicia para que averigüe
los hechos ciertos que ocurrieron durante la dicta¬
dura, para que se investigue también cuál fue el
proceder y el accionar sistemático, de la represión
ilegal. Este dictamen, que era muy favorable, que
a nosotros nos puso muy contentos, finalmente
terminó en un fallo de la Corte, donde la Corte
Suprema negó el derecho a la verdad, dijo que si la
justicia penal seguía investigando se iba a violar la
garantía de no juzgar dos veces por un mismo he¬
cho. Esto tuvo una repercusión muy grande en Ar¬
gentina, sobre todo nuevamente en el movimiento
de derechos humanos, pero por suerte la gente que
se va plegando a estos reclamos es cada vez más la
gente que se va plegando a estos reclamos y que
reconoce el derecho de los familiares.
Carmen Lapaco realizó una presentación ante la
Comisión Interamericana nuevamente, porque
Argentina ya tenía la presentación hecha en la
cual la Comisión había dictado tres recomenda¬
ciones. Una era que reconocía que las leyes de
obediencia debida y punto final eran contrarias a
la Convención Americana sobre derechos huma¬
nos. Por otro lado obligó a Argentina a investigar
los hechos ocurridos. Por último a reparar a las
víctimas. De estas obligaciones Argentina a prin¬
cipios de este año derogó las leyes; esa deroga¬
ción no tiene ninguna incidencia en la realidad
porque los hechos, ya no se pueden volver a juz¬
gar, lo derogado se deroga hacia el futuro pero no
tiene efectos hacia el pasado. Y en ese caso, salvo
algunos vericuetos que se están intentando pro¬
bar, no creemos que haya muchas esperanzas. Las
leyes reparatorias fueron dictadas por Argentina,
pero finalmente Argentina de la investigación no
ha hecho nada hasta hoy.
Pasado un mes del fallo Lapaco de la Corte Su¬
prema, esta dicta otro fallo por la desaparición
de Benito Urtiaga en la cual reconoce el derecho
a la verdad, dice que en Lapaco no lo había nega¬
do, pero también dice que la vía para reclamarlo
es el habeas data. El habeas data es una figura
que los ciudadanos tienen para conocer informa¬
ción que esté en bancos privados, o en bancos
72
IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
públicos de datos. Y el objetivo de esa figura es
poder conocer esos datos, para en el caso de que
sean erróneos poder corregirlos, y en el caso de
que no estén actualizados poder eliminarlos del
banco. Esto obviamente no es la figura que noso¬
tros necesitamos para conocer la verdad. Por un
lado esa figura se concede a la persona que recla¬
ma y no a los familiares, aunque la Corte ahora
ha dicho que puede extenderse a los familiares, o
sea que tendría que ser el desaparecido quien se
presente y diga «yo quiero saber qué datos tienen
sobre mí». Si esos datos no existen el habeas data
no permite reconstruirlos, o al menos no es la fi¬
gura clave para eso. Entonces la Corte ha hecho,
después de la repercusión del caso Lapaco, ha
tratado de salvar en algún sentido la situación. Y
yo creo que en el fondo la ha empeorado, porque
si esta es la figura que el Estado argentino nos
otorga para poder reclamar nuestros derechos, no
es la que conviene.
La Comisión Interamericana aún no se expidió en
el caso de Carmen Lapaco. Algunas informacio¬
nes informales dicen que el caso posiblemente
llegaría a la Corte. Si llegara a la Corte sería bas¬
tante bueno porque las resoluciones de la Comi¬
sión Interamericana, yo sostengo que son exigi-
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
bles en el ámbito interno, pero sin embargo no
hay ninguna reglamentación legislativa que indi¬
que eso o que establezca el modo de cumplir esas
recomendaciones. Los organismos de derechos
humanos, más allá de algunas posibilidades que
han quedado abiertas después de las leyes de obe¬
diencia debida y punto final, que son por ejemplo
las apropiaciones de menores que quedaron ex¬
clusivamente afuera de las leyes. Intentamos se¬
guir buscando las formas de hacer justicia y de
poder reconstruir los hechos, en los casos que se
pueda condenar a los culpables. Pero sobre todo
creemos que hay una deuda del Estado argentino
en tanto no logra asumir un compromiso respecto
de informar a la sociedad qué fue lo que ocurrió
durante la dictadura militar.
También estamos bastante preocupados por con¬
seguir una ley que cree una Comisión Bicameral
que pueda investigar esos hechos. Una Comisión
Bicameral formada por miembros de la Cámara
de Diputados y de la Cámara de Senadores con
amplias facultades. Este reclamo era el reclamo
inicial de los organismos cuando se creó la
CONADEP. El gobierno de Alfonsín decidió que
no iba a ser una Comisión Bicameral sino que iba
a ser un órgano autónomo que investigara esos
73
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
hechos. Si bien realizó una investigación, no dio
a conocer las listas de los responsables ni ningún
dato en ese sentido. Nosotros lo que reclamamos
en este momento es eso, que se hagan listados de
quienes fueron los que participaron durante la
dictadura, que se los cite a declarar, que aporten
todas las pruebas que tengan, que puedan hacer
allanamientos, etc. Facultades amplias como para
realmente reconstruir la historia oficial que es lo
que Argentina nos está debiendo.
Creo que las alternativas que todavía se pueden
buscar son bastantes. Por un lado éstas, como la
Comisión, la justicia, pero la reparación integral
me parece que es mucho más amplia que eso, que
no es sólo el castigo, pero el castigo lo es, que no
es sólo la verdad. Por supuesto que no es sólo la
reparación económica. Creo que el Estado podría
hacerse cargo de un montón de cosas más, como
por ejemplo asistencia psicológica a las víctimas,
asistencia sobre todo a los hijos de los desapare¬
cidos que en algún punto se los eximió en princi¬
pio del servicio militar obligatorio, o lograron
algunos otros reconocimientos, pero creo que eso
todavía no alcanza y si el Estado estuviera com¬
prometido con el tema en realidad podría hacer
mucho más aún.
4.-Sra. Rosa Roisinblit:
Representante de Abuelas Plaza de Mayo,
Argentina
Soy vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Agradezco a los organizadores de este Seminario
por la invitación que nos hicieron llegar. Y quiero
comentarles que ayer escuché con atención todos
los comentarios que se hicieron acerca de los pro¬
blemas que tienen aquí en el Uruguay, para poder
hablar, conseguir una reconciliación, un arreglo,
sentarse a una mesa con las autoridades para bus¬
car soluciones. Cada país tiene sus propios pro¬
blemas con respecto a eso. No soy yo quien voy a
aconsejar, ni a criticar, las cosas que se dijeron
ayer aquí. Pero sí les puedo decir qué cosas he¬
mos hecho y qué cosas seguimos haciendo las
Abuelas de Plaza de Mayo en la Argentina.
Cuando recién se llevaron a nuestros hijos y a
nuestros nietos, éramos nosotras un grupo de mu-
74
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERIiCH OS HUMANOS Y LA VERDAD
jeres mayores, de la tercera edad como se les
nombra ahora, que tuvimos que salir a la calle
cuando ya teníamos la suficiente edad como para
estar sentadas en casa descansando, meciéndonos
en algún sillón acariciando la cabeza de nuestros
nietos. Fuimos nosotras las que tuvimos que salir
a la calle para buscar a nuestras hijas, hijos y
también, a nuestros nietos. Al principio creíamos
ingenuamente que a los nietos nos los iban a de¬
volver. No podíamos creer que se iban a quedar
con ellos. Pero ante la evidencia tuvimos que pro¬
ceder. Nunca bajamos los brazos. Cuando todavía
pensábamos que nuestras hijas podían tener fami¬
lia, salimos a buscar en las maternidades, en los
hospitales, a ver si por ahí habría pasado nuestra
hija, o nuestra nuera, para tener su hijo. Por su¬
puesto que no las encontramos. Cuando calcula¬
mos que la fecha del parto estaba vencida, sali¬
mos a buscar en las casas cunas, en los orfanatos,
en los hospicios.
Finalmente nos fuimos encontrando en los Juzga¬
dos de menores donde ya nos reconocíamos cada
una de nosotras. Y entonces por aquello de que la
unión hace la fuerza, se reunieron 12 abuelas y
por primera vez presentaron en conjunto un escri¬
to ante la justicia. Yo estoy sentada acá entre dos
abogadas, así que de la parte jurídica no voy a
hablar, seguramente lo va a decir Alcira que es
nuestra abogada.
Solamente les digo esto, porque nosotras calcula¬
mos, consideramos, que ese día en que se presen¬
taron esas 12 abuelas, fue el día de la fundación
de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, el
22 de octubre de 1977. Como dije hace un rato,
jamás bajamos los brazos. No sabíamos cómo
proceder, no había en ninguna parte del mundo
un texto que nos dijera qué debemos hacer. Por¬
que el secuestro de niños por razones políticas
era una cosa inédita, una cosa que no se vio nun¬
ca en ningún país del mundo. Tuvimos que recu¬
rrir a nuestra propia creatividad, a nuestras pro¬
pias ideas, para hacer algunas cosas. No obstante
eso al poco tiempo distintos profesionales se fue¬
ron acercando a nosotras, y así fue como poco a
poco fuimos formando nuestros equipos técnicos.
Nuestros equipos técnicos son: un equipo de in¬
vestigación, un equipo de psicólogos, uno jurídi¬
co y otro de computación. En fin, después de
tantos años, hemos logrado todo eso. Tenemos
fax, e- mail, computadoras, cosas que por su¬
puesto hace 21 años no las teníamos.
75
IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
Pero les digo, que últimamente me están pregun¬
tando en distintos lugares cómo es que ahora,
después de tantos años, existe esa efervescencia
de «la cosa» de los derechos humanos en la Ar¬
gentina. Y yo respondo que nosotras, las Abuelas.
Para nosotras no es un momento de efervescen¬
cia., porque nosotras hemos podido localizar nie¬
tos cuando tenían 6 años, cuando tenían 8,10,
15, y ahora estamos encontrando nietos de 20, 21
años y más también. Quiere decir que siempre
hemos seguido trabajando. Siempre hemos lucha¬
do para obtener esos logros. No es que lo estemos
haciendo ahora en este momento; No, lo hicimos
siempre, durante todos estos años hemos luchado,
hemos trabajado y es así como tenemos en este
momento encontrados 61 nietos y posiblemente
dentro de poco el 62, no podemos decir todavía
mucho pero está en vías. Así que eso es lo que yo
puedo decir acerca de las Abuelas de Plaza de
Mayo.
Cuando se hizo el juicio a las tres primeras Jun¬
tas, en el año 85, (y siempre me pregunto por qué
no a la cuarta Junta). Cuando se hizo ese juicio a
todos los represores, los ladrones, torturadores,
asesinos y violadores, los juzgaron por todos
esos delitos, pero no los juzgaron por el secuestro
de niños. Porque ? porque les pareció que total
LOS DERECHOS HUMAN OS Y LA VERDAD
eran pocos los chicos que faltaban, que no era
una metodología. Nosotras, las Abuelas de Plaza
de Mayo, hemos demostrado que sí, que hubo a
través de los 21 años de existencia una metodo¬
logía sistemática y que de esa manera ahora en
este momento nosotras podemos recurrir a eso
para reclamar que se juzguen nuevamente a aque¬
llos que fueron los que violaron los derechos hu¬
manos en el tema de la niñez.
Ellos pueden alegar lo que quieran, nosotras tene¬
mos las pruebas. Nosotras podemos demostrar, en
razón de los chicos que hemos encontrado, que sí
hubo una metodología, que sí hubo un sistema
para hacer desaparecer a nuestros nietos entre¬
gándolos a otras familias. Porque nosotras, las
Abuelas, no éramos merecedoras de criar nues¬
tros nietos. Es así la cosa, muy triste. Ellos po¬
dían criar a nuestros nietos con su ideología, con
su ideología fascista. Ellos sí podían, nosotras no.
El hecho es que ahora, en este momento, nosotras
estamos quizás en un período en que además de
buscar verdad y justicia por nuestros hijos, y bus¬
car la verdadera identidad de nuestros nietos, ya
nuestra actividad trasciende más allá de todo
esto. Nosotras estamos en este momento trabajan-
76
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
do por todos los problemas de la niñez, estamos
integrando un Comité que se ha formado hace
cuatro años, un Comité que se dedica al segui¬
miento del cumplimiento de la Convención por
los Derechos del Niño. Es un Comité que está
formado por varias instituciones que se ocupan
de los problemas de la niñez en la Argentina, y
nosotras formamos también parte de ese Comité.
Así que nos ocupamos de que el niño pueda tener
buena salud, buena educación, un techo digno.
Que si bien se dice siempre que el niño no debe
trabajar, lamentablemente lo hace por la falta de
trabajo de los mayores. El niño tiene que trabajar
porque en la casa no alcanza el dinero. Bueno, ya
que tiene que salir a trabajar que tenga por lo menos
una legislación que lo proteja, que le permita tra¬
bajar menos horas, que se le consideren vacaciones
más amplias, que tenga la ocasión de poder estudiar.
En fin, una serie de datos que incluyen, de acuerdo
con mi criterio, que el niño pueda tener un espacio
de recreación.. Un niño tiene que jugar.
Nosotras ahora estamos buscando adolescentes,
jóvenes ya, pero igual estamos en la lucha. Como
defensoras de la Convención de los Derechos del
Niño, que entre paréntesis nosotras hemos cola¬
borado en la elaboración del artículo 7 de la Con-
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
vención de los Derechos del Niño, que trata de la
identidad, que el niño tiene derecho a tener su
verdadera identidad, a conocer su origen, a cono¬
cer su historia. Y fuimos invitadas, en su ocasión,
por la Cancillería argentina para colaborar en la
elaboración de ese artículo, que por esa razón se
llama el artículo argentino. Estamos trabajando,
como digo, por los niños, aunque ya los nuestros
no son tan niños.
De cualquier manera es el momento en que los
jóvenes que tienen 20-22 años, vienen a nuestra
institución - sobre todo aquellos que son hijos
adoptivos - cuando tienen alguna duda sobre su
identidad. Aquellos cuyos padres adoptivos a lo
mejor le ocultaron que lo son , que no les dan da¬
tos sobre su verdadera mamá. Yo en este momen¬
to no voy a juzgar a una persona que dio en adop¬
ción a su hijo, no soy quién para juzgarla, tendrá
sus motivos, pero el joven tiene interés de cono¬
cer esas cosas y viene a la casa de las Abuelas
para que nosotras le demos apoyo, le indiquemos
cómo pueden hacer, qué procedimientos tienen
que seguir para buscar y encontrar a su madre.
Y hay algo muy interesante en eso, estos mucha¬
chos que vienen a preguntar, prefieren ser hijos
de desaparecidos y no ser hijos abandonados.
Porque aquel muchacho que fue dado en adop-
77
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
ción es porque su familia lo entregó en adopción.
Como dije no quiero juzgar, pero ellos prefieren
ser hijos de desaparecidos, porque saben que sus
padres nunca los abandonaron, porque saben que
fueron arrancados violentamente de los brazos de
su madre en el momento de nacer, y eso para
ellos es más constructivo. Así que ese es otro
dato muy importante.
En la casa de las Abuelas tenemos un grupo de
gente joven que no se ha formado como un orga¬
nismo pero que están ahí, están apoyando a las
Abuelas. También están creando otras modalida¬
des de trabajo que realmente es de señalar. Son
maravillosos. Entre esa gente joven hay alguno
de nuestros nietos que fueron recuperados, que
vienen a trabajar para ayudarnos a encontrar a los
nietos que nos faltan. Hay otros chicos que nunca
estuvieron desaparecidos pero que tienen sus pa-
pás desaparecidos y que la mamá estuvo embara¬
zada cuando la secuestraron y están buscando a
su hermano nacido en cautiverio.
En ese grupo, nosotras tenemos puestas todas
nuestras esperanzas. Somos gente mayor y sabe¬
mos que nadie es eterno. El día que nosotras fal¬
temos ese grupo con otros grupos que segura-
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
mente van a ser solidarios para eso, son los que
van a levantar la bandera para seguir buscando a
los nietos desaparecidos. Por qué? Porque todo
ser humano tiene derecho a conocer su verdadera
identidad. Todo ser humano, desde un niño, un
adolescente, un joven, una persona adulta.. Es por
eso que tenemos un banco nacional de datos
genéticos - ese es motivo de otro capítulo - sabe¬
mos que va a existir hasta el año 2050, que es el
cálculo que hacemos que será la edad máxima de
nuestros nietos para poder buscar y conocer su
verdadera identidad.
En cuanto a la identidad, así como hemos tratado
de conformar tantos equipos técnicos, también
hemos salido al extranjero desde un principio
para buscar un método, una fórmula que nos pue¬
da decir que el nieto que reclamamos es realmen¬
te nuestro nieto. Siempre decimos, nosotras no
queremos un nieto, queremos nuestro nieto. Re¬
corrimos varios países, varios centros científicos
de distintos países hasta que un día llegando a la
Asociación para el Avance de la Ciencia en Esta¬
dos Unidos, nos prometieron que iban a profundi¬
zar los estudios. Porque para armar un mapa
genético en ausencia de los padres cuando estos
eran desaparecidos, no era fácil.
78
UNA
CONTRIBUCION
AL
DIALOGO
POR
Ellos profundizaron el estudio, lograron llegar a
una conclusión, en que con la sangre de los abue¬
los, de los tíos, de los primos, de todos los fami¬
liares más cercanos, se podía armar ese árbol
genético, ese mapa genético. En el año 84 llegó
una genetista muy importante de Estados Unidos,
la Dra. Mary Clerk, y ella nos instruyó sobre esta
situación, sobre la posibilidad de localizar a nues¬
tros nietos mediante estos exámenes
inmunogenéticos; buscó ella misma un lugar
donde se pudieran realizar esos exámenes y lo
encontró. Y es a partir de allí que creamos El
Banco Nacional de Datos Genéticos, donde noso¬
tras las familias ya tenemos nuestra sangre proce¬
sada (depositada) a la espera de que se presente
un probable nieto. Cuando encontramos un «
probable « nieto no lo comunicamos hasta no
tener el resultado del examen inmunogenético y
que este pase por la justicia Cuando tenemos la
información , entonces si podemos decir que des¬
de el punto de vista científico y legal el niño in¬
dicado pertenece a esa familia.
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
5.-Dra. Alcira Ríos
Representante Abuelas Plaza de Mayo,
Argentina
Yo soy la asesora legal de Abuelas de Plaza de
Mayo, hace muchos años que estamos trabajando
en la búsqueda de los nietos de las Abuelas para
que recuperen su identidad y su historia, con la
convicción de que el derecho a la identidad es el
derecho a la verdad. Y que el derecho a la identi¬
dad es un derecho humano personalísimo, ina¬
lienable. Que no es sólo un derecho de las Abue¬
las de encontrar su nieto, sino del nieto a encon¬
trar su propia historia. Y por eso siempre hemos
dicho que estamos contentos de poder trabajar,
desde el aspecto jurídico, con la restitución de los
menores víctimas de desaparición forzada. Por¬
que consideramos que con cada restitución le de¬
cimos no al olvido y no a la impunidad.
79
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
Además en Argentina el hecho de la búsqueda de
los menores víctimas de desaparición forzada,
nos ha permitido ir elaborando estrategias con
relación a descubrir la verdad y terminar con la
impunidad. Cuando nosotros consideramos ago¬
tada la vía con relación a un caso concreto dentro
de Argentina o no, cuando consideramos que no
se está haciendo lo que se debe hacer en un caso,
recurrimos al ámbito internacional; nos dirigimos
a la Comisión Interamericana de Derechos Hu¬
manos, y hemos comprobado que es un arma bas¬
tante importante la utilización de la vía interna¬
cional. ¿ Por qué? Porque la Comisión
Interamericana le requiere al Estado argentino
qué está pasando con determinado caso. A su vez
el Estado argentino le requiere al poder judicial; y
este hace lo que debió hacer antes de que fuéra¬
mos a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. También nos permitió ir al grupo de
derechos humanos de Naciones Unidas.
El caso de Jimena Vicario es la primera y la única
condena de derechos humanos al Estado argenti¬
no por la violación del Pacto de Derechos Civiles
y Políticos. Porque Jimena era una menor víctima
de desaparición forzada y cuando fue restituida a
su abuela biológica, la justicia Argentina como
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
había una adopción plena de por medio y la
apropiadora era madre con adopción plena ( con
patria potestad) obligaba a Jimena a visitas con
la apropiadora. Como la solución se tardaba de¬
masiado tiempo en la Argentina, fuimos al Grupo
de Derechos Humanos y vino la condena para el
Estado argentino y Jimena no tuvo que visitar
más a esta persona, no quería hacerlo. Es decir,
podría visitarla por decisión propia, pero no por
obligación.
A medida que nosotros avanzamos en relación a
determinados temas jurídicos, la otra parte tam¬
bién avanza. Pero como el tema de los menores
quedó fuera de la obediencia debida y de punto
final, y por supuesto del indulto, nos ha permitido
avanzar en la búsqueda de los menores pero tam¬
bién en la búsqueda de la verdad sobre qué pasó
con los padres y qué pasó en general con determi¬
nados campos de concentración. La acumulación
de causas sobre menores víctimas de desapari¬
ción forzada, desaparecidos con los padres cuan¬
do eran chicos, o nacidos en cautiverio, y recupe¬
rados después en manos de algún represor, son
casos muy puntuales y Uds. algunos los deben de
conocer, el de Mariana Zaffaroni Islas, el de Car¬
los D’Elía Casco, y después tres casos de meno-
80
IJNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
res , los menores Bianco, de un Mayor del Ejérci¬
to que todavía no hemos logrado analizar. Esos
cinco casos nos permitieron demostrar
fehacientemente y sin ninguna duda la metodología
empleada, o sea que había una metodología para la
apropiación de menores. Y además que estaba
instrumentada desde los mandos superiores.
Esas cinco causas nos permitieron pedir, la de¬
tención y el procesamiento de Vidella, el Jefe de la
primera Junta Militar en Argentina. Y ahora el en¬
cuentro de un menor víctima de desaparición forza¬
da, nacido en la Escuela de Mecánica de la Armada,
sumado a la gran cantidad de pruebas que tenemos
en otras causas relacionadas con la Escuela de Me¬
cánica de la Armada, nos permitió el pedido de pro¬
cesamiento y detención de Emilio Massera, otra de
las figuras claves de la represión en Argentina.
Nosotros lo que vamos haciendo es intentarcubrir
los espacios y los resquicios que nos han dejado.
Por ejemplo en general tanto la defensa de
Vidella como la de Massera alega cosa juzgada
porque el juicio a las Juntas los juzgó, condenó y
estuvieron presos. Y nosotros demostramos que
el secuestro de menores, como ya lo dijo Rosa,
no fue parte del juicio, no fue uno de los tipos
penales que se trató en el juicio, en consecuencia
no hay cosa juzgada. Es por eso que en este mo¬
mento hemos logrado que por lo menos Vidella y
Massera respondan por lo que pasó.
Aparte yo le decía hoy a María José cuando con¬
versábamos el tema, que a través de los años que
vengo trabajando en este tema yo siento que por
lo menos en Argentina desde el punto de vista del
aparato represivo y de sus integrantes - el pacto
de silencio- ese pacto de sangre que había se
rompió. Ellos habían involucrado a todos. Todos
tienen las manos manchadas de sangre, pero lo
habían hecho precisamente para que hubiera un
pacto de silencio que no se pudiera romper. Y a
partir de la detención de Vidella, primero lo de
Schilingo como lo dijo María José, pero a partir
de la detención de Vidella nosotros sentimos que
la oficialidad inferior comenzó a hablar. Y ade¬
más sentimos que la sociedad argentina sintió que
la impunidad se terminaba. Porque empezamos a
recibir numerosas denuncias, encontrar numero¬
sas puntas para encontrar chicos,; empezamos a
profundizar causas que antes estaban un poco
paradas, empezamos a recibir, denuncias. Era tal
el empuje que le dio la detención de Vidella al
tema que recibíamos denuncias simultáneas, en el
81
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
Juzgado, y en Abuelas. Es decir que habían pasado
20 años y había gente que no había hablado nunca,
y a partir de ahí comenzó a contar lo que sabía.
Nosotros, como dijo Rosa, en lo jurídico también
era muy nuevo y teníamos que ir tratando de ir
buscando las figuras jurídicas que nos pudieran
ayudar a saltear los problemas que nos iban pre¬
sentando. Porque a medida que nosotros solucio¬
nábamos alguna cuestión, por ejemplo en princi¬
pio la oposición de los que aparecían como pa¬
dres al análisis del menor, al análisis compulsivo
del menor, alegando lesión al derecho a la
privacidad. Nosotros fuimos a través de los años
demostrando que el análisis compulsivo de un
menor víctima de desaparición forzada no era una
violación del derecho a la privacidad. Y ahora
finalmente hemos logrado que los casos que lle¬
garon a la Corte Suprema de Justicia ordene el
análisis compulsivo. Precisamente porque tomó
los argumentos que nosotros veníamos diciendo
que no había violación al derecho a la privacidad,
porque el menor era la víctima, no el imputado.
Con una serie de consideraciones jurídicas más.
Después empezaron a poner la prescripción. No¬
sotros alegamos que el derecho a la identidad es
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
imprescriptible en la medida que hasta que no
recupere el menor su identidad no comienza a
correr la prescripción. Ya tenemos sentencias de
Cámara favorables a esto. Es decir que además,
como decía Machado «caminante no hay camino,
se hace camino al andar». Entonces nosotros he¬
mos visto que avanzando en las causas sobre los
menores víctimas de desaparición forzada a la
vez fuimos poniendo en descubierto el aparato
represivo, la metodología y pudimos acceder a la
verdad en la situación de muchos compañeros
detenidos- desaparecidos. En el caso de María
Carolina, la menor que era el único caso al revés,
ahí ella buscaba su identidad porque fue sacada
de un procedimiento donde mataron a todos. Con
María Carolina abrimos la causa buscando la
identidad de María Carolina, que se nos cerraba
porque los informes oficiales estaban falseados,
etc., etc. Porque todas las víctimas de ese proce¬
dimiento fueron enterrados como NN en el ce¬
menterio de Santa Fe, donde se hizo esa masacre.
Entonces nosotros a través de buscar la identidad
de María Carolina logramos la exhumación de
esos 6 restos de NN que son cuatro femeninos y
dos masculinos, presumiblemente en esos restos
estén los padres de Carolina, o no. Pero de cual¬
quier manera hemos logrado que la justicia orde-
82
UNA
CONTRIBUCION
AL
DI ALOCO
POR
ne la exhumación, realice la investigación y de¬
termine si entre esos cadáveres está el padre de
Carolina. De lo contrario determine quiénes son.
Porque, como lo digo siempre que tengo oportu¬
nidad y lo voy a repetir ahora, para la sociedad
argentina el tema de los desaparecidos es una
asignatura pendiente. Y hasta que no sepamos
todos qué pasó con todos y cada uno de ellos, esa
asignatura pendiente de la sociedad toda, va a
subsistir.
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA VERDAD
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
AL PANEL
Participante: Para George, ¿qué perspectivas
hay de que el gobierno norteamericano, el actual
gobierno norteamericano, definitivamente abra
los archivos en el caso Pinochet y cómo se rela¬
ciona eso con un pronunciamiento de esta semana
del gobierno norteamericano en el sentido del
traslado de Pinochet a Chile?. ¿Cómo ve eso?,
¿qué puede sucede?
George Vickers:: Existe en mi país un problema
para el gobierno, porque Pinochet fue
involucrado probablemente como el oficial últi¬
mamente responsable de la muerte de unos norte¬
americanos, no sólo chilenos y los de otros paí¬
ses, y no sólo en Chile sino en Washington. El
asesinato de Orlando Letelier, fue el asesinato
más impresionante en nuestra historia reciente.
83
UNA CONTRIBUCION AL DIALOGO POR
Hay una demanda por parte nuestra y de otras
organizaciones no gubernamentales, para que
nuestro gobierno entre en la lista de los países
que han presentado solicitudes para la extradición
de Pinochet. Como consecuencia de nuestras le¬
yes hay gente dentro del Departamento de Justi¬
cia nuestro que necesitan decidir si la respuesta
es sí o no, a esta demanda. Estamos seguros que
la respuesta es finalmente negativa. Pero han
creado un debate fuerte dentro de la Administra¬
ción, particularmente entre las agencias de inteli¬
gencia; los militares por un lado, y el Departa¬
mento de Estado y el Consejo Nacional de Segu¬
ridad por otro, sobre de qué manera es posible
apoyar, o responder a estas demandas.
Las respuestas son dos. Una es para declarar que
nuestro gobierno tiene confianza en la capacidad
del sistema judicial en Chile, investigar y someter
a Pinochet a la justicia en su propio país. Pero por
otro lado, para clasificar algunos documentos que
nuestro gobierno tiene sobre los hechos del go¬
bierno chileno durante la época dictatorial, nues¬
tra experiencia en otros países como El Salvador
y Guatemala y también Honduras, en cada caso
fueron respuestas para la clasificación de docu¬
mentos de nuestro gobierno para apoyar las in-
LOS DERECHOS HUMANOS V LA VERDAD
vestigaciones de comisiones de la verdad en estos
diferentes países. La calidad y el volumen de esta
clasificación de documentos es muy variada en
los diferentes casos. En el caso guatemalteco por
ejemplo los documentos clasificados sobre la dé¬
cada del 80, la época más violenta en Guatemala,
fueron pocos y no fue muy útil para la investiga¬
ción. Pero sorprendentemente los documentos
clasificados sobre los años 60 y 70 fueron muy
útiles para la investigación sobre la verdad.
Yo personalmente tengo dudas que los documen¬
tos que últimamente están clasificados en el caso
chileno contengan nueva información. Porque el
involucramiento de nuestras agencias de inteli¬
gencias fue durante la época dictatorial, la época
del golpe de Estado, hasta ahora no tenemos mu¬
cha información y no creo que estos documentos
nos presenten muchos elementos más. Es impor¬
tante recordar que en el comentario de ayer de la
Secretaría de Estado, no sólo comentó sobre su
confianza en el sistema judicial chileno, pero
también por primera vez, oficialmente en nuestro
país, han reconocido los errores, las responsabili¬
dades de nuestro gobierno por algunos de los he¬
chos cometidos en esta época.
84